Fernando Báez / Artículo de opinión.- ¡Claro que sí, hombre! Y dejarlo todo como estaba; es lo que se hace en el mundo entero, sin destruir nada, como sólo pasa y se hace aquí. Puedo hacer, que lo viejo, lo de siglos, aparezca como nuevo, pero con la patina del tiempo, manteniendo las formas, las estructuras, el estilo, la fidelidad en la construcción, el esmero, el equilibrio, la equidad, etc., con la que lo hicieron sus artífices. Si cambio y si encima introduzco un material y si por si era poco se parte de la base: que hay que destruir, pues, ¡apañados estamos! ¡Bueno, así es como estamos! Que no conservamos; que se reducen los enclaves de los guanches (a ellos les gustan decir "prehispánico", para dejarlo todo como "post-hispánico". Cuando debe ser llamado "guanche", sin más, y mantenerse en esa tesitura; que como tenemos y estamos en crisis, la arqueología es la hermanita pobre de la cultura, el arte y el saber de los guanches, nuestros antepasados (para los que somos sus descenedientes); que hay una caterva de técnicos, que sólo hacen destrozar, amparándose al tecnicismo y a la sombra del cabildo que los cobija y calla (¡o si no: al paro!); que allá donde hacen algo en los yacimientos soliviantan a la vecindad, que se enfrasca en comentarios en contra de la ación de los técnicos, que desaparecen lo que había y dejan una chapuza en lo que han tocado; que -el pueblo culto e informado- "... sabe que una excavación arqueológica conlleva la destrucción del objeto...", y que dijera un manda más del Patrimonio; que solo pueden hacer un poco, ante lo mucho, y ¡ojalá no hagan nada"; que según parece hay mucho de administración y poco o nada de ciencia e historia en todo esto; que están amenazados varios enclaves, como son en Aagete, donde discute la población con el cabildo por el daño irreparable de lo hecho y que quieren seguir haciendo; que lo mismo van a hacer en el Granero de Valerón (ellos le llaman convento, monasterio o cenobio), donde van a cargarse todo, menos el drago, que lo plantaron los guanches, y van a respetar el muro de la vergüenza; que en Mogán -¡Dios nos coja confesados"-, como dijera Alfonso Guerra -también del pesoespañol, "no los van a conocer, ni las madres que los parieron"; y ¿para qué seguir (por hoy o ahora, ¡ya está bien!)?
El Padre Báez, que sabe que el número de visitantes a los yacimientos ha descendido, y va a menos, porque crece la ignorancia y el desconocimiento a pesar de que cada día aparece algo nuevo en arqueología, pero no trasciende, desgraciadamente.
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