Juan Ramón Medina Ortega / Artículo de opinión.- Ayer desperté empapado en sudor, pese a ser enero y haber descendido las temperaturas. Había vivido la peor pesadilla de la que tuviera memoria: Luego de optar por la Subdelegación del Gobierno como escenario más apropiado, no sin larga reflexión acerca de la conveniencia de elegir la Presidencia del Gobierno de Canarias, decidía inmolarme rociando mi cuerpo con gasolina y prendiéndome fuego a la tunecina al grito "REACCIONA PUEBLO, REBÉLATE". Ya una vez duchado, masturbado y fumando mi Krüger en dirección al trabajo me repetía que todo había sido un mal sueño, el peor.
No fue así.
Hoy, esta madrugada, el alarido despertó sobresaltada a mi mujer, y creo, por las voces que oí por el hueco del patio, que a algún otro vecino. El sudor era el mismo, pero de espeso parecía sangre. El aire se empecinaba en ignorar todas las leyes de la física y resistía cualquier esfuerzo de mis músculos por aspirar la ansiada dosis trece veces por minuto. La luz negra de la madrugada lo cubría todo y pareciese como si el verbo aún no se hubiese hecho carne. El Big-Bang era historia del futuro y el tiempo no tenía espacio que lo hiciera necesario: era la nada y tenía en el vacío el principal aliado para el recuerdo:
El sueño fue el mismo, sólo variaba el escenario: era la sede vertical de los sindicatos CC.OO y U.G.T., unos cientos de metros distante (quizás mejor decir próximo) a la Subdelegación del Gobierno. Antes de morir, o sea, despertar, oía una voz que surgía de entre el corro de sindicalistas liberados que se arremolinaba en torno a mi cuerpo humeante, en uno de esos "ires y venites" a la Sidrería Mariano situada enfrente, y que decía:
¿Qué quería ese loco?
S/C de Tenerife, a 28 de enero de 2011 (Día de la Vergüenza Sindical, propongo).
Nota del autor: Autorizada la reproducción de esta pesadilla por cualquier medio con la única excepción de medios de comunicación de CC.OO y U.G.T, aunque bien pensado resulte ocioso hacerlo constar.
* 28 de enero de 2011.- En esa fecha, casi empezando el siglo XXI de la Era Tenebrosa, se dio a conocer el contenido, de lo que luego de la Revolución Democrático-Republicana Española se denominó, de forma unánime por la historiografía moderna, Pacto Contra las Pensiones y del Retorno a la Esclavitud. Durante cierto tiempo, en la etapa hoy conocida como Dictadura del Capital, recibió el engañoso nombre de Pacto Social para la Salvaguardia y Mejora de los Derechos de los Pensionistas Actuales y Venideros,...o algo así., ya que no quedan registros que puedan dar fe exacta del nombre, debido a que toda la legislación de aquel período oscuro de la humanidad fue eliminada de cualquier soporte físico por las masas sublevadas, a fin de evitar lo que, ya hoy se sabe, es un imposible retorno a la barbarie social de aquellos tiempos. Lo que sí se puede afirmar con rotunda certeza, dada la ingente fuente documental que se posee y la innumerable producción audiotactoolfativavisual de ficción que sigue generando, es que las que obraban en poder de los sindicatos firmantes, desaparecieron disueltas en las columnas de humo elevadas como consecuencia de los incendios acaecidos en sus locales el día 1º del año 1 de la Nueva Era.
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