J.M. Álvarez * / Artículo de opinión.- La empresa estatal de Bolivia, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos ha anunciado que, tras la nacionalización de los hidrocarburos, Bolivia ha obtenido unos ingresos superiores a los siete mil millones de dólares en sólo cuatro años. El ministro del ramo Luis Fernando Vincenti, resaltó que hasta entonces las multinacionales "disponían de nuestros recursos naturales de manera discrecional, en beneficio de pocos y en perjuicio de la gran mayoría de los bolivianos"(sic)
Las cifras cantan. Los beneficios que antes iban a parar a las manos golosas de ladrones europeos y estadounidenses, ahora se quedan en Bolivia. Esas son las razones de las campañas de descrédito que los medios occidentales desatan contra ese país, Cuba, Ecuador, Venezuela y, en general, contra todos los que aspiren a un desarrollo independiente sin tutelas, "con socios pero no patronos" como dijera una vez Evo Morales.
La rabia imperialista, prepotente y con grandes dosis racistas, no tiene límites. Ya han surgido voces diciendo que para Bolivia ha sido fácil obtener esos beneficios, porque se ha “aprovechado” de las infraestructuras creadas por las multinacionales, pero que en pocos años será otro cantar, pues aquellas estarán obsoletas, ya que Bolivia, al ser un país poco fiable, se quedará sin inversiones externas. Falso.
Bolivia no está sola. Existe el Banco del ALBA que empieza a dar sus primeros pasos y surgen (también dentro del ALBA) las empresas “grannacionales conjuntas”, definidas por el presidente boliviano como instrumentos de liberación financiera que sustituyen a las multinacionales occidentales. No obstante vivimos en un mundo convulso; por tanto quienes iniciaron revoluciones democráticas en América Latina, tienen el deber de defenderlas arrebatando todo el poder a la vieja burguesía.
Por su parte, el capitalismo sigue con su discurso de que la inversión extranjera (en el contexto de la economía neoliberal que ha demostrado su fracaso en todo el mundo), es la panacea. Que nos explique entonces para qué sirvieron las privatizaciones, e inversiones sin condiciones, en Grecia y en otros países. ¿Quizás evitaron la bancarrota griega y que varios Estados más, estén en quiebra técnica?
J.M. Álvarez
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