David Delgado / Artículo de opinión.- En la IV Convención de Líderes Hispanos, que se celebró los días 22 y 23 de abril en Santa Cruz de Tenerife, los representantes de los intereses estadounidenses en Canarias reflejaron, una vez más, que tienen planes muy importantes para nuestro Archipiélago. Obviamente, esos planes (que son suyos, para ellos) pasan por el aprovechamiento del espacio terrestre, marítimo y aéreo canario para los intereses económicos de las grandes multinacionales propiedad de los capitalistas estadounidenses, y militares, al estar nuestro archipiélago situado en un lugar privilegiado para la estrategia imperialista de EEUU en África.
Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, dijo en la mencionada Convención que hay “que dejar de hablar y empezar a actuar” para convertir a Canarias “en lo que es Singapur para Asia o Miami para el Caribe”. Malet recordó a los asistentes, por si algún distraído todavía no se dio cuenta, que la Cámara estadounidense utiliza Canarias como plataforma de Occidente y, “muy especialmente de las multinacionales” del país al que representa, hacia África occidental.
Lo que ofrecieron en el encuentro que tuvo lugar en Tenerife personalidades como Jaime Malet o Juan Verde, asesor de Obama en Comercio (también presente en la Convención), fue una alternativa política y económica a la burguesía canaria y a sus representantes políticos en la estela que lo viene haciendo desde hace algún tiempo. Esto no es nada nuevo e irá a más. EEUU tiene unos intereses y unas preocupaciones crecientes con respecto al continente africano, y en Canarias el modelo económico productivo está completamente agotado mientras la clase política anda renegociando con Madrid las fórmulas pactadas de la versión moderna del Pacto Colonial histórico (REF, RIC, REA…), y en medio de una crisis económica alarmante, el carácter apátrida, antinacional y colaboracionista de la burguesía se hace más patente.
La estrategia estadounidense de conquistar diplomáticamente el archipiélago canario para orientarlo como base logística de las operaciones comerciales y financieras de las sanguijuelas imperialistas y sus multinacionales, así como plataforma militar, se consolida cada vez más. Este “proceso” que según Malet tratan de liderar, “es una opción estratégica” que se le propone a los agentes políticos y económicos de la burguesía cuyos intereses radican en las islas.
Profundizando en sus argumentos, dijo que hay que “pensar que Canarias no se acaba en el turismo y el desarrollo inmobiliario”. Que existe “una oportunidad única de convertir a la parte más meridional de Occidente en África lo que Singapur es para una parte de Asia o Miami para el Caribe”. Es decir, un espacio especial para los intereses imperialistas en el terreno comercial, financiero y empresarial.
Malet no ocultó que participó en la Convención para comprobar el grado de compromiso e interés que tienen sus aliados canarios, es decir, los mandamases vendepatrias, y cotejó que efectivamente existe “muchísimo interés”.
Y es que hasta el vicepresidente y Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria, líder de la sucursal del PP en Canarias y, por lo tanto, posicionado en el ala más conservadora y españolista de la burguesía criolla, considera que Canarias “es el mejor pasillo” de América para invertir en África.
O sea, que los estadounidenses tienen desde hace mucho tiempo un plan para Canarias que están desarrollando y que profundizarán en un futuro a corto plazo. La burguesía canaria, incapaz de constituirse en clase nacional, por su parte, tiene distintos planes, entre los que se encuentra, para un sector importante de ella, la paulatina mudanza de la subordinación del imperialismo colonialista español al imperialismo neocolonialista estadounidense.
El Estado español, que debe estar intranquilo por el floreciente acercamiento estadounidense y la posibilidad de que su alternativa vaya más allá del plano comercial y militar hacia el establecimiento de nuevas relaciones en el marco político, también tendrá sus planes. ¿Y los canarios qué planes tenemos?
Pues hay más de uno, pero el único que puede beneficiar a la inmensa mayoría de la sociedad canaria, a los trabajadores asalariados que son el 90% de la población activa, a los pequeños comerciantes y a todas las capas populares, es el de la República Socialista Canaria. O lo que es lo mismo, conquistar por la fuerza una Canarias Libre y Socialista.
Porque mientras los estadounidenses, con sus asesores, representantes y agentes en el Archipiélago, mueven sus piezas para implantar su proyecto estratégico en Canarias, la burguesía canaria negocia con la metrópoli la posibilidad de invertir los fondos destinados a la RIC en el extranjero (cuestión en la que todos los partidos están de acuerdo, y que en la práctica ya se ha hecho), la reforma del Régimen Económico y Fiscal antes de que expiren en el año 2013 las figuras que lo conforman, además de la reforma del Estatuto canario que se proyectó en el Parlamento autonómico en el 2006 y que entre los partidos la única voz discordante que ha dificultado el trámite es la aspiración del PSOE de reformar el sistema electoral (tema insustancial a grandes rasgos), las fuerzas de izquierda anticapitalista tenemos que ir construyendo las condiciones para que surja una tercera alternativa popular, soberana, independiente de las maquinaciones del imperialismo español, estadounidense o cualquier otro.
Para ello las fuerzas políticas y sindicales anticapitalistas de Canarias que representan a las clases sociales interesadas en aupar una alternativa para las mayorías, tenemos que hacer un ejercicio de responsabilidad histórica y madurez política para no frenar el proceso revolucionario.
Por ejemplo, dividir a los trabajadores el Primero de Mayo por la competencia sindical de las cúpulas, fomentar el sectarismo, pensar con una mentalidad propia de los automarginados y altaneros que desprecian a las mayorías -a quienes se culpa de todos los males (ya se sabe, el idiotismo de las masas)- y huyen de ellas para refugiarse en sus cómodos mercados de votantes, simpatizantes y afiliados, o consagrar todo el trabajo político al risco electoral, son algunas muestras de lo que no se debe hacer.
Por el contrario, fortalecer la unidad y conciencia de las masas, impulsar el imparable proceso unitario de los comunistas y el reagrupamiento de la izquierda anticapitalista, ir a por la conquista de las mayorías defendiendo nuestras propuestas y consignas allí donde están las mayorías, y restaurar la lucha revolucionaria, con métodos y objetivos revolucionarios, son los únicos ingredientes que potenciarán el proceso transformador por el que luchamos los comunistas, los socialistas revolucionarios y todas las fuerzas de la izquierda anticapitalista.
* David Delgado es miembro del Comité Central del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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