Fernando Báez / Artículo de opinión.- Hay que revisarlos, y ver cómo estaban y cómo los han dejado (una especie de jurado o inspección, que actúe antes, durante y al fin del trabajo realizado, para dar o no el visto bueno).
- hay que evaluarlos y ver si esos nuevos diseños, se corresponden con los originales; y en su contra, exigir los deshagan, por no ajustarse al modelo dejado por los guanches (no se permita ninguna innovación).
- hay que aprobar o desaprobar la actuación realizada en los yacimientos, por un equipo de investigadores, científicos, analistas, historiadores, etc. No se puede dejar que al capricho de alguien cambie la estructura y fisonomía de un yacimiento (teniendo los mismos un antes y un después, y han de ser lo mismo antes y después, sin cambio alguno).
- hay que respetar al máximo, el "lenguaje" o estilo de los guanches, en fidelidad extrema, y el que no sea capaz de reproducir o respetar lo que había, que se retire, y no haga nada; no se permita a nadie, mancille y cambie un lugar guanche por algo actual y con sello distinto (y si ha hecho daño al yacimiento, se le aplique la Ley, y se le sancione según lo legislado).
- hay que tener a mano una serie de requisitos, previamente para actuar según los mismos, a la hora de hacer algo en un yacimiento (una especie de itinerario o condiciones, una pauta de comportamiento o principios).
- hay que determinar a quién corresponde la responsabilidad de velar por la pureza de toda actuación o acción en los yacimientos (no es válido cualquiera, amparándose no sé en qué tutulación, haga lo que le venga en gana, sin respetar el estilo propio de los guanches).
- hay que procurar, mantener la integridad del yacimiento, sin recorte, ni ampliación alguna, sino dejarlo en sus dimensiones propias, sin añadir ni quitar nada, solo lo que había, sin más (solo como estaba).
- Es urgente determinar los criterios a seguir (y no dejar al albitrio o/y capricho de nadie, que haga lo que le venga en gana, falseando y destrozando el yacimiento).
Fernando Báez
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