José I. Díaz* / Artículo de opinión.- Resulta inverosímil, que a lo largo de la historia todas esas naciones occidentales que se autodenominan cultas, sigan menospreciando con diferentes apelativos el Arte Africano, soliendo utilizar para denominar y devaluar al mismo el termino simplista de Arte Primitivo y, en particular cuando hacer referencia a la escultura.
Por considerarme asimismo un artista africano, estoy perplejo ante la misma y no se que actitud adoptar sobre dicha definición, sobre todo cuando los grandes de la pintura occidental, tal es el caso propio de Pablo Picasso, se inicio en el desarrollo de su pintura cubista a través del mencionado arte africano.
Pienso que cada pueblo o nación tiene su propio estilo de arte, enraizado por su propia costumbres e idiosincrasia étnica, lo que lo hace diferente por dichos motivos, otro tanto sucede con las diferentes manifestaciones y expresiones que conlleva el conglomerado de tantas naciones africanas, que refleja en el desarrollo de su arte, su propio sentir, tanto de índole religioso como social, transmitiéndonos sus inquietudes y modos de concebir sus propias realidades. Por lo tanto, generalmente todas no pueden ser completas y encajonarse tan solo en un estilo común, sino diversos, lo cual representan diferentes estilos y etapas emotivas en el desarrollo a través del tiempo de dichas sociedades africanas. Los mismos transmiten sus propias experiencias acumuladas a lo largo de la historia, junto asimismo con sus valores estéticos del momento en que se realiza dicha obra, ya puede tratarse simplemente de mascaras, pinturas o esculturas. Todo se consolarías y es característico en el Arte, en cualquier fase inicial en el propio desarrollo de la humanidad. Teniéndose primordialmente en cuenta, que sin el desarrollo anticipadamente del llamado Arte Primitivo en el pasado, nunca hubiera sido posible el desarrollo de formas posteriores, aunque las mismas, sean o no, de nuestro propio agrado.
Ahora bien, otra cosa diferente es que para el desarrollo principalmente de las esculturas utilizaran sus autores, cuando nos referimos al Arte Africano, unos medios simples y bastante rudimentarios, al no poseer medios más modernos a su alcance para realizar sus propios designios. Lo cual conlleva que muchas de las mencionadas obras, al observarlas y estudiarlas artísticamente hoy en día nos pueda parecer bastante incomprensibles y las denominen singularmente primitivas.
A ningún artista africano nos gusta que nos encasillen los “críticos” occidentales en dicho termino de Arte Primitivo, creemos que tenemos toda la razón del mundo, con mayúscula y subrayada, al rechazar dichos términos occidentales, al no concebir los europeos los propios sentimientos, raíces culturales y emocionales del espíritu del hombre africano, para poder desarrollar a posteriori, un análisis profundo de sus formas expresivas sobre dicho arte, sin lo cual nunca podrá enjuiciar y esclarecer el contenido estético del mismo, y muchísimo menos su destilación.
Creemos asimismo que el propio arte africano esta mas elevado que el arte europeo, porque el mismo en su proceso y posterior desarrollo, que impulso el artista, adquiere en su contenido, sus propias motivaciones e inquietudes en el mismo, al no estar tan solo presente las normas estéticas, sino también normas que regulan la propia vida cotidiana del hombre, es decir su propio mundo y, por supuesto, sus penas y alegrías en su propio contexto natural. Es decir, que el significado del artista africano es mas elevado, porque el mismo se guía directamente en sus acciones, por los valores espirituales que este contiene, mas que admirar el sentido decorativo del objeto de su arte.
De esta manera, se puede explicar el propio sentido tradicional de los objetos de artes, los cuales constituyen para los africanos, un componente de su vida y sus preocupaciones cotidianas, mientras que la mayor parte de las obras ejecutadas por los artistas europeos, se encuentran en museos y colecciones privadas, siendo las mismas un objeto de disfrute estético.
Hasta la fecha, dichas obras llevadas a cabo por artistas africanos, han sostenido y manifestado el propio grado de comportamiento en la sociedad en que viven. Por lo tanto, el arte tradicional africano conserva y refleja directamente una relación con criterio idealista de las vías de bienestar en la sociedad y, por lo tanto, el mismo esta llamado a dar respuesta y luz sobre las fuerzas ocultas y espirituales que rigen y comporta su vida. El mismo irrumpe de manera imperiosa en el propio hombre, determinando principalmente las particularidades de su comportamiento, tanto a nivel individual como colectivo o del pueblo en general, hasta tal grado, que a través de los siglos ha conservado su propio matiz, diferencial de otras expresiones, y esencialmente de las occidentales.
* José I. Díaz es Artista y Crítico de Arte.
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