Fernando Báez / Artículo de opinión.- ... es entrar en un terreno o lugar de tierra, y en tierra, donde los guanches, dejaron su arte, sus viviendas, sus cuevas, sus enterramientos (deposiciones de cadáveres y momias), sus lugares de cuto, lugares de reunión, etc.; pero nunca, puede ser -ni es-, entrar en un mundo metalizado, férreo y oxidado (lleno de herrumbre).
Es, un contraste enorme, entrar en el pasado, y econtrarse con un material y unas formas actuales, o del presente, superpuestas y subplantando lo de ellos (lo de los guanches), por lo nuestro (corten: planchas de hierro).
Es algo, que repugna y contradice a la esencia del yacimiento, que construído en piedras y con el material del lugar, siglos después, sea reconstruído con un material extraño o ajeno al mismo yacimiento; y pero todavía, se le cambie e introduzca variantes y nuevas formas (caminos de hierro, plataformas, otros miles de objetos, paneles, maceteros, muros, vallas, expositores, paneles, asientos, rotondas, explanadas, escaleras, etc.).
Pues, no se visita un yacimiento arqueológico alguno, para ver en él, lo que hicieron hace un par de años o al presente, sino lo que hiceron sus primeros constructores hace algunos siglos (más de seis como mínimo).
Aquellos primeros autores, merecen el mayor de los respetos (cuasi sagrado), y por ello mismo, no se ha de variar la forma, ni el material con el que aquellos los hicieron y utilizaron.
Entrar en un yacimiento arqueológico, es entrar en otro mundo, en el mundo del pasado; no en el presene, ni en aquel, adapatado al presente, sino respetándolo en su esencia, en su originalidad, y en su estilo propio.
En Guayedra (también en Agaete, como en el Maipés), hemos visto casas cruciformes de piedras, reconstruídas con formas diferentes (poligonal, romboidales, rectangulares [cortádoles partes de la cruz, etc.]), y con piso de planchas de hierro, sobre el suelo), y... ¿para qué seguir?
Sí, el Padre Báez, va a seguir, por: fidelidad a mi raza, a mi pueblo, a mi cultura, a mis antepasados, a mis orígenes y raíces. Seguiré - moriré en ello- hasta que quiten el hierro de los yacimientos y lucharé porque no lo sigan poniendo. Y, cuando muera, ¡seguro!, seguiré hablando por estos comentarios, y para entonces, alguien tomará el relevo. ¡Así lo espero!
NOTA.- Obsérvese el silo cubierto de tierra y piedras, el de encima roto, el otro también lleno de escombros (pues de por medio pasan calles, carreteras, obras de casas, etc., etc.). Está en.... (no, no haré lo de un alto cargo en el patrimonio, que coautor de un libro de arqueología, detalla al milímetro su ubicación, para que los depredadores vayan y lo expolien, y lo han premiado con el nombramiento de... ¡mejor me callo!)
Fernando Báez
Comentarios