Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- Miembro fundador del Comité Antinuclear de Catalunya (CANC) en 1977, Eduard Rodríguez Farré es médico especializado en toxicología y farmacología en Barcelona, en radiobiología en París y en neurobiología en Estocolmo. Ha dirigido durante muchos años el Departamento de Farmacología y Toxicología del CSIC en Barcelona. Como experto en toxicología ha asesorado al gobierno cubano en la epidemia de la neuropatía óptica, a la OMS en el síndrome del aceite tóxico y a la Unión Europea sobre la investigación en programas de salud pública y sobre la Encefalopatía Espongiforme Bovina. Actualmente es miembro del Comité Científico de la UE sobre Nuevos Riesgos para la Salud. Socio fundador de la asociación Científicos por el Medio Ambiente (CiMA), Eduard Rodríguez Farré es coautor, autor principal para ser más exacto, junto a este entrevistador, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente, El Viejo Topo, Barcelona, 2008 (con prólogo, presentación, epílogo y notas finales de Enric Tello, Joaquim Sempere, Joan Pallisé, Jorge Riechmann y Santiago Alba Rico).
Para una interesante aproximación a las bombillas de bajo consumo y algunas aristas poco conocidas de esta nueva apuesta industrial, véase la entrevista con Rodríguez Farré publicada en El Viejo Topo, de mayo de 2010.
Vuelvo a un tema que quedó pendiente. Dijiste que el parlamento europeo asignó cinco millones de euros a investigaciones homeopáticas en una sesión poco concurrida en la que “Los Verdes” jugaron un papel esencial. ¿Los Verdes? ¿Cómo es posible que una organización supuestamente informada., con orientaciones de izquierda, ecologista, abone y apoye una cosa así?
Eran, no te olvides, los Verdes alemanes, la mayor parte del grupo verde en el Parlamento europeo son alemanes. En Alemania tiene mucha predicación la homeopatía.
¿Por qué?
Porque en Alemania la medicina no brilla por su calidad científica.
¿Puedes repetirlo por favor? Qué Alemania no brilla por su calidad científica dices.
Déjame matizar, no hay que tergiversar ni debemos precipitarnos. Hay, desde luego, los institutos Max Planck, los Feuerbach Institut, que producen una ciencia de alta calidad. Sin duda. Pero en el plano de la medicina práctica, de la más común, no es la medicina alemana la mejor de Europa. No es el nivel científico sueco, no es el nivel británico si me apuras o, incluso, no es el francés. No tienen nada que ver. El alemán se ha quedado rezagado. Como el ruso. Los rusos tienen una rémora enorme en el aspecto terapéutico porque estuvieron muy influidos por la época estaliniana. Stalin se cargó en los años veinte, treinta, no lo olvidemos, todo lo que era desarrollo inmunológico y biológico.
Pero la medicina alemana tiene sus peculiaridades. No sé su origen, no sería capaz de establecer hipótesis de interés. Pero el mismo Hahnemann y asuntos afines son alemanes. Está esto, les falla esto. Por otro lado, ya te digo, tienen investigación fisiológica de primer y altísimo nivel. Tienen bastantes Nobeles pero la medicina práctica es otra cosa. Tú, en un hospital alemán, puedes pedir que te traten con medicina china, con homeopatía. Incluso esto que te contaba de las plantas, de los efectos tóxicos, muchos trabajos provienen de hospitales alemanes. Muy buenos. Han seguido los pacientes que se tratan con hierbas y han visto la cantidad de efectos secundarios que existen, los problemas que hay también cuando estableces una terapéutica correcta y el paciente no te dice que está tomando los productos naturales.
¿A qué te refieres exactamente?
Se pregunta al paciente: ¿usted toma algo, toma alguna otra cosa? Y te responde: no, no tomo nada. Aunque esté tomando las hierbecitas del hipéricum, o esté tomando valeriana. A lo mejor a este paciente hay que darle otro tratamiento y puede haber una reacción con el llamado producto natural. Puede darse hemorragias sobre todo en casos de intervención quirúrgica. En algunos casos se ha vivido el problema de que la anestesia era demasiado profunda porque el individuo estaba tomando productos así y no había dicho nada. Los que toman el gincoviloba pueden tener hemorragias con gran facilidad porque está actuando sobre sistemas de coagulación muy importantes y entonces te encuentras con efectos inesperados. En cuando se explora se ve que estaba tomando un medicamento natural.
