Cultura / Creativa Canaria.- Samir Delgado (Las Palmas de Gran Canaria,1978), joven poeta y editor canario, es uno de los activistas constante de la literatura en Canarias.
En el pasado mes de mayo representó al Archipiélago en el Festival Internacional de Poesía de La Habana. A final de septiembre, recibió el premio de poesía Emeterio Gutiérrez Albelo gracias a su obra Banana Split. Además, de la literatura, Samir Delgado también mantiene una relación intensa con los medios de comunicación. Su programa radiofónico, La Cometa Nueva, conecta a la actualidad literaria de las islas con el día a día. Samir Delgado traslada ahora esa inquietud periodística a Creativa Canaria, donde de manera periódica presentará a los escritores canarios.
-Usted fue el único representante canario en el Festival Internacional de Poesía de La Habana celebrado en el pasado mes de mayo, ¿con qué sensaciones regresó de aquella cita?
-Sí estuve yo solo este año gracias al programa Canaria Crea. Fue una pena no contar con una delegación canaria como las demás asistentes al festival, tenemos que aprender a ser piña colectiva y no ir cada uno por su lado al exterior. Para la ocasión de todos modos me llevé por cortesía de editoriales canarias como IDEA y Baile del Sol más de doscientos libros de poesía canaria contemporánea. Fue un detalle muy lindo de la Asociación Canaria de Escritores que la maleta llena de poesía atravesara las aduanas con fines culturales. Volví muy contento por haber traído los deberes hechos.
-En este encuentro usted tuvo la oportunidad de compartir con decenas de poetas de numerosos países, no sólo cubanos, ¿qué imagen tienen en el exterior de la canarias literaria?
-En el festival habían centenares de poetas de todos lados, menos los palestinos que al parecer sufrieron dificultades de última hora. Yo intenté por todos los medios a mi alcance ofrecer una visión amplia de nuestro panorama literario, especialmente de los autores canarios que han escrito sobre Cuba desde Francisco González Díaz al profesor Adrián Alemán de Armas, pasando por las novelas de Juancho Armas Marcelo y la referencia histórica de Silvestre de Balboa que allí conocen a la perfección. Pero no es suficiente, hay que garantizar en el futuro de esta cita internacional la presencia de poetas canarios todos los años y potenciar al máximo nuestros lazos de parentesco ya que compartimos los mismos signos de la insularidad.
-¿Y qué contó usted de las Islas Canarias a sus compañeros?
-Pues lo de siempre. Allá donde voy suelo dar lectura a poemas míos que tratan sobre nuestras señas de identidad cultural y la riqueza natural de las islas en grave peligro bajo el modelo de desarrollo actual. Hablo con ímpetu reivindicativo de los lugares más simbólicos como la montaña de Tindaya y siempre acabo repartiendo textos fotocopiados de poetas como Agustín Millares Sall. Nunca en mi vida habitaré las torres de marfil. Lo mío tampoco son las meditaciones subjetivas de corte intimista, antes que nada para mí la literatura es una agarrada con la realidad social- aprovechando los términos de la lucha canaria- las islas son el terrero que me tocó vivir.
-¿Qué otro representante canario le hubiese gustado que le acompañara en el encuentro del pasado mayo en Cuba?
-Ya en pasadas ediciones hubo poetas canarios de la talla de Verónica García, Antonio Puente y el propio Javier Cabrera que dejaron el pabellón bien alto. Me consta de primera mano. Y para este año varios compañeros tuvieron que quedarse en tierra por falta de presupuesto gubernamental, gente joven muy valiosa que seguro tendrán su oportunidad el año que viene. Además, cada uno se representa a sí mismo, yo jamás hablaría públicamente en nombre de nadie, aunque quienes me conocen saben que siempre llevo por delante mi condición de autor comprometido con la realidad canaria.
-¿A quién de sus acompañantes en La Habana traería usted hasta Canarias?
