Orestes Martí * / Artículo de opinión.- En el artículo anterior (1), citando a Webster Tarpley, recordé sus palabras: "...Eso significa que el rostro del imperialismo ha sido sometido a una cirugía estética"........ Quisiera precisar ahora que esa intervención cosmética está lejos de concluir; es más, parece que se mantendrá durante un tiempo no precisado o tal vez haya vuelto la época en que la cultura de Hollywood -cultura por demás dominante-, vuelva a ser la estructura de fantasía en la cual vivamos todos, marchando de la mano de la Ingeniería del Consenso hacia el idílico establecimiento del "Cynical Power" imperial.
Vale la pena -pienso- recordar algunos detalles en relación con Hollywood y ciertos pasajes de su existencia.
Gerard Meyer: en "American Motion Pictures in World Trade" (2) escribió: "...no ha existido jamás mejor vendedor de los productos norteamericanos en el exterior que las películas..."
En efecto, muchos autores coinciden en que la industria cinematográfica ha sido uno de los puntales fundamentales sobre los que se ha erigido una colosal penetración ideológica a lo largo y a lo ancho del mundo, especialmente después de concluida la Segunda Guerra Mundial, cuando las nueve mayores y más poderosas empresas del sector se unieron en una especie de cartel al que denominaron Motion Picture Export Association (3), que estableció un sistema de cuotas para la exportación y el reparto de los beneficios.
Aprovechando aquella oportunidad, en una competencia desleal, desplazaron a las empresas como la francesa(4) y la misma alemana, otrora poderosas y de una filmografía fuertemente nacionalista. En el caso del Reino Unido también se recibieron presiones de la industria norteamericana y se vieron obligados a reducir los aranceles de importación a los filmes norteamericanos -que era de un 75%- mediante un "acuerdo" firmado en 1950-10-01. En cuanto a los países ocupados por el Ejército de EE.UU. éste desempeñó un papel fundamental en la penetración de los filmes debido al control que ejercía el denominado Information Service Division (ISD) y que, además, incluía la censura.
Reinghold Wagnleitner (5) llegó a afirmar: "...La política de contención [del comunismo] no fue sólo una versión modernizada de la Doctrina Monroe [para Europa], sino el triunfo de lo que he dado en llamar la Doctrina Marilyn Monroe, lo cual me parece más apropiado.."
Por allá por el año 2004 apareció el libro "Operación Hollywood", en el que su autor David L. Robb (6) descubría como numerosos directores de Hollywood se doblegaban bajo la presión de los generales y admirantes del Pentágono y la forma en que las películas se transformaban en propaganda y la "libertad de expresión queda reducida a un bien cada vez más escaso".
Por cierto, en uno de los comentarios al libro, apareció la afirmación siguiente: «Más que una buena película, lo que gusta en Hollywood es un buen negocio».
Robb, un periodista cuya carrera profesional se había desarrollado en las trincheras de Hollywood, decidió investigar un supuesto entendimiento entre los servicios armados y Hollywood. El libro, resultado de dicha investigación, descubría tal relación así como la utilización por parte del ejército de las películas en las que ha participado. Una relación -se asegura en la obra- que data de, al menos, 1927 con "Wings", la primera película que ganó un Oscar.
Robb aseguraba que mientras los productores se beneficiaban con la utilización de material bélico para sus películas, el Pentágono aprovechaba para "maquillar" su presencia en la gran pantalla y aparecer siempre con luz positiva: "Casi siempre te piden cambios en el guión" ... "Si no haces los cambios que quieren, tienes que llegar un compromiso o no te dejan el material" (desde barcos, tanques y aviones hasta bases militares, submarinos o tropas). Después que se aprueba el proyecto y los cambios "sugeridos", el Pentágono o la rama militar correspondiente envían lo que ellos llaman un "asesor técnico", que no es otra cosa que el vigilante de los intereses del ejército, quién se asegura que las escenas retocadas no sean cambiadas. Y no sólo eso; después de finalizado el rodaje y el montaje, el producto final se proyectará ante la plana mayor del Pentágono antes de ser distribuido para ser visto por el público. Según Robb"cualquier americano encontraría esto cuestionable"...