En el caso que te comentaba se estudió los efectos en los pacientes que piden tratamientos naturales porque todo lo natural es bueno dice la propaganda. Estaban tomando eso y se siguieron efectos secundarios. Hay libros y artículos serios sobre todos los efectos secundarios y más cosas aún. Se ha puesto de moda lo oriental, se ha puesto de moda utilizar la medicina ayurvédica o la china. Los ayurvédicos introducen metales pesados en los medicamentos porque consideran que si hay que sedarte, por ejemplo, hay que introducir plomo.
El saturnismo.
Exacto. Saturno es melancólico, todas estas historias que vienen ya de los griegos. A veces te recuerdan cosas que uno lee de la época griega, en Hipócrates.
La medicina china también habla de metales pesados. No son contaminantes, son intencionados en este caso. Se añade mercurio, se añade cadmio, se añaden metales pesados. Los hindúes igual, y esto en hierbas, en productos, en distintos productos naturales, en la cedra, en la cedra vulgaris, en la valeriana, o en lo que sea. Cuando se vieron efectos secundarios, se analizó y se vio que estos metales sobrepasaban las condiciones máximas admisibles con lo que estás provocando un efecto tóxico. Pero esto, según la farmacopea de la República Popular China, es legal.
Los chinos tiene todavía también una medicina con mucho peso histórico que tiene cosas buenas pero que son científicamente muy perniciosas. En la India, apenas hay control. China va modificando mucho todo esto. China está haciendo un avance científico impresionante. La India no
Todo esto estuvo y está de moda. A raíz de estos estudios alemanes, en California, se estudió en las tiendas alternativas los medicamentos que toma la gente libremente y ni inocuo ni efectivo y encima con efectos tóxico. Recuerda lo que hemos hablado de los metales pesados de la ayurvédica.
Que, además, la gente que los toma no sabe todo esto que estás apuntando y presupone o le hablan de su inocuidad. Por lo demás, no hay ningún control sanitario que yo sepa sobre estos productos.
Efectivamente, no hay ningún control porque no son medicamentos propiamente.
Son productos naturales, no son fármacos.
Son cosas naturales dicen. Entrecomilla todo lo que quieras. Si compras un específico ha pasado, ha tenido que pasar por todos los controles exigibles. Ha sido registrado; hoy en día tiene que estar aceptado por la agencia médica de medicamentos y por la agencia de cada país. Hay controles de calidad. Debe haberlos. No niego, no ignoro, que pueda haber fraudes o problemas pero los controles existen.
Por el contrario, todos esos productos no tienen ningún control. Esta es otra de las cosas que se ha pedido al parlamento europeo. Frente a todos estos grupos alternativos, que fundamentalmente, ya te he dicho antes, son los Verdes alemanes, se ha solicitado que estas sustancias tengan control. Alemania, curiosamente, es la primera que empieza a establecer cierto control sobre estos “productos naturales”.
¿Hay algún caso en este ámbito que estás explicando que te venga ahora a la memoria y que creas que vale la pena tener en cuenta?
El siguiente por ejemplo. En Bruselas hubo un caso que se ocultó durante muchos años, pero que hoy en día está ya publicado. Fue en los noventa. Murieron unas cien personas por la utilización de una hierba equivocada. S vendía una hierba para adelgazar, una hierva china, el aristobulum, y esta hierba, como actualmente no hay casi taxónomos ni botánicos porque todo el mundo se dedica a la biología molecular, estaba mal clasificada de origen. Era un hierba parecida a otra, que era altamente tóxica para el riñón, y de cuya ingestión murieron 95 personas por cáncer de epitelio renal.
¿Cómo se llegó a descubrir?
Se descubrió porque es un cáncer rarísimo y porque apareció un brote de este tipo de cáncer en Bruselas básicamente y en muy poco tiempo.
La causa fue un tratamiento contra la obesidad, supuestamente natural, que había sido dado erróneamente debido a una problema de clasificación de plantas.
Exacto. Como hay ningún control, el riesgo existe, no es cualquier tontería. Si tú mañana montas un negocio de importar-exportar hierba, nadie te va a controlar. Vendes lo que estimas oportuno y si se lleva, porque esté de moda, haces negocio. Nadie te pide explicaciones.