-A mucha gente, el potencial literario es muy grande. Hice amistad con poetas de Honduras, Venezuela, México y hasta de Bahamas o la región mapuche de Chile. Me sorprendieron especialmente los jóvenes poetas cubanos, Luis Yussef y Yanier Echevarría que han tenido la gentileza de hacer acopio junto a la poeta guantanamera Miladis Acosta de varias antologías poéticas muy actuales que todavía son un top secret editorial. Pero hay una primicia, vendrán a Tenerife próximamente Aitana Alberti y Alex Pausides, dos figuras que representan el espíritu poético del
-A los ojos de un escritor, ¿cuál es la realidad social que se vive en la isla caribeña?
-Cuba es una pasada, a nivel cultural rebosa actividades por todos lados, solo basta sintonizar la Radio Reloj cada mañana para darse cuenta de la cantidad de eventos diarios y las delegaciones internacionales que visitan La Habana para cualquier asunto. La isla está viviendo un período de cambios esperanzadores, como todos los pueblos lleva su propio ritmo, y una vez allá el maniqueísmo se viene abajo, todo es más complejo de como lo pintan los mass media. Yo caminé el malecón como si estuviese en Las Palmas, las guaguas van a tope y la gente se busca la vida como puede. El teatro, la universidad y las calles de La Habana Vieja son lugares de paso obligados para cualquier escritor, y un isleño por suerte no pasa necesariamente por turista, ahí se nota sin maquillajes todo lo que nos parecemos.
-¿Por qué la poesía como herramienta para la resistencia?
-Yo pienso que las consecuencias más negativas de la globalización afectan a todos los lugares igualmente, desde el impacto económico de las multinacionales hasta las problemáticas de corrupción institucional, la pérdida del sentido en la vida pública supone un revés para los horizontes colectivos y los ideales de justicia social. Nadie puede ser robinson crusoe, hay que luchar en plural por una vida digna, así que la poesía también vale como un espacio de comunicación alternativa que no se vende, sirve como bocanada de oxígeno para la carrera de obstáculos de todos los movimientos sociales y hasta vale como aguijón sobre la actualidad que marca el objetivo del cambio. La poesía de Mario Benedetti ha sido un fiel reflejo de la resistencia contra la apatía ciudadana y la desmemoria histórica. Y sobra decir que hasta los poemas de amor pueden ser revolucionarios. Para mí la literatura es una agarrada con la realidad.
-¿Los poetas comparten metas e ilusiones sean de donde sean?
-Siempre hubo poetas para todos los gustos, en la pluralidad está la riqueza, por eso nunca confío en la uniformidad de estilos y la homologación de tendencias. Además, compartimos de entrada el oficio del verbo, la proyección universal del lenguaje sobre la realidad muy a pesar de las diferencias de idiomas. Y así en muchos lados compartimos la urgencia por tomar la palabra ante el grave estado del planeta. Pero también- hay que decirlo- existen poetas cortesanos, siempre hubo autores de mercado para el entretenimiento banal. Como casi todo en la vida, hay gente de derechas y gente de izquierdas, en la poesía no me fío tampoco del centro.
-Además, acaba de recibir el premio de poesía Emeterio Gutiérrez Albelo en Icod de Los Vinos. Hable un poco de la obra premiada, Banana Split.
-Sí, estoy muy feliz por el reconocimiento de un galardón con mucha tradición literaria en las islas pero no me gustan los laureles, ya pasó. Ahora toca la edición del libro que estará a la mano del público en general en 2011, en una colección de la prestigiosa Casa Museo del poeta icodense. Ya el propio título refleja el contenido juguetón del libro, una especie de bocado literario que va desde el álbum familiar a los cuadernos de viaje, los poemas de amor y la crítica social. Hice un esfuerzo por dar rienda suelta a mi propio tono de voz, desahogarme en el recuento del cúmulo de experiencias vitales, hacer una lectura de la insularidad y mantener un diálogo abierto con la tradición. Hay un poco de todo, como el postre de la ciudad turística.
-¿En qué está trabajando ahora?
-Ahora toca el sprint final para la celebración de la cuarta edición del Encuentro Internacional de Literatura 3 Orillas en la La Laguna, coger carrerilla para el proyecto de doctorado de los próximos cinco años y meterle mano de una vez a los primeros borradores de la novela que no me deja dormir en paz. Y por supuesto, la nueva temporada digital del programa La Cometa Nueva. Nada tiene marcha atrás.
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