Eva M. Solano Sierra / Artículo de opinión.- La pasada noche del sábado 31, volví a épocas en la que los negros no podían mezclarse con los blancos, sólo que estos chicos eran saharauis.
Después de una maravillosa velada saharaui en el Blues Bar (bar de ocio de La Laguna) donde todo transcurrió sin problemas, al contrario, hubieron bailes con música del Sáhara, su País aunque muchos y muchas se nieguen en reconocerlo, té y un stand donde se podía comprar pulseras, teteras, anillos, etc, todo hecho artesanalmente por ellos y ellas, con el objetivo de recaudar fondos y así ayudar a los gastos que tiene la ACAPS (Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui) en proyectos como el de Vacaciones en Paz.
Tras esta velada unos amigos y yo, entre ellos tres saharauis, nos dirigimos al Cholas (bar de La Laguna igualmente), entramos pero cuando me doy la vuelta veo como el portero ha detenido a dos de ellos, me acerco para ver que ocurría, para mi sorpresa descubro que en este bar, tan alternativo no dejan entrar a moros porque supuestamente ya han tenido problemas “con estos chicos”. Al decir esto y contestarle que eso era una actitud discriminatoria y racista me encontré con la siguiente respuesta: “ya (encogida de hombros), lo siento, pero es que el jefe no me permite dejarlos pasar” y bueno nos dijo que él acataba ordenes y que si los dejaba pasar podía tener problemas con el jefe. Por supuesto nos fuimos de allí y les puedo asegurar que no volveré a entrar a ese bar racista, con una diferencia, no porque no me dejen sino porque no me da la gana.
Uno de los chicos me decía que nunca le había ocurrido eso, nunca le habían prohibido la entrada en un sitio por ser moro.
Pueden imaginar la impotencia, pero sobre todo la rabia y la indignación. Cómo vemos, todavía hoy nos encontramos con sitios donde una persona es discriminada por el color de la piel y sus rasgos. Situaciones como esta no podemos permitirlas, así comenzaron muchos momentos en la historia que luego se convirtieron en segregación, torturas y asesinatos.
Yo por mi parte me niego a ser partícipe de actitudes cómo esta por eso no volveré a entrar al Cholas mientras mantenga este claro ejemplo de racismo.
Eva
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