Otra cosa es que como, si me permites usar la expresión, el chinito ser listo también, en España ha habido un par de casos, que salieron en la prensa, en los se añadió a las hierbas medicamentos usuales para hacerlos más efectivos. En hierbas traídas de China, hierbas antiinflamatorias, por ejemplo, se les incorporaba un antiinflamatorio muy potente que hoy en día está retirado. En hierbas analgésicas, se les ponía paracetamol. En el medicamento herborístico se encontró que llevaba incorporado medio gramo de paracetamol, la dosis de 500.
Pero que se vendía como medicamento natural, estrictamente natural.
Sí, sí. Aquí actúa la astucia china. Estos tontainas de Occidente están tomando hierbecitas pues yo le meto 500 miligramos de paracetamol que son muy eficaces para la analgesia o le meto el ibuprofeno que es un antiinflamatorio excelente y ya está, resuelto el tema de la eficacia. Las gentes los compraban y se quedaban contentísimas.
Igual les añadían algo más.
No sé si les añadían anfetaminas. Fueron multados pero no por vender hierbas sino por utilizar medicamentos de prescripción sin permiso alguno.
Y ya que estamos en esto, el hecho de que en ciertas épocas este tipo, digamos, de medicina cale más y tenga mayor audiencia, ¿a qué puede ser debido en tu opinión?
Me has cogido. A mi también me gustaría saberlo. Va por ondas, es cíclico. Estamos hablando de un período de más de 200 años. Hahnemann con su homeopatía es del finales del XVIII. Hahnemann tuvo su gran competidor, por eso se trasladó a París. Las modas oscilatorias del siglo XIX. y parte del XX, aparecían en París y se diseminaban por el mundo. Actualmente vienen más bien de Alemania y del mundo anglosajón, sobre todo de Estados Unidos. Los alternativos, die alternative, todo esto viene de Alemania y de California, donde por supuesto todo el mundo es alternativo.
Hablabas de un competidor de Hahnemann
En el XIX, como te decía, Hahnemann se traslada a París y empieza a vender su homeopatía, el similia similibus curantur. En aquel momento su gran competidor es Mesmer. Una de las trilogías de Stefan Zweig, A la curación por el espíritu, está dedicada a todo esto. Habla en este caso de Mesmer, Bakker-Edy y Freud. Mesmer es el fundador… Fue un boom alucinante. Cuando llegas a la literatura de la época, a la prensa de la época, te das cuenta que el boom era total.
¿Qué era el mesmerismo?
El mesnerismo era la curación magnética, la curación a través del magnetismo que tenemos todas las personas. Mesmer no curaba a través del psicoanálisis ni de la psicología. Esto es Freud, el discípulo de Charcot, finales del XIX, principios del XX. El mesmerismo fue a principios del XIX y duró muchas décadas. Hasta finales del XIX se hablaba del magnetismo que desprendían las personas, de que había personas que tenían más magnetismo que otras, de personas que no tenían tanto, del que tenía más. Se ponían en círculos y se daban las manos esperando el paso de la corriente.
Suena a magnetismo físico.
Efectivamente. Es la traslación a la medicina de lo que había pasado en la física. El magnetismo irrumpe en aquella época: los experimentos de Galvani con la contracción de la rata, la electricidad animal y la descripción del magnetismo en física. Todo eso se traslada a la medicina y Mesmer es el gran boom. Fue el gran competidor de Hahnemann
¿Todo es medicina racional?
No, no, esto es medicina irracional. Estamos en un ámbito de la medicina irracional que no tiene nada que ver con la medicina científica actual. No quiero ocultarte que, en mi opinión, una parte de la medicina actual sigue sin ser científica en la practica cotidiana. Pero esto es otro tema. El boom de esto fue en esos años. Luego desaparece, después volvió a renacer y ha seguido hasta hace poco.
Pero la homeopatía, si no ando errado, hasta hace unos veinte o veinticinco años no tenía mucha presencia en España.
Hubo también homeopatía en los años veinte del pasado siglo pero fueron pequeños nudos. Ahora la situación es distinta. Todo lo alternativo, para algunos, es bueno, todo lo natural es bueno. Y no es el caso. Hasta en la televisión venden productos diciendo que como es natural tiene que ser bueno.
