Fernando Báez / Artículo de opinión.- ¡No!, ¡ni mucho menos! La gran pena es, que endófobos, aún no han descubierto, que les ganamos a todos en todo. Basta con ver los vestigios de nuestra cultura ancestral. No cambio Guayadeque, Guayedra, Guiniguada, por el Nilo. No cambio minaretes, cúpulas y rascacielos, por nuestros yacimientos (cementerios, poblados, grabados, etc.). Me sobran sus pirámides, prefiero mis necrópolis. No hay sensación, como la de entrar en un yacimiento guanche. No hay policías que te lo impida (¡esa es nuestra gran desgracia!). Nuestra gente, es única; y nuestras leyendas (Historia) no tienen parangón. Nuestra historia la tienen: dormida, drogada, callada (debajo de las planchas de hierro), tapada... Para lugares legendarios: ¡los nuestros (sobran citarlos)! Tenemos el tiempo parado. Un maravilloso legado, manteniendo eternidades, acariciando el pasado (permítaseme esta escapada poética). ¿Qué son sus mezquitas, comparadas con nuestros almogarenes? ¡Cuánto polvo amontonado sobre nuestro ayer! Nos hablan de Tutankamón, como si no tuviéramos aquí momias que sobreviven al saqueo y al tiempo. ¿En qué son mejores sus muertos?, ¿más que los nuestros: Arteara, Agaete, Jinámar...? ¿Misterios los de ellos, más que los nuestros? La isla -las islas- a vista de pájaro, está llena de auténticos tesoros, que asoman por la geografía, obras de unos artistas inigualables, que nos dejaron perfección en todo lo que hacían: arquitectura, pintura, cerámica, pintaderas, estatuillas, etc., etc.
Y miran para fuera, para no ver lo que tenemos dentro; ni lo enseñan al mundo, ni lo protegen, ni lo muestran, ni lo cuidan, ni lo explican, ni lo protegen, ni..., ni...; ¡solo le echan planchas de hierro encima y lo circundan con más planchas de hierro! Y, cuando te muestran algo, siempre (al 100 %), siempre nos dicen lo mismo: "no sabemos" (sobre las torretas, sobre lo cruciforme, sobre los muertos, etc.); y se inventan mentiras, contradicciones, difamaciones (no sabían nadar, no sabían navegar, no sabían pescar, no..., no...; eran astrólogos, eran mágicos, eran iguales que los que venían de fuera, eran... (¡todo mentiras!). Eran -y somos- los mejores del mundo. No hay cultura como la nuestra, ni pasado como el nuestro (una prueba: un pueblo, que se defiende durante un siglo de unos invasores: gesta inigualable, ni repetida por nadie en la historia de la Humanidad).
El Padre Báez, que sabe, no hay cultura, ni Historia que mejore la nuestra (el Padre Báez, es Licenciado en Historia de la Iglesia, por la Universidad de Comillas. Madrid).
Fernando Báez
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