Pobreza y desigualdad / Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias.- La Consejería de Sanidad nos castiga con una nueva, y como siempre desenfocada, campaña dirigida a responsabilizar individualmente a la ciudadanía de lo que son los factores sociales, económicos y por tanto políticos de la salud pública al referirse exclusivamente a los hábitos alimentarios.
Está confirmada la asociación, para ambos sexos, entre la obesidad y un mayor riesgo de presentar diabetes mellitus de tipo 2. También que la obesidad está fuertemente asociada, sólo en las mujeres, con la autopercepción de dificultades económicas y que el riesgo de diabetes tipo 2 crece al aumentar dichas dificultades, con independencia de la edad, el índice de masa corporal y la práctica de ejercicio físico.
La medida de las dificultades económicas expresada como “ dificultad para llegar a fin de mes” se utiliza ampliamente como medida del nivel de pobreza del hogar familiar, o individual en los hogares unipersonales. Aunque tradicionalmente la pobreza se asociaba con desnutrición y hambre, tanto en los países desarrollados como en los empobrecidos también ha pasado a relacionarse, de forma aparentemente paradójica, con la obesidad. La pobreza se asocia, además, con sedentarismo y menores gastos en alimentación, a expensas sobre todo de un menor consumo de frutas y verduras, y con un predominio de dietas de bajo coste, con alta densidad energética y mayores contenidos en grasa y azúcar.
La disponibilidad de ingresos económicos condiciona numerosas decisiones en el ámbito personal y familiar, sobre todo en el modelo de sociedad capitalista, en la cual el acceso a la mayoría de los bienes y servicios está estrechamente ligado a la posición económica. El hecho de que los riesgos de obesidad y de diabetes de tipo 2 según la dificultad para llegar a fin de mes se observen sólo en mujeres puede ser consecuencia del mayor peso que en general tienen, respecto a los hombres, en la planificación y la ejecución del gasto del hogar. Este rol las llevaría a sufrir más las consecuencias de la incertidumbre (estrés, ansiedad, depresión) asociada a las posibilidades de adquisición de, entre otros bienes y servicios, los alimentos necesarios para los miembros de su núcleo familiar, o para sí mismas en las que viven solas. Está comprobado el mayor riesgo de pobreza en las mujeres que en los hombres, la desigualdad de género conlleva la expresión de otras exposiciones de riesgo para la salud derivadas de las dobles cargas de trabajo, la subordinación en la toma de decisiones, la mayor precariedad laboral y el menor apoyo social para sus cuidados personales. Todo ello podría condicionar negativamente su alimentación y posibilidad de realizar ejercicio físico, favoreciendo la obesidad y el riesgo de diabetes de tipo 2, especialmente en las mujeres que viven solas.
La referida campaña situada en el marco del llamado Plan contra la Obesidad de Canarias refleja en sí misma las prioridades del Gobierno de Canarias. Como estrategia de prevención no va a las raíces del problema, las consecuencias del sistema económico y social, y por otro lado se va a quedar en una cartelada en el 2009, mientras que para el 2010 los antisociales Presupuestos del señor Soria no contemplan dedicar ni un solo euro a esta patología.
1 de diciembre de 2009
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias
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Publicado por: www.mapadehambre.com | 09/12/2009 en 06:22 p.m.