Ya hemos dicho antes que la naturaleza está llena de cosas que nos matan. Sacristán solía decir que la naturaleza es nuestra madre, sin duda, pero que a veces se comportaba como una de las terribles madrastras de los cuentos.
¡Qué ojo tenía siempre! ¡No se le escapaba ni una! Y también recuerdo sus comentarios contra el romanticismo naturalista. El porqué de estas ideas y venidas es una cosa de sociología, de sociología histórica. Muy interesante desde luego. ¿Por qué todo esto sigue unas ondas? Los grupos que están en contra de las vacunas es otro ejemplo del que también hablamos en otra ocasión. Todas estas medicinas alternativas tienen unas bajadas, casi desaparecen, y de golpe vuelven a irrumpir con fuerza. En los años cincuenta del siglo XX una cosa así era inconcebible.
¿Por qué?
Porque esa época, los años cincuenta del pasado siglo, fue el gran boom de la medicina: los antibióticos, las hormonas, los tratamientos contra la diabetes,… Después todo esto se ha ralentizando. Realmente, posteriormente, los avances quedaron muy frenados. Ha habido desde luego. Pero no son el gran boom de la epidemiología, la farmacología, de toda la terapéutica, además de todos los avances en diagnósticos, la distribuciones de grades equipos que te permiten afinar el diagnóstico. Los rayos X datan de los años veinte, o de algo antes, pero después tienes todas las historias modernas de las resonancias magnéticas, que permiten ver cosas que antes eran inimaginables y hacer un diagnóstico muy precoz. Pero, junto a esto, coincidiendo, está lo otro. No sé cuantos años dura un ciclo, no sé si son ciclos regulares o no, esto es una cuestión de sociología y no tengo medios suficientes para saberlo.
Pero es fascinante.
Sí, sí, es fascinante. Al menos hay datos desde la época de Mesmer y hasta ahora. Han pasado ya 200 años. Antes también hubo épocas con la prevalencia de unas u otras teorías, pero no en el sentido que estamos comentando
Y esto, en tu opinión, afecta a todos los países de forma parecida o hay sociedades más permeables, más influenciables por estas posiciones.
Hay países más reacios que otros. Ahora la homeopatía lleva unos diez años, en Alemania sobre todo, que es donde generalmente más se mantuvo, en posición destacada. Son los alternativos y su enorme influencia. Bélgica también. En Francia, han sido mucho más reacios, pero también tienen su papel. España e Italia han sido dos de los países más pragmáticos; en el fondo, somos sociedades muy pragmáticas en estos ámbitos, por puro pragmatismo creo, no hay más realidad de fondo. Pero es cierto que también aquí está calando, está calando porque de esta moda. Dicen, y creen algunos, que de esta forma somos más modernos.
Algunas gentes, buenas gentes desde luego, identifican modernidad y ser abierto de mente con todas estas cosas.
Si lo hacen los alemanes, piensan, alguna cosa tendrá. Ellos tienen un fuerte Estado de bienestar, son gente informada. Cuando oigo esto, dicho sea entre paréntesis, yo siempre digo lo mismo: por qué no pagamos impuestos como los alemanes y entonces tendremos mejores servicios públicos. En Suecia tampoco tienen mucho predicamentos estas cosas. Suecia es un país muy pragmático también.
¿Y en Estados Unidos?
Depende, es un país tan enorme. Te vas a California y allí te encuentras con todo esto. Los estudios que antes te comentaba sobre la medicina china, las hierbas chinas, la ayurvédica, están hechos en California, provienen de allí. Todo lo que suene a alternativo, allí tiene un espacio, es muy bien recibido. Yo creo que en Nueva Inglaterra, en la zona de Boston, Nueva York, todo esto tiene menos audiencia. Son más europeos.
Desde un punto de vista de un científico como tú, ¿piensas que todo estas tendencias que estamos comentando debería estar reguladas? ¿Piensas que es mejor que campen a su aire y sin regulación? ¿Debería darse información pública con mucha más insistencia? ¿Debemos pasar del tema y pensar que un día u otro, si hay suerte, esto dejará de practicarse y consultarse y que lo mejor es el silencio y pasar del asunto?
