Fernando Báez / Artículo de opinión.- ¡Qué pena mis amigos! Los hayan que confundan nuestras huellas (la de los guanches), anteriores al siglo XV, con la de los castellanos y otros venidos después del XVI y siguientes. Y así parece, al cabido le interesan más, éstas últimas que las primeras. Basta ver la que están armando y han armado junto a la catedral, que -como son laicistas-, no se si pretenden minar los cimientos de la misma, y echarla al suelo, muy ocupados y preocupados, por los trazados y planificación de la ciudad antigua, por parte de los castellanos, y no tanto la de los poblados guanches, anteriores a los mismos; más preocupados por obras extrañas, del siglo XVI y de foráneos, que por las propias nuestras, anteriores al XV.
Yo, me sentiría orgulloso, por las obras de nuestros antepasados, no por la de los que vinieron a romper con la tradición guanche y su Historia. Ésta, es otra historia; no es la nuestra. Poco interés me merece la obra ajena y reciente, si es en desprecio de la más antigua y nuestra. Y así, da pena te hablen de los siglos XVII al XXI, y se olviden de los anteriores al XIV, que son los nuestros, junto a almogarenes y tagoros, más que catedrales y capillas.
Y, si los vestigios aparecidos en tan grandiosa como cuantiosa y carísima excavación -verdadero parto de los montes (después de mucho ruido, salió un ratoncillo)- son lo que nos muestran en fragmentos de escupideras, en lugar de cerámica de los guanches, no veo el mérito, ni la justificación de tales obras. Y es que uno, prefiere una mil veces más, me expliquen y enseñen lo que hicieron aquí hace 600 años los guanches y antes de esa fecha, que lo que hace 500 y menos, al avanzar al presente, los castellanos.
Pues, si los hay que se emocionan al saber, debajo de la catedral, se esconden trazados del siglo XVI y posterior, hay que decirles: la isla toda, está tapando u ocultando obras anteriores al siglo XV, ¡y esto, sí que es importante! Ahí, nuestras raíces; la de éstos (los castellanos), aunque me merecen un respeto, no me interesan (tanto). Habría, pues, que bajar más o entrar más en la Historia, y retroceder, y no quedarse en ayer por la tarde. Así las cosas, nada de extraño tiene, los arqueólogos, se dediquen a sacar restos de los pozos del 36 hacia acá, siguiendo la "memoria histórica", y confundiendo su cometido y especialidad.
Que si debajo de la catedral, tenemos esos restos (trozos de escupideras y otros); debajo de la Iglesia de Gáldar, está el Palacio del Guanarteme; debajo de la Iglesia de Valsequillo, hay un Almogarén "El Lechal" (donde echaban los guanches leche [y no "El Helechal" de helechos]); etc.. Y, habiendo tanto donde excavar, ¿por qué no dejan quietos los edificios religiosos (por ahora)?
El Padre Báez, especialista en el siglo XVI de la Historia, prefiere los del XV, hacia atrás (al menos en Canarias); y les aconseja a los del Patrimonio: dejen la catedral, y vayan al campo: ¿saben dónde está el túmulo que les muestro?
Fernando Báez
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