Ramón Afonso / Artículos de opinión.- Son muchas las voces que mantienen que las actuaciones urbanísticas llevadas a cabo desde los años ´80 en Santa Cruz de Tenerife han ido configurando una ciudad dual, polarizada, en la que mientras una minoría disfruta de una urbe moderna, acicalada y coqueta, con boutiques de ropas de marca y restaurantes de lujo, de elitistas club náuticos y casinos aún más exclusivos, un lugar donde se puede gozar de los más vanguardistas espectáculos culturales y que, según sus valedores, es capaz de competir en el mercado global atrayendo turismo, inversiones y proyectos, en la rebotica urbana local el abandono institucional, la ausencia de inversiones, la falta de rigor en el planeamiento y la escasa dotación de servicios se combina con la consolidación de la marginación social, son esos espacios donde se instala pavorosamente la exclusión y la pobreza. Es lo que se ha dado en llamar elitización, un proceso con una evidente trascendencia social y que es la clave para comprender los cambios y la configuración de la ciudad actual.
Este Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que el grupo de gobierno municipal –Zerolo, Parejo y cia.–, plagado de imputados por cohecho, prevaricación y algunos delitos más, quiere aprobar con sospechosa urgencia y alevosa diurnidad, podría ser la expresión más acabada y sublime de este proyecto de ciudad que los capitalistas neoliberales tinerfeños han fraguado con los más brutales métodos de democracia no participativa: altísima e inducida abstención en los comicios municipales –un 49,65% en los del 2007–, ausencia intencionada de información, nula participación de la ciudadanía, una imbricada red de clientelismo vecinal (los inoperantes Tagorores, asociaciones de vecinos domesticadas, clubes deportivos, etc.), emponzoñamiento de la política municipal…
En esta lógica de ciudad dual, y sin entrar a valorar los déficits dotacionales que jalonan este PGOU ni la permisividad para construir en laderas y barrancos, lo cierto es que más de sesenta mil ciudadanos y ciudadanas de Santa Cruz van a ver cómo sus casas –producto del esfuerzo de muchos años de trabajo– quedan fuera de ordenación. En contra de lo que afirma la concejala de Urbanismo, Luz Reverón, y esa tanda de arquitectos que, temerosos de perder su privilegiada situación económica, han salido en defensa de este sinsentido, esto supone una notable merma en los derechos de propiedad de los inmuebles, a la vez que se les deja fuera de la protección que suponen las normas urbanísticas municipales, por no hablar de la pérdida de valor del suelo y de las consiguientes dificultades para la concesión de hipotecas, por ejemplo, o las turbulencias que genera en el mercado inmobiliario.
Pero si unos pierden, otros ganan. Y es que, además, la exclusión de la ordenación urbanística de todas esas viviendas trae consigo un desequilibrio en la volumetría de todo el municipio que los serviles redactores del PGOU –Palerm, Tabares de Nava y Fernando Senante– han resuelto, para balancear el plan y que la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (COTMAC) se trague la añagaza, permitiendo la construcción de verdaderas moles edificatorias a conocidos personajes de la vida política, entre otros prebostes ultraperiféricos. Quizás por ello sea más correcto interpretar que el planeamiento primero parte de la construcción de las torres y luego, para compensar el exceso de volumetría, elimina de la ordenación a miles de hogares.
La táctica consistiría en permitir, por ejemplo, a Promociones Amojo S.L.–una de tantas empresas de la familia del ex presidente Manuel Hermoso– que construya una torre de 12 plantas en la parcela que ocupaba la fábrica Celgán, porque luego se compensa eliminando del planeamiento no se sabe cuántas viviendas allí al lado, en La Florita; o que en la antigua harinera de la Avenida Benito Pérez Armas, propiedad de la familia de Adán Martín, otro ex presidente de Coalición Canaria, se autorice la construcción de una torre de pisos, mientras en El Toscal se borran de un plumazo del ordenamiento urbanístico una gran cantidad de casas; o que en la parcela donde estaba Cafesa, en la Avenida Tres de mayo, propiedad de una empresa relacionada con el presidente del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, José Miguel González, se pueda elevar otra mole, y que por ello se eliminen cientos de inmuebles en Duggi. Los redactores del Plan tampoco han tenido reparo en echarle una mano al concejal del CCN, Ignacio González –ese al que le cantan “Papá, cómprame un partido”–, ya que este PGOU le legalizaría, en caso de aprobarse, un lujoso ático que ahora mismo es ilegal. Así se entiende la insolencia de este personaje, cuando aconseja a los vecinos afectados que hagan como él, que duerman a pata suelta, a pesar de que “su casa esté afectada”.