El artículo donde Robb es citado varias veces, es bastante explícito y recoge algunas afirmaciones suyas que -obviamente- aclaran muchas cosas; refiriéndose al famoso filme Black Hawk derribado dice el articulista que "narra el trágico asalto de un reducido grupo de militares estadounidenses contra la base de un señor de la guerra en Mogadishu, Somalia. Uno de los momentos más crudos, que no aparece en el filme pero que se dio en la realidad, es cuando los cuerpos sin vida de soldados estadounidenses son arrastrados por un grupo alterado de guerrilleros por las calles de la capital somalí. «Quién sale perdiendo es el público, que está siendo saturado de propaganda militar en el cine y la televisión», avisa Robb. Una propaganda que, según el periodista, persigue un fin común, «reclutar personal», y vender al público la necesidad de un cuerpo militar victorioso. Por esa razón necesitan limpiar la cruda realidad de la vida militar".
El artículo en cuestión dice que "Robb asegura que muchos de los integrantes del ejército se alistaron tras ver una película. Matt Morgan, antiguo jefe de la oficina de relaciones con el cine de los Marines, admite que se apuntó después de ver Top Gun, protagonizada por Tom Cruise. Después del estreno aumentaron drásticamente los reclutas del programa naval de vuelo, donde el personaje de Cruise hacía maravillas. El gran objetivo del ejército es el público joven. Uno de los mejores ejemplos es el filme The Right Stuff, sobre los primeros días del programa espacial. El guión original estaba cargado de tacos y lenguaje soez. El ejército -que elimina todo rastro de consumo de drogas y alcohol en personajes militares-, mandó una carta a los productores sugiriendo suavizar el diálogo para evitar que el comité de catalogación de la MPAA (Motion Picture Association of America), que protege los intereses de los estudios, le diera una R -que impide la entrada a los cines de los menores de 17 años sin compañía adulta- «Si se distribuye con una R», dice el documento, «elimina gran parte del público adolescente, prioritario para los servicios de reclutamiento»".
Otro interesante libro que aborda este importante asunto de la utilización de la cinematografía como medio de propaganda de las Fuerzas Armadas norteamericanas es "Hollywood, el Pentágono y Washington. Los tres actores de una estrategia global", de Jean-Michel Valantin (7), doctor en estudios estratégicos.
En la reseña del libro se expresa, entre otros aspectos: "la industria cinematográfica norteamericana ha sabido crear un imaginario que hábilmente ha desplegado alrededor del mundo. Este imaginario es mucho más que una simple manifestación del mito del Pueblo Elegido propio de la ideología de una superpotencia. El cine es, asimismo, el medio por el cual Estados Unidos se impone como capital y gobierno del mundo; deviene un instrumento estratégico que produce hegemonía. Jean-Michel Valantin nos muestra cómo los protagonistas de esta historia -Hollywood, el Pentágono y Washington- establecen y sostienen una relación a veces cordial, a veces tensa, pero siempre productiva. Define un supra género, al que denomina "cine de seguridad nacional", que atraviesa todos los géneros cinematográficos. El cine bélico, la ciencia ficción, la comedia, el cine negro y policíaco, el fantástico o el de terror aparecen aquí constantemente influidos por el debate estratégico norteamericano"...
..."Mediante el análisis preciso de películas de inmensa popularidad anteriores y posteriores al 11-S (de La Guerra de las Galaxias y Rambo a Armageddon, de Salvar al soldado Ryan a Black Hawk derribado), el autor descorre un tupido velo tras el que se esconden las relaciones del gobierno norteamericano con su aparato militar y la fábrica de fantasías de Hollywood, relaciones documentadas -a menudo sin tener plena consciencia de ello- en las grandes producciones para la gran pantalla que invaden las salas de todo el mundo"...
Y en medio de estas relaciones promiscuas aparece -y gana nada menos que un "Oscar" en el presente año-, la película “The Hurt Locker”.
Pues no es de extrañar entonces que sobre ella el comandante de las tropas estadounidenses en Irak, general Raymond Odierno, haya dicho que la aprecia mucho: "Lo que me gusta de esta película -dijo el general en una entrevista concedida a la televisión pública estadounidense PBS- es que muestra sobre todo la camaradería que existe, la tensión, el riesgo inherente a ciertas cosas que hacemos aquí".
En una interesante información sobre el tema aparecida en la publicación "CUBADEBATE" (xx) se brindan algunos datos que me ha parecido pertinente compartir con los lectores:
"The Hurt Locker” no tiene traducción clara al español, idioma en el que se conocerá como “En Tierra Hostil“, “Zona de Miedo” o “Vivir al límite”. O bien, podría haber sido “El muchachito bueno y temerario que es adicto a la guerra”, o mejor: “Menos mal que estamos nosotros, los marines, acá en esta ciudad tan fea y violenta".
