J.M. Álvarez * / Artículo de opinión.- Hace unos días compareció en la Audiencia Nacional, Manuel Pérez Martínez, “Camarada Arenas”, cuyo crimen es ser comunista revolucionario, y al que le piden siete años de cárcel por “omisión de delito”, delito que no ha podido demostrarse ni, tampoco, su pertenencia a los GRAPO. Incluso determinados medios periodísticos del régimen reconocieron, en su momento, la inexistencia de prueba alguna en su contra.
Es sabido, que las pantomimas suelen ser habituales en ese Tribunal, pero a pesar del último despropósito contra Manuel Pérez Martínez, persisten las cuchipandas. Ayer martes, la Sección Primera de la Sala de lo Penal, comenzó a juzgar a cinco procesados en la causa abierta contra el diario vasco “Egunkaria” por un supuesto delito de integración con la organización armada ETA. Por lo visto, no tenían bastante con el espectáculo del proceso a Pérez Martínez, pues parece como si intentaran superarse así mismos, celebrando un juicio sin la actuación de la Fiscalía que solicitó el archivo del caso por falta de pruebas.
Y para la ocasión, han puesto a dirigir la orquesta al juez Bermúdez, aquel magistrado de talante cuartelero, que fuera presidente durante el macroproceso por el atentado del 11-M en Atocha. Parece que en este nuevo episodio caricaturesco, alguien, disfrazado de diabólico Papá Noel, está empeñado en regalar por Navidad, una cárcel de extermino a cinco ciudadanos inocentes encausados, cuyo único pecado es su compromiso para cambiar un aberrante régimen.
J.M. Álvarez
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