David Delgado / Artículo de opinión.- Grecia no es el único país que está en el punto de mira del organismo imperialista Fondo Monetario Internacional (FMI), ni tampoco es el único al que se le ha obligado aplicar un plan reaccionario favorable a los grandes capitalistas y contrario a los intereses y necesidades de la gran mayoría de la población. En Rumanía también se esperan meses de lucha por el descontento que ha provocado en los trabajadores y los pensionistas el plan de austeridad o ajuste (cómo se define en la terminología burguesa) que el FMI ha impuesto al gobierno de Traian Basescu.
Con la consabida justificación de controlar el endeudamiento del Estado rumano, argumento con el cual el FMI y la Unión Europea (UE) pretenden imponer medidas impopulares en Grecia, Portugal, España, Rumanía, etc., a partir del mes de junio los salarios de los funcionarios disminuirá un 25%, y la cantidad de dinero que perciben los jubilados y parados sufrirá un recorte del 15%.
Estas medidas antiobreras, que afectarán a millones de rumanos, se toman con el objetivo (según lo pactado por el FMI y el Gobierno rumano) de contener el déficit presupuestario y estabilizarlo en un límite del 5,9%. Era esto, o subir los impuestos (indirectos, por supuesto), dijo el presidente Basescu. La solución, en cualquier caso, es que la crisis no la paguen los responsables, sino las víctimas.
Teniendo en cuenta que el salario medio de los funcionarios ronda los 500 euros brutos, y la pensión mínima es de apenas 85 euros, no cogerá a nadie por sorpresa, que la premonición del líder sindical Bogdan Hossu, quién afirmó que “estas medidas empujarán a la población a una acción social más intensa que en Grecia…”, acabe cumpliéndose.
La gran diferencia entre ambos países, de cara a afrontar la necesaria resistencia frente a los embates de las instituciones imperialistas, es el grado de madurez e implantación de los comunistas y los sindicatos combativos. Si bien algunos sindicalistas advirtieron que la nueva vuelta de tuerca contra los trabajadores, los parados y los pensionistas, traería consigo una lucha social intensa, la falta de desarrollo y dirección del partido comunista (que se encuentra en plena construcción) imposibilita que se reproduzca lo de Grecia, donde el KKE (Partido Comunista de Grecia) y el PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) tienen una influencia e implantación social inmensa.
En cuanto a los trabajadores públicos rumanos, hay que señalar que, junto a la disminución del 25% de los salarios, se suma el que 140.000 serán despedidos antes de que finalice el año. La razón que arguyen el FMI y la Unión Europea: hay que rebajar el “enorme” sector público en un 10%. Cosa que vienen haciendo desde la caída del socialismo en 1989 y la instauración de un capitalismo servil al imperialismo estadounidense en primer lugar, y al europeo en segundo.
El paro en Rumanía ya supera el 8%, y la previsión del FMI es que en los próximos meses llegue al 10%. Esto significa que alcanzará más del doble que en al año 2008.
Estas cifras, que para los canarios y los españoles pueden resultar normales, y en los tiempos que corren incluso un lujazo, en el país europeo oriental es visto como muy elevado y los trabajadores responden con firmeza. Porque el movimiento obrero rumano tiene una experiencia histórica acumulada y unos antecedentes de paro prácticamente inexistente durante la etapa socialista que, aunque ha ido in crescendo en los últimos tiempos con el capitalismo ya campando a sus anchas (y eso contando con la emigración de cientos de miles de compatriotas en busca de trabajo a Europa occidental y Norteamérica), no asumen con resignación el progresivo deterioro de las condiciones de vida.
Rumanía cerró el año 2009 con una recesión aproximada del 8%, y el pronóstico inicial de crecimiento económico en un 1,3%, ya ha sido reducido al 0,8% por el FMI. En cuanto al PIB per cápita de los rumanos, es tan sólo de una cuarta parte de la media comunitaria europea, y sin embargo, el endeudamiento es de los más bajos de la UE, con el 23% del PIB en el 2009.
Es importante recordar, que con el cambio de régimen que trajo la contrarrevolución de 1989, la economía y el comercio nacional dieron un giro radical. El gobierno de la República Socialista de Rumanía, saldó la deuda externa de la nación, y tenía una producción para el autoabastecimiento predominante. En cambio, tras abrazar las recetas elaboradas por los imperialistas estadounidenses, los liquidacionistas rusos (como Gorbachov), y los oligarcas europeos, Rumanía ha ido perdiendo su grado de autosuficiencia y aumentado las importaciones (véanse las imposiciones de la UE para acabar con la producción agraria de los países débiles en beneficio de la exportación de los grandes como Alemania y Francia), lo que ha inclinado la balanza comercial hacia un indicador negativo.
Además, hay que añadir el pacto de mayo de 2009 por el que se acordó entregar al país un crédito internacional de emergencia de 20.000 millones de euros, condicionado al cumplimiento de una serie de órdenes neoliberales, cuyo compromiso está siendo revisado por personal del FMI para ver si se está cumpliendo a rajatabla. Hasta finales de año, al Estado rumano aún le falta por recibir 8.000 millones de euros de este crédito, motivo por el cual los gobernantes quieren ser obedientes con la adopción de los planes de ajuste que demandan el FMI y la UE.
Así las cosas, cuando el FMI ya aprobó el crédito de 30.000 millones de euros para Grecia, que junto a los 80.000 que aportará la UE significarán un total de 110.000 millones de euros, y conminó a España, Portugal e Irlanda a adoptar “rápidamente” planes de ajuste fiscal para rebajar el déficit, también haciendo pagar a los trabajadores las consecuencias del despilfarro y los desmanes de los capitalistas, además de imponer la salvaje reforma a Rumanía que mencionamos, las bolsas europeas oscilan salvajamente, el estado de ánimo de las masas se enfurece y los capitalistas, para salvar sus muebles, cargan sobre la mayoría de los trabajadores asalariados, desempleados, autónomos, pensionistas y pequeños empresarios las medidas antipopulares que hagan falta, incluyendo la represión brutal de quienes protesten.
En el Estado español, este miércoles se anunció el preámbulo de un plan de ajuste que se irá intensificando, mediante el cual se bajarán los sueldos de los empleados públicos un 5% este año y se congelarán a partir del próximo, además de no revalorizar las pensiones con el IPC a partir de 2011, suprimirse el cheque-bebé (que tanta propaganda dió al gobierno de Zapatero), eliminar el régimen transitorio para la jubilación parcial, reducir la cantidad de dosis de medicinas que se podrán dispensar en la sanidad pública, recortar la ayuda al desarrollo, y pegar un tijeretazo de 6.000 millones de euros a la inversión pública estatal.
Por no hablar de la contrarreforma laboral que nos espera, y la contrarreforma del sistema de pensiones.
Para nosotros, los canarios, cada vez son más favorables las condiciones para romper con la UE, y más evidentes las razones.
* David Delgado es miembro del Comité Central del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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