La ciudad fea y violenta es Bagdad. El muchachito es el sargento de primera clase de la Armada de Estados Unidos William James (Jeremy Renner), un temerario especialista en desarmar bombas.
Lo vemos una y otra vez, lidiando con artefactos chiquitos y grandes, ora en un suburbio de Bagdad, ora frente a oficinas de las Naciones Unidas… en la segunda mitad del filme (dura algo más de dos horas) se adentra por su cuenta a las calles oscuras para investigar a los terroristas que arman bombas. También, en una mala tarde, sostiene un duelo de francotiradores en las afueras de la ciudad fea y violenta… así acaba su rotación, y vuelve a casa.
“Los terroristas estacionan un camión en un mercado, regalan caramelos… y explota”, le cuenta a su mujer Connie (Evangeline Lilly, la Kate de Lost) una tarde de lluvia en su bella casa: “Necesitan más técnicos en bombas”, explica nuestro héroe. Y vuelve, claro, a la ciudad fea y caliente y violenta. Fin. Aplausos. Mejor película, mejor dirección, mejor guión original, y otros tres muñequitos más… ahora, a distribuirla en América Latina. Los hombrecitos dorados atraen como nada en los afiches de los cines. Más millones garantizados. Más propaganda de guerra.
"Más allá de sus cualidades técnicas y narrativas, cuestión que no compete abordar aquí, “The Hurt Locker” es, esencialmente, propaganda de guerra. De una guerra de ocupación que ya lleva siete años y donde murieron, según cálculos muy conservadores, al menos 100.000 civiles, otros, indican que esa cifra supera el millón de personas. El detalle de las bajas estadounidenses es más puntilloso: 4.698, hasta ayer.
"Sin embargo, en la gran ganadora de los Oscar nuestros héroes jamás disparan sus fusiles si no están seguros de que el civil que tienen enfrente representa una amenaza. Se ponen nerviosos, sí. Hasta tienen miedo, pero no disparan. ¿Quién mató entonces a tantos civiles en Iraq? Nuestros héroes, seguro que no.
"Por el contrario, allí vemos cómo los marines ayudan a mujeres a salir de zonas peligrosas, a coroneles estadounidenses conversando amablemente con ciudadanos iraquíes, al sargento James desesperado porque no puede quitar un corsé de explosivos a un civil al que los malos, los terroristas, obligaron a convertirse en hombre bomba....
..."Como sea, en esta guerra de Hollywood los ciudadanos de bien podemos sentirnos tranquilos. Mueren los terroristas, pero también sus matadores poco ortodoxos.
"Nuestros héroes desean fumar marihuana, pero no la consumen, sólo alcohol. Desean irse de putas, pero no van. Desean ser buenos soldados, pero no saben si lo han logrado. Eso sí, en esta guerra de Hollywood, nadie se pregunta qué hacen nuestro héroes tan lejos de Kentucky o Minnesota.
En “The Hurt Locker” los civiles iraquíes, ésos que ya han muerto por centenares de miles, son hostiles, pero no mucho. En un pasaje del filme, nuestros héroes viajan en un vehículo blindado mientras unos niños les arrojan piedras, el plano siguiente es una subjetiva desde dentro del vehículo, ahí podemos ver las caras de los querubines, están sonriendo. En la guerra de Hollywood los niños no sufren ni repudian, ni mueren, juegan.
"Mientras, los marines desarman bombas. Y es que en Iraq son tan necesarios como en la Haití post terremoto, en la Colombia del “narcoterrorismo” o en el Afganistán del inasible Osama. Y para los que tengan dudas de la necesidad que tenemos de que los marines sean la policía internacional, están Hollywood y la primera directora ganadora de un Oscar, y el primer presidente negro, galardonado con el menos glamoroso pero siempre efectivo Premio Nobel de la Paz.
¿Qué sigue en Hollywood? ¿Un filme sobre Yemen? ¿O sobre Venezuela? Ése ya está listo, el protagonista es Sylvester Stallone y se estrena en agosto."....
Lógicamente en la cinematografía norteamericana no se aborda cuáles son las causas reales del terrorismo en lo que el historiador norteamericano Howard Zinn denominó "profundos agravios contra los EE.UU. ..... que deben ser abordadas... si se quería detenerlo"(9)
-el estacionamiento de tropas norteamericaanas en Arabia Saudita, un sitio sagrado para el Islam
-los diez años de sanciones contra Iraq quue, de acuerdo con las Naciones Unidas, habían causado la muerte a miles de niños
-el continuo apoyo norteamericano a la ocuupación de Israel de la tierra palestina, incluyendo el otorgamiento de billones de dólares en ayuda militar a los sionistas.
