Fernando Báez / Artículo de opinión.- A un servidor, no le parece ético, que a costa de los yacimientos, alguien presuntamente, viva de introducir planchas de hierro en los yacimientos, sin que ese material sea necesario e imprescindible, toda vez, que de restaurar algo, he de hacerlo con el mismo material o con el más cercano al mismo. Y no es de recibo, y no parece haya otra razón, para llenar de planchas de hierro los yacimeintos arqueológicos, sino el presunto tráfico de influencia, y el pago de favores a políticos, o ayudas a familiares o a amigos del negocio férreo, que sin venir a cuento coloca su producto, en un lugar donde ni hace falta, ni es justificable, porque restauro algo con el mismo elemento o lo más parecido -repito- pero no con algo, que no es de recibo, ni pega, ni en nada beneficia, sino que por lo apuntado ya, tantas veces, queda más que demostrado, que es algo que perjudica al yacimiento en sí, y por descontado al usuario o visitante al yacimeinto que va a encontrarse con algo inapropiado, y sin justificación en un yacimiento, donde con hierros, sustituyen lo que es de tierra o piedra, y que está, como son los caminos, senderos, vías, veredas, calles, comunicación, etc. pues, los guanches, ni eran ángles, ni llegaban a sus casas y poblados dando saltos de pértigas o saltos de pastor, sino que dejaron entradas, salidas, comunicaciones, plazas, calles, lugares públicos y toda clase de accesos y comunicaciones como se pueden apreciar, en los yacimientos donde aún no han puesto las planchas de hierro, como en las que lo han puesto, pues al cien por cien de los casos, éstas -las planchas- no ocultan, ni desaparecen los accesos y caminos de los guianches por entre los yacimientos, a los cuales entraban, estaban y salían, y que quedan trás, debajo, o al lado de las planchas, que por ir en línaes rectas dejan entrever en todos los casos las curvas y desviaciones, con ramales, cruces, y demás variantes visibles, a pesar de ese ocultamiento de planchas de hierros, que minimizan y reducen la potencialidad y el mérito de los yacimientos, pues solo los empobrecen y reducen en su valía e importancia. Alguien (o muchos) vive o viven (presumiblemente o/y presuntamente) de los yacimientos (de poner planchas de hierros, en los mismos).
El Padre Báez, que aprendió de su padre, a respetar lo que hay que respetar, entre otras cosas lo heredado por los guanches (pues nació -mi padre- al lado de la necrópolis de Arteara; de allí, mis raíces): los Báez, los Vera, los Araña, los Herrera, etc., son mis parientes o un servidor está emparentados, con ellos.
NOTA.- A ambos lados de este camino de hierro, por entre La Guancha (Gáldar), se pueden apreciar los distintos caminos aún existentes, y que unían las distintas dependencias (tengo fotos más explícitas, pero prefiero el lector, haga una visita y los vea in situ)
Fernando Báez
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