Carmen Moreno Martín / Artículo de opinión.- Hace ya algún tiempo -más de un año, para ser exactos- escuché decir a Pepe Blanco del PSOE que el pueblo debe comprender la voluntad de sus dirigentes… Porque esa es la cuestión, que el pueblo comprenda cual es la santa voluntad de los que mandan. Pero permítanme que les diga que lo de que los dirigentes son servidores que se atienen a la voluntad del pueblo soberano, eso es un cuento chino, como cuento chino debe ser también lo de los derechos que la constitución otorga, a juzgar por las declaraciones realizadas por el que fue Sr. Vicepresidente segundo del gobierno y ministro de economía, a la sazón, Sr. Solbes, manifestando su total desacuerdo a conceder “derechos para toda la vida” y dinero para proyectos de bienestar social. ¡No sabía yo que un derecho tenía fecha de caducidad! y que la gestión de un gobierno que se dice socialista debía encaminarse a llenar las arcas del estado sin que los pecunios reviertan en el pueblo... Pero así es. Y así lo muestra el continuo baile de sí pero no que se trae hoy el gobierno con las continuas rectificaciones que no responden al cumplimiento de su deber, esto es, seguir la voluntad del pueblo, sino a mantener su prestigio y pundonor a salvo.
O sea, que la cosa es así: “tiene usted derecho a la libre expresión los meses que no lleven erre” o “su derecho a una vivienda digna es sólo válido para los años pares” o “el derecho a la igualdad se concederá sólo a hombres y mujeres de ojos verdes y por bienios”, o las pensiones y el sueldo de los funcionarios públicos se establecerán según convenga al Gobierno de turno para subsanar sus dispendios y errores... esto es, derechos no para toda la vida y en todo caso, limitaditos para que resulten baratitos… Y el bien estar social se mantendrá por la gracia de no se sabe quién, y no porque los pecunios del estado sean el fruto de la recaudación de impuestos pagados por el pueblo... ¡Qué disparate, por favor!.
Cada vez que un dirigente de no importa qué partido, “legalizado” o no, abre la boca, dice algo que denota la realidad de lo que significan y para lo que están: para mandar y ejercer el poder pasando por la falacia de las urnas, y pasándose por el arco del triunfo una voluntad popular que de soberana parece no tener nada de nada, agravado por el hecho de tener una ley electoral favorecedora del bipartidismo, y castigadora de los partidos minoritarios, pues para que PP o PSOE obtengan un escaño les vale simplemente con 60.000 votos, mientras que para que IU obtenga un escaño, le hacen falta 500.000 votos. Y me pregunto yo, ¿puede el pueblo, con esta ley electoral, expresar equitativamente su voluntad soberana? De manera que la voluntad popular queda sesgada y ultrajada doblemente: por una ley electoral deficiente y por la partidocracia. Se dice que es en el parlamento dónde reside la soberanía popular, pero lo de soberanía debe referirse a la de los partidos y no a quienes estos representan, mientras que lo de popular deben referirlo a la acepción 5ª del diccionario de la Real Academia Española, que dice: "Que es estimado o, al menos, conocido por el público en general" en lugar de hacer referencia a la primera acepción que dice "que es peculiar del pueblo o procede de él" como en realidad debiera ser... Y si esto ofrece dudas, véase lo que ocurre con la renovación de cargos del Consejo del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional...
No nos engañemos, para estos politicastros del tres al cuarto, en este sistema pseudodemocrático y partidocrático en el que nos movemos y el que sufrimos, lo único que interesa e importa a la clase dirigente es la ostentación del poder y el llenarse los bolsillos, de paso, sin importar demasiado lo que le acontezca al pueblo, salvo si en el extranjero peligra el prestigio de España para "pagar" sus deudas, -léase, de la gestión de los gobernantes de turno-, en cuyo caso se bajan todos los pantalones y se apresuran a seguir las indicaciones de esas instituciones extranjeras que tanto saben, ya sean abaratar costes de despido, bajar sueldos de funcionarios o recortar pensiones. ¿Cómo es que nunca se plantea como medida el abaratamiento del sueldo de los grandes ejecutivos, los de la Banca, por ejemplo, o la subida de impuestos a estas clases? Por cierto que el Banco de Santander ha tenido substanciosos beneficios inclusive con la crisis o gracias a ella, que nunca se sabe... y la soberanía popular, parece ser que se la traen al pairo porque el pagano de siempre -el pueblo llano y trabajador- les sacará de los problemas que su corrupto sistema, el capitalismo, claro, crea.
En este sistema nuestro, la clase política, con muy pocas excepciones, ejerce el “primero digo” de sus falaces promesas electorales, y el “luego diego”, de no dar cumplimiento a nada y pasárselo todo por el forro, a diestro y siniestro; con arrogancia, con todo descaro y sin que les tiemble ni un poquito la voz. Lo mismo da que sean de derechas o que se llamen de izquierdas –porque serlo sería otra cosa y lo que es serlo, de izquierdas, digo, ni uno lo es-. Y el pueblo, que sólo es soberano sobre el papel, ese papel ambiguo y contradictorio llamado Constitución Española del 1978, que, verbigracia, proclama la igualdad de género para todos los españoles, excepción hecha de la familia real y la sucesión, –que no sólo es esa la ambigüedad y la contradicción que alberga ese texto, sino una más-, sigue siendo lo que siempre fue y nunca ha dejado de ser: panda de súbditos esclavos y sometidos, dejándose engañar y permitiendo que les sigan dando por dónde amargan los pepinos.
Y luego, para apuntalar bien sus tesis y voluntades, recurren a eso tan manido de “todos los españoles piensan”… “Todos los españoles creen”… “Todos los españoles saben”… “Todos los españoles esperan, desean, entienden, rechazan, aceptan”… “El pueblo español quiere”… Que digo yo que esos dirigentes afiliados a la partidocracia –partido único español, con matices-, además de codiciosos y corruptos, deben ser videntes, ¿o le han preguntado uno a uno a todos los ciudadanos, sobre todas esas decisiones y conflictos bizantinos que enarbolan, arguyen e instrumentan? ¡Qué va!. Y si no, vean como se ponen lívidos de pánico, cada vez que alguien plantea hacer un referéndum para saber la voluntad soberana y real –de realidad- de la mayoría del pueblo… En fin, una miseria monumental, pues los miserables no siempre son esos marginados paupérrimos y sin techo que nos encontramos, sino gentes de corbata, guantes, sombreros y barrigas llenas que ocupan escaños en parlamentos y esas cosas, cosas como cargos de ministros y demás
En fin, veremos si algún día, esa clase política "mayoritaria" de los dos grandes partidos, nos sorprenden, para variar, con una nueva actitud, a saber, con la de que tengan más en cuenta la voluntad y las necesidades del Pueblo Soberano que las propias y de sus partidos, y se empeñen en comprenderlas y llevarlas a cabo con una buena gestión de lo público, en lugar de tratar de hacer su santa voluntad y que sea el Pueblo Soberano quien se esfuerce en comprender esas "voluntades" y a ver si este Pueblo Soberano del que formamos parte muestra un poco más de rigor y sentido común al ir a votar y da un plante para que aprendan, porque, hoy por hoy y en mi opinión, nadie se merece un voto.
Carmen Moreno Martín alias Hannah
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