Sin embargo -continúa Zinn- estos problemas no pueden ser abordados sin cambios fundamentales en la política exterior norteamericana. Estos cambios no pueden ser aceptados por el complejo militar-industrial que domina en ambos partidos, porque requerirían la retirada de las fuerzas militares alrededor del mundo y renunciar a la dominación política y económica de otros países -en síntesis, al papel de los Estados Unidos como una superpotencia"
"Esos cambios fundamentales requerirían de un cambio radical en las prioridades de gastar de 300 a 400 billones de dólares anuales en los militares, a utilizar esta riqueza para mejorar las condiciones de vida de los norteamericanos y de otras personas en el mundo"...
..."Mediante ese cambio radical en sus políticas, los Estados Unidos no serían más una superpotencia militar, sino una superpotencia humanitaria, empleando su riqueza para ayudar a los necesitados...."
Para brindarle al lector una idea de lo que se recoge en la película descrita, hemos insertado algunas imágenes de la misma(10); pero como que la cinematografía actual y reciente tiene otros ángulos; otras facetas que conducen al cuestionamiento de su real papel en la sociedad contemporánea; a su ubicación en el contexto de un mundo de Información-Comunicación lleno de blancos y ruidos, también ofrecemos dos series de vídeos(11), una bajo el título de "la CIA, Hollywood y el bioterrorismo, confiamos en sus mentiras", la segunda "Armas de decepción masiva", una explicación bastante cercana a la forma en que aparentemente "los medios comerciales" fueron manipulados en la Guerra de Irak (¿alguna razón para que no lo estén siendo igual en la de Afganistán?).
Antes de concluir, le recuerdo una vez más que este artículo -como otros ya publicados con anterioridad- ha sido confeccionado bajo nuestro sistema de "Artículo-Dossier" y clasificado como "ACTUALIZABLE".
NOTAS:
(1) Soft Power; Hard Power; Smart Power= Cynical Power
(2) Gerard Meyer. American Motion Pictures in World Trade. Annals of the American Academy of Political and Social Sciences, Issue 254, 1947, pp. 31-36.
En http://www.cas.umn.edu/pdf/wpq24.pdf
(3) Más información (en inglés) sobre la historia de la industria cinematográfica de EE.UU. en
http://www.mpaa.org/AboutUs.asp
(4) Mediante en Blue-Byrnes Accord -1946-05-28- la cuota obligatoria de cine francés que debía ser proyecto dentro de Francia pasó del 55% al 30%
(5) Reinghold Wagnleitner en "American Cultural Diplomacy, the Cinema, and the Cold War in Central Europe", brina algunos elementos que no tienen desperdicio: "No debe sorprender a nadie que el ISB usase sus poderes para favorecer los intereses de Hollywood. Durante más de dos años, los ingresos generados por la proyección de filmes austriacos y alemanes en estos países se destinaron a sufragar el costo de distribución de los files norteamericanos" ... "fueron precisamente esos artistas de Hollywood [se refiere a los perseguidos y represaliados por el McCarthismo en EE.UU.] y sus filmes, quienes mejor lograron difundir el american way of life en el exterior".... "la mayoría de los jóvenes europeos de entonces soñaban con las cocinas americanas, los carros, los rascacielos, los productos en conserva, la música pop, Mickey Mouse, las medias de nylon y los cigarrillos, las lavadoras, los supermercados, las autopistas, la Coca-Cola y el whisky, las chaquetas de cuero y los cosméticos"...
Sobre la persecución y represión a los artistas en Hollywood, recomiendo leer "Hollywood operación caza de brujas", en http://oscarherradon.wordpress.com/2009/02/06/hollywood-operacion-caza-de-brujas/
(6 ) 'Operación Hollywood': cuando el Pentágono usa el cine como arma
En http://www.belt.es/noticias/2004/octubre/08/pentagono.htm
(7) Hollywood, el Pentágono y Washington. Los tres actores de una estrategia global
Autor: Jean-Michel Valantin
http://laertes.es/editorial1/product_info.php?manufacturers_id=20&products_id=771&osCsid=f4493829d65a99d3f077ddb9a5085e14
(8) Hollywood, o cómo quedarse para siempre en Iraq
En http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/03/10/hollywood-o-como-quedarse-para-siempre-en-iraq/
(9) Howard Zinn. La otra Historia de los Estados Unidos. pp. 496-497
(10)
(11)
Orestes Martí
Las Palmas de Gran Canaria
14 de marzo de 2010
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