José I. Díaz / Artículo de opinión.- La experiencia que tuve sobre la mencionada convención, fue muy agradable y positiva en todos los ordenes, tanto en el pugilístico como en el hermanamiento social si tenemos en cuenta las diferentes etnias y nacionalidades que participaron en el evento; norteamericanos, centroamericanos, europeos del sur, norte y este, africanos del norte y sur, y por supuesto asiáticos que abarcaba hasta Oriente Medio, sus diferentes idiomas y costumbres que no fueron ningún impedimento para sentirnos extraños, y muchísimo menos discriminados dado la gran hermandad y el espirito deportivo nos unía a todos, y de manera especial, gracias a que la mayor parte de los delegados y convocantes nos comunicábamos a través del idioma ingles, que la mayor parte de los 547 delegados dominaban a la perfección, como si fuera su propia lengua materna, a excepción de una buena parte de los 50 delegados coreanos que se entendían a través de sus propios traductores.
La organización y desarrollo del evento fue ejemplar en el plano profesional, y por lo tanto exitoso sin lugar a dudas, tanto por parte de los organizadores mexicanos, así como por sus anfitriones coreanos, ya que con una semana de antelación se desplazaron directamente desde la sede central del CMB en México, nada menos que una veintena de miembros del staff, altamente cualificados los cuales se encargaron conjuntamente con los colaboradores coreanos de ordenar e instalar los salones del hotel Ramada Plaza de cinco estrellas, donde se llevaron a cabo los actos y programas de inauguración, conferencias de prensa, cenas de galas etc., al igual que dispusieron de una amplia oficina con todo tipo de material y aparatos electrónicos en conexión con la red de Internet, desde donde se enviaban las noticias, comunicados y decisiones aprobadas mayoritariamente por los delegados y miembro ejecutivo del CMB, a todos los rincones del mundo boxístico, informándoles minuto a minuto durante los siete días que duro la convención de los acontecimientos diarios a los medios de prensa, y de manera especial a la gran familia que conforma los simpatizantes amantes del cuadrilátero.
Debo destacar algunas de las resoluciones aprobadas por amplia mayoría en la convención; campeonatos mundiales entre boxeadores amateurs, cantera pugilística de donde saldrán los futuros campeones olímpicos y profesionales. La seguridad médica de los boxeadores para que no sufran lesiones graves antes y después de cada pelea. La ayuda a los niños abandonados y desamparados en el mundo, con visitas esporádica de los campeones a distintos orfanatos y países, algo muy humano y consideración en estos tiempos consumistas que corren, si verdaderamente deseamos que disminuya la delincuencia y criminalidad a nivel global en nuestras calles, y tenemos en cuenta que el arte del boxeo ha sido siempre el deporte de los pobres en sociedades desarrolladas y subdesarrolladas, que hipócritamente se hacen llamar democráticas y dicen respetar y defender los derechos humanos. En la convención se recaudaron por la venta de camisetas, insignias y llaveros 10.000 $, más 5.000 $ que el presidente Don José Sulaiman, dono de su propio bolsillo para las victimas del último huracán en las Filipinas. Dineros será distribuido entre los damnificados filipinos.
Al presidente Don José Sulaiman, tuve el honor de conocerlo en su primera visita exploratoria a Corea que realizo el pasado mes de mayo, y me causo una grata impresión por su sencillez, amabilidad y humanismo que desborda por sus cuatro costados, por lo que de inmediato ambos congeniamos en dicho primer encuentro. En este su segundo viaje a la isla de Jeju, me causo una gran alegría volverlo a saludar de nuevo, aunque para serles sincero, su rostro detallaba el cansancio por las muchas horas de vuelo que supuso su viaje transatlántico, y más aun cuando acarreaba encima una bronquitis. No obstante a pesar de su fatiga y dolencia, siempre mostró una amplia sonrisa en su rostro a todas aquellas personas que emotivamente le saludaban y platicaban con el. Luego Don Sulaiman tuvo la ocasión de manifestarlo públicamente en rueda de prensa; “Cada vez que vengo a la convención, yo digo que estoy cansado. Esta convención físicamente no fue la mejor para mi. Pero cada cara que veo, cada persona que conozco y cada palabra que escucho, me da ánimo para continuar mi vida en el deporte del boxeo. Sin ustedes los lideres del boxeo no hay CMB. Después de perder a tantos amigos queridos, en los años que me quedan, créanme que seguiré peleando por nuestro deporte.”
En la convención tuve la oportunidad de conocer a su hijo Mauricio Sulaiman, su mano derecha, una persona dinámica, cordial y amabilísima como su progenitor, con quien mantuve y mantendré muy buenos contacto en el futuro a nivel del CMB.
En los 70’s del pasado siglos, tuve la oportunidad por gajes del oficio de residir en el bello país azteca, en el que deje muy buenos amigos, motivos por los que me causaron una gran alegría, poder saludar a la gran delegación mexicana compuesta por delegados, árbitros, jueces e invitados de prensa, que sobrepasaba los 90 miembros. Dicha alegría fue a causa después de tantos años, en poder nuevamente expresarme en el idioma español con todos ellos de manera cordial y amistosa, por lo que me sirvo aprovechar de esta pagina, para enviarles mis mejores y sinceros saludos por su deportiva amistad al licenciado Juan Carlos Pelayo ”El Matador” de Tijuana, un personaje muy dicharachero y simpático, al igual que al licenciado Gerardo “Jerry” Venzor, “el mago” para los amigos, dado que hacia desaparecer las monedas de sus manos volviendo locas a las jóvenes dependientas coreanas, a Richard Gutiérrez el empresario de Chicago, al extraordinario periodista deportivo José Antonio Torres de la agencia Efe, por su grata amistad y anécdota personal que ilumino mi ser, y me hizo comprender su gran corazón y amor por sus seres queridos, al empresario boxístico nicaragüense Marcelo Sánchez, preocupado por la próxima pelea de su boxeador en Rusia, y paso varios días mas en la isla, antes de viajar a México vía Alemania.
Y por ultimo, como no, un millón de gracias a mi buen amigo José Alberto Gómez, mas conocido por Pepe Gómez, joven, serio y dinámico propietario del periódico “Quequi” de Cancún, y también promotor del Cancún Boxing, con quien pase muy buenos momentos platicando y recordando mis viejos tiempo en Cancún, allá por los 80’s cuando dicha maravillosa ciudad caribeña era un pequeño pueblo de tan solo 10.000 habitantes, dado que la actualidad sobrepasa el millón de almas. Ciudad en la que tengo muy buenas amistades y guardo gratos recuerdos de mis años mozos, de sus preciosas playas de arena blanquísima, donde me zambullía en sus calidas aguas color turquesa, sin olvidar nunca sus divinas y bellas mujeres que compartieron conmigo sus románticos delirios juveniles y me inspiraron a escribir poesía bajo la luz de la luna.
México ha sido para mí el único país, donde me han tratado mejor que en mi propia tierra, ya que siempre me han considerado un mexicano más. A todos mis hermanos mexicanos del CMB, les agradezco de corazón su amistad y estancia en la isla de Jeju, esperando si Dios quiere, poder volvernos a encontrar en el 2010 en Cancún. ¡Viva México!
José I. Díaz
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