Sanidad Pública / Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias.- El pasado 18 de Marzo, la ministra de Sanidad, acompañada por todos los consejeros autonómicos para escenificar el consenso, anunciaba, a través de una nota de prensa que rezumaba autosatisfacción, tres medidas para controlar el gasto farmacéutico: La modificación del sistema de precios de referencia, que ahora se fijará en base al fármaco con el precio más bajo, una rebaja media del 25% en el precio de los genéricos y establecer un precio máximo de los medicamentos para síntomas menores (que en realidad son financiados por el bolsillo de los usuarios). Es decir, se seguirán aprobando y financiando con dinero público medicamentos “me too” o “reciclados”, se mantendrá la actual política de fijación de precios, desconsiderando su valor terapéutico o su coste efectividad, y nada se dice sobre la transparencia o el control del marketing (cuya influencia en la prescripción es determinante), mientras se castiga a los genéricos sin promover su utilización.
Por tanto, son medidas que no entran en los problemas de fondo del gasto farmacéutico, con exquisito cuidado en no lesionar los intereses de las grandes multinacionales.Como ha dicho la ministra, este conjunto de medidas no afectarán ni a la industria farmacéutica de productos innovadores ni a las oficinas de farmacia. Según Jiménez, los márgenes de beneficios "no se verán afectados". "Es más -apostilló--, incluso se verá reflejado un reconocimiento".
Cierto es que los acuerdos incluyen otros aspectos, largamente reivindicados, como el calendario vacunal único, la opción (sin determinar) de una central de compras, las facturas sombra o el tiempo máximo de espera quirúrgica, aunque esto último, dependiendo de su implementación, puede ser un arma de doble filo. Para la ADSPC estamos ante una nueva oportunidad perdida, con algunos pequeños y discutibles avances.
En el caso de Canarias, la Consejera Roldós afirma que el ahorro representará 75 millones de euros para las arcas públicas. La opinión pública debe de saber que una política de uso racional de los medicamentos, sería mucho más eficaz que las medidas que nos anuncian a bombo y platillo. En resumen, las medidas tienen más de propaganda y autosatisfacción que de eficacia y mejora del gasto farmacéutico.
27 de marzo de 2010
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias
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