Fernando Báez / Artículo de opinión.- ...arqueológicos, lo tiene más que fácil. No hace falta vaya o visite algún yacimiento -y así estará más tranquilo y relajado, al no ver el estropicio que han hecho, pretendidos y falsos restauradores, de la mano y con el consentimiento de los responsables de velar por su integridad y exactitud-; pues, que no tiene que ir a comprobarlo in situ, sino que en su ir y venir por la ciudad, por nuestros pueblos, alrededor de la isla, etc., basta que observe las estatuas o monumentos en rotondas, plazas, edificios, etc., diseminados por todas partes, que hechas de hierro (entiéndase "corten"), verá las manchas que caen de la estatua, monumento o lo que sea, en forma de churros, manchas, formando canales, caminos, correntías, etc., sobre la base o soporte de la misma. Pues eso mismo, es lo que ocurre en los yacimientos arqueológicos, con las dichosas planchas de hierro, como pasarelas, muebles, expositores, vallas, muros, parterres, pisos de casas cruciformes, muros, etc., que nadie ha pedido ni necesita, ni hacen falta ni son propias del lugar y menos del yacimiento en cuestión sea el que sea, que con la permanencia de dichas planchas en el yacimiento, éste va a quedar todo pringado, manchado, oxidado, herrumbriento (o herrumbiento), sucio, degradado, etc. Razones éstas -más las que durante 85 comentarios que preceden, he ido dando- como para actuar con la máxima premura o urgencia, y quitar las susodichas planchas de hierro, antes que el daño sea mayor y peor.
Óxido chorreando por los cuatros costados en estas dos esculturas,
(piénsese lo que sucede en los yacimientos arqueológicos, donde se
ha colocado idéntico material corrosivo y ensuciador).......................
Las fotos que acompañan este comentario, están tomadas en una conocida gran área comercial, donde no hace un año se colocó dicha escultura, y ya ven cómo chorrea óxido o herrumbre, por los cuatro costados, y a chorros dobles (piénsese lo que sucede en los yacimientos arqueológicos, donde se han colocado idéntico material corrosivo y ensuciador).
Imagine el lector de este comentario, esas planchas de hierro, oxidando y manchando obras de griegos y romanos, egipcios o mayas, en sus respectivos lugares. Desgraciadamente, esto solo ocurre entre nosotros, por la desidia, la ineptitud, la ignorancia, la soberbia (de no admitir el error y dar marcha atrás) y la sinrazón.
Piense también el lector de este comentario, el dinero gastado en esas planchas (es tan sencillo, como multiplicar el número de planchas, por el precio de cada una, más otros gastos añadidos, transporte, grúa, etc.) sin que solucione nada, sino que al contrario: crea un gravísimo problema, que además es insoluble: para el óxido del corten, todavía no se ha descubierto, un detergente o similar que lo limpie o borre (que lo quite). Y, toda vez, que va a más, nuestros yacimientos, acabarán todos del mismo color, en: piedras, suelos, paredes, pisos, etc.
El Padre Báez, que aunque tiene muchos otros temas de qué ocuparse, cree éste es prioritario, puesto que se arremete contra lo más sagrado que tenemos, y es santo y seña de nuestra identidad, como canarios. Se nos borran las dichas señales, para que no tengamos conciencia de pertenecer a esta cultura (mientras, nos introducen las de otros).
NOTA.- Las fotos que acompañan este comentario, están tomadas en una conocida gran área comercial, donde no hace un año se colocó dicha escultura, y ya ven cómo chorrea óxido o herrumbre, por los cuatro costados, y a chorros dobles (piénsese lo que sucede en los yacimientos arqueológicos, donde se ha colocado idéntico material corrosivo y ensuciador).
Fernando Báez
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