Fernando Báez / Artículo de opinión.- No hace mucho (dos comentarios atrás), me ocupaba de analizar lo que sucede cuando se corta una carretera con una zanja, y ponen sobre ella unas planchas de hierro -las mismas que ponen, pero en número incalculable, por miles y miles- en los yacimientos que presunta y presumiblemente restauran (y que lo que hacen es afearlos, transformarlos, dañarlos, etc.), y que si vuelvo al mismo caso es, porque quiero se reflexione, y se vea el peso de esas planchas, que soportan o aguantan las toneladas y toneladas de pesadísimos camiones y demás, y que se use lo mismo para el paso de algún perdido visitante o turista (cada vez menos [la cueva rayada de Gáldar, incluso la van a cerrar, por falta de visitantes]), digo que esas mismas planchas pesadísimas, para algo tan leve como una dos personas que las puedan pisar o pasar por ellas muy de tarde en tarde, y kilómetros de estas pesadísimas planchas de hierro, es como matar mosquitos a cañonazos.
¡Algo está fallando, cuando el absurdo y la sinrazón se impone! ¡Algo está fallando, cuando el silencio de los corderos, permite se mate al ganado! ¡Algo está fallando, cuando para algo que no es necesario, se usa con tanta profusión! ¡Algo está fallando, cuando este casi centenar de comentarios, no ha tenido ni una sola respuesta que satisfaga o justifique tal desmadre! ¡Algo está fallando cuando se confunde el tocino (planchas de hierro) con la velocidad (el paso sin más, dejado por los autores de los yacimientos, y que siguen estando como los dejaron es sustituidos por amplias avenidas de hierros)! ¡Algo está fallando...!
El Padre Báez, que va a seguir en la brecha, y está dispuesto a llegar al millar de comentarios, porque aprendido en el Evangelio, que el que persiste y persevera en la petición, al fin -no por estima o aprecio- sino para que los deje tranquilos, cederán y comenzarán a retirar las planchas de hierro de los yacimientos arqueológicos.
NOTA 1.- Nótese la muralla (no china) de hierro que: bordea, crestea, rodea y llena el interior del yacimiento, y al edificio construido dentro del yacimiento del Maipés (Agaete),de forma más que extraña, e injustificada y absurda (o presumiblemente de presunto negocio o pelotazo redondo); porque habiendo tantas piedras y teniendo el yacimiento su propia muralla de piedras -como la de Arteara y otras-, ¿a qué vienen esas miles de planchas de hierro en un lugar volcánico y necrófilo, si los guanches no enterraban, ni depositaban a sus difuntos en cajas ni túmulos de hierro?
NOTA 2.- Y no crea el amable lector de estos comentarios, éste (el del Maipés), es el único caso; las planchas de hierro, son omnipresentes, allá donde hagan algo en todo yacimiento arqueológico. Pueden comprobarlo, visitando: La Guancha (Gáldar), Guayedra (Agaete), Las Brujas (Las Palmas de Gran Canaria), etc., etc. Lo mismo hacen en yacimientos históricos, como en el Castillo de la Luz (Puerto de la Luz), donde hasta le pusieron un supermodernísimo ascensor (¡debe ser el único en el mundo!), y muchas planchas alrededor (vas por la acera, y no se ve el Castillo (lo tapan las dichosas planchas de hierro, y... ¿para qué seguir?
Fernando Báez
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