Pero esta dualidad urbanístico-social también se manifiesta entre defensores y detractores del Plan. En los primeros destacan La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), La Cámara de Comercio, Fepeco, la patronal de la construcción, y una nube de pequeñas organizaciones empresariales, como Asinca, en donde sobresale la figura de Benicio Alonso –ex consejero del PP en el Cabildo de Tenerife–, que pretende solucionar la carestía energética con la instalación de pequeñas centrales nucleares en Tenerife y Gran Canaria, más otra que cubra la demanda de las islas de Lanzarote y Fuerteventura (sin comentarios).
Son los del “sí a todo” (a todo lo que signifique más riqueza y poder para ellos) y sus viejas mentiras, los que afirman no tener otro interés que el “progreso de Tenerife”, el mismo interés que cuando han defendido con falsedades la construcción del puerto de Granadilla, el Anillo Insular, la Vía Exterior, o la descatalogación de especies protegidas. Ahora, sin importarles el drama que supone para miles de familias que sus casas queden en el limbo jurídico de los “fuera de ordenación”, claman para que se apruebe esta bazofia legal, pues su verdadero interés es que no se pierdan los 120 millones de euros en subvenciones que sus empresas se embolsarían para la construcción de viviendas, ni los pelotazos futuros que con este plan se podrán dar. Son, en definitiva, los “construgobernantes” que llevan treinta años amasando fortunas en esta arcadia del pelotazo.
A pesar de que esta férrea defensa del PGOU está encabezada por el presidente de la Cámara de Comercio, Ignacio González, y el presidente de Fepeco, Antonio Plasencia, sería injusto afirmar que todos los padrinos del Plan actúan con la misma desvergüenza e impunidad, aunque sí es cierto que ninguno ha reclamado que aquellos–González y Plasencia–, que sí están imputados por la fraudulenta compra venta de Las Teresitas, dejen de representarlos renunciando a sus cargos.
Por otra parte, entre los detractores del PGOU, además de una gran mayoría de la ciudadanía trabajadora, afectada o no por este Plan, están los de siempre, los del “no a la especulación y el pelotazo”, los que saben que democracia no es votar cada cuatro años y ya está, los que no se creen que el progreso de Tenerife pase por construir infraestructuras innecesarias y devoradoras de ecosistemas, los que no tienen terrenos que recalificar ni capitales RIC que evadir, los que no se han enriquecido fraudulentamente con las subvenciones del REA, ni poseen empresas en la ZEC, los que no tienen periódicos ni televisiones a su servicio ni bancos que los financien… Son los de la Plataforma de Afectados, son los de la Coordinadora de Pueblos y Barrios, los de Asamblea por Tenerife.
Espero que la lectura de este texto les haya servido por lo menos para conocer un poco mejor a los que siempre pretenden ganar (pasta), porque perder, perdemos todos los demás.
Ramón Afonso
los politicos que tenemos son unos corruptos. solo quieren engañar al pueblo mientras ellos se llenan los bolsillo. que investiguen sus propiedades y cuentas y las de sus familiares, amigos, y testaferros
dejan que entren empresas de fuera, Alcampo, Macro, Lidl,Carrefour,etc.etc. y que se hundan los pequeños comercios.aqui en canarias no funciona ni el gobierno ni la justicia, ni la educacion, solo los delicncuentes y los chorizos, violadores, asesinos, son los que tienen derecho. los demás ciudadanos no tenemos derechos
Publicado por: un chicharrero | 07/07/2010 en 05:12 p.m.
R. c. ESPECULADOR vete a Leon que es tu ciudad fuera.fuerafuera
Publicado por: alum | 09/01/2010 en 08:19 p.m.
Mas de lo mismo,mamar mamar, plan general igual en el puerto de la cruz con el EDIFICIO IDERS 18 años fuera de sus casas, se cae fuera todos los propietarios y ahi ESTA no les dejan hacer nada , ni rehabilitar que es lo que quieren.Para que quieren el solar .Informate en. http:edificioiders.blogspot.com
Publicado por: alum | 09/01/2010 en 08:15 p.m.
QUE SIRVA COMO EJEMPLO: http://edificioiders.blogspot.com/
Publicado por: NOSIS | 07/01/2010 en 12:08 p.m.