Realmente es muy difícil de contestar a estas cuestiones. La primera tendencia sería decir que debería estar regulado e incluso superregulado, pero con tantas normas como existen nunca sabes muy bien qué es lo mejor. Yo mismo tengo cierto reparo en decir que hay que normativizar más. Lo que parece esencial es que de estas cosas debe hablarse, que se deben informar a la ciudadanía, que hay que difundir opiniones fundamentadas. No hay información pública extendida, no hay en general buena información. Siempre habrá gentes a las que estas cosas les atraiga como atrae, no sé, cosas exóticas como el budismo, hay gentes que se hacen budistas. No sé, ¿cuánta gente va a misa actualmente en España? Es lo mismo. Yo no lo entiendo, no logro entenderlo, pero es obvio que la religión cura. Sin duda, es cierto. La gente muy creyente hacen prerrogativas, hay gente que reza a su alrededor, y funciona. Las prácticas religiosas son un placebo. Si ellos creen, desde un punto de vista médico, si todo esto les cura, pues adelante, es mejor para ellos. Son efectos placebos. Es la curación por el espíritu que decía Zweig, que era un escritor genial.
Y, ya que estamos Eduard, como ves esto de la curación de una alteración del cuerpo por algo, digamos, espiritual.
No es espiritual, nada de eso. Esa es una categoría inadecuada, que confunde.
De acuerdo. ¿Qué seria entonces? Formúlalo tú mismo.
Es cerebral. Donde decimos espiritual deberíamos poner muchas comillas o no usar el término. Si así nos entendemos, pues vale. Pero es cerebral, no es otra cosa. Es la influencia que hay a través del hipocampo. Ahora me voy a poner un poco neurólogo. El hipocampo es la zona cerebral de las emociones, está debajo de la corteza cerebral, es una estructura. Algunos usan la expresión áreas límbicas; otros lo llaman estrictamente hipocampo. Pero existen una serie de estructuras cerebrales donde están nuestras emociones.
Nuestro hipocampo es relativamente grande. Es mucho más grande el de muchos otros animales. El hipocampo de una rata o el de un perro es muchísimo mayor pero en los humanos es la zona en la que están imbricadas memoria y emociones. Y funcionamos, desde luego, también por emociones. Ahí hay una serie de entradas, de imputs. Estamos muchas veces actuando a través de todo esto. Estas áreas inervan toda una serie de estructuras del organismo. Los ganglios linfáticos, por ejemplo, reciben una inervación donde se liberan neurotransmisores que estimulan la formación de defensas, de linfocitos. Después de un examen, por ejemplo, la gente suele tener una bajada de inmunidad.
Estas emociones, la tensión ante un examen o la tranquilidad después de finalizarlo, nos bajan la inmunidad. ¿Por qué?
El estrés siempre nos baja la inmunidad, el estrés cerebral, y la inmunidad se da en todo el organismo. Pero es que los ganglios linfáticos reciben inervación muy importante del cerebro y la liberación de los neurotransmisores, la adrenalina, por ejemplo, hace que se estimule o se inhiba la formación de linfocitos. Aquí tienes un mecanismo donde vas a ser más vulnerable o tal vez no a las defensas en función de tu estado, de tus depresiones por ejemplo. Las personas depresivas, los depresivos, tienen una serie de enfermedades que están determinadas por su estado cerebral porque el cerebro lo inerva y controla todo. Igual el intestino. Los clásicos miraban mucho las heces. El estado intestinal depende mucho de tu estado emotivo también. Cuando tú estás estresado, cuando estás con mucha actividad, tiende a producirse una constricción del intestino y a tener un peristoncismo mucho más lento
O sea, en pocas palabras, el cerebro, no el espíritu, regula o inerva todo nuestro organismo.
A través de una sugestión o de unas emociones se puede modificar enormemente, sustancialmente, la reacción ante las defensas o la reparación de una inflamación. Es complicado explicarlo brevemente. Pero una reacción antiiflamatoria está controlada también por las inervaciones en un tejido que liberan un montón de sustancias. Lo mismo la sensación dolorosa. Tu estado emotivo, el estrés, está influyendo netamente en una reacción inflamatoria, en una reacción alérgica. Estos son aspectos muy complejos pero que no debes dejar de pensar cuando estás pensando en una curación. De esto viene también el efecto placebo.
Los efectos de la homeopatía por ejemplo.
Por ejemplo.
Salvador López Arnal
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* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
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