Pedro Brenes* / Artículo de opinión.- Es muy fácil autocalificarse “de izquierda”. Y hasta de socialista, aunque sólo sea del poco comprometido “socialismo del siglo XXI”. Pero, a la hora de la verdad, de la misma forma que corrieron como locos detrás del montaje electoralista y reformista de la Iniciativa Internacionalista vasco-española, ahora van de la mano de la extrema derecha independentista, racista e insularista, que promociona y publicita diariamente el falangista que edita el periódico El Día de Tenerife, a pesar de que la mayoría de ellos presumen de antifascistas.
Por supuesto, como cualquier facha que se precie, el editor de El Día, verdadero cerebro gris y organizador en la sombra de la manifestación del 24 de octubre en La Laguna, exigió y obtuvo sin ningún problema que se prohibiera la exhibición de los símbolos y las siglas de los partidos políticos y que se censurara (si fuera necesario, como así ocurrió, empleando la fuerza) cualquier consigna contra el racismo y el insularismo divisionista del periódico cuyos editoriales ensalzan y defienden al dictador español Franco, al ejército golpista y al cuerpo represor de la Guardia Civil.
Si la manifestación a la que nos referimos hubiera sido unitaria no significaría ningún problema el que cada partido o grupo político se identificara claramente. De hecho, en eso consiste precisamente la Unidad. Pero, al igual que su admirado Franco, Don Pepito y todos los fachas que le siguen y ríen las gracias reaccionarias de este miserable y despreciable individuo, odian a los partidos políticos y creen que, sencillamente deberían desaparecer, por las buenas o por las malas.
En una palabra, que si llegaran al Poder, nos fusilarían a todos. Empezando, naturalmente, por los comunistas. Pero que no se hagan ilusiones los socialistas “del siglo XXI”, ni los anarquistas, ni los ecologistas o pacifistas, ni los sindicalistas acomodados, pues todos ellos pasarían inmediatamente después a ocupar su lugar de espaldas al paredón.
De manera que la manifestación de La Laguna tuvo realmente muy poco de unitaria y bastante de colaboración con la campaña de la burguesía de Tenerife, que juega a agitar el espantajo del independentismo ante Madrid para conseguir, a cambio de, en su momento, renunciar o atenuar significativamente sus reivindicaciones soberanistas, privilegios y prebendas entre las cuales no es la menor que el Estado español le conceda la hegemonía sobre la burguesía competidora de Gran Canaria.
No sabemos si nuestros compañeros de la “izquierda nacional canaria” han realizado un análisis político serio, es decir, de clase, del fenómeno de El Día y sus repulsivos editoriales. Pero deberían reflexionar si no están colaborando, consciente o inconscientemente, en una maniobra de los ricachones y los explotadores chicharreros contra sus colegas, aunque competidores (que una cosa son las amistades y otra los negocios) canariones.
Si la manifestación de La Laguna hubiese sido unitaria, en lugar de organizarla en torno a, para entendernos, “los que salen en El Día“, que incluye a cubillistas, concepcionistas y poco más, se habría convocado con suficiente antelación a todos los grupos y partidos independentistas de Canarias, para que, entre todos, se tomaran las decisiones referentes a fechas, recorridos, consignas, convocatoria, etc.
Pero no fue así. Por el contrario, un par de grupos, sin contar con nadie y sin encomendarse ni a dios ni al diablo, se arrogaron el derecho de cambiar la fecha de la conmemoración de la creación de la bandera nacional. Y la cuestión es ¿tienen ese derecho? Por fin, ¿la bandera tricolor de las siete estrellas verdes es suya y sólo suya o pertenece a todo el pueblo canario?
Si pertenece a todo el pueblo canario y no es la bandera de un partido (MPAIAC-CNC), entonces el día de la bandera nacional es el 22 de Octubre, y no ningún otro día que les venga bien a los fascistas independentistas al servicio de la burguesía insularista tinerfeña.
Y en cuanto a aquello tan ocurrente de que la manifestación fue organizada “por los jóvenes”, se trata evidentemente de una excusa sectaria absurda, pues en todos los partidos hay militantes de todas las edades, y a la propia manifestación acudieron jóvenes, maduritos y viejos.
También sería necesario que nuestros compañeros que se consideran “de izquierda” pensarán en qué clase de independencia quieren. Porque hay varias. La primera, a la que ellos dicen adherirse, es la República Socialista Canaria anticapitalista y antiimperialista. Sin embargo, la gran burguesía importadora y especuladora de las Islas, podría también crear una República Federal insularista, aliada al imperialismo, gobernada por cualquier Pinochet o Micheletti canario con un ejército y una policía golpistas y represores, para defender los intereses de los ricachones y reprimir al pueblo trabajador y a sus líderes.
En La Laguna, sólo hemos visto la unidad de los socialistas independentistas con los fascistas independentistas, para hacerle el juego a las maniobras políticas de la burguesía capitalista de Tenerife. Y esta falsa unidad es, compañeros, no sólo contraria a los intereses de los trabajadores canarios, sino extremadamente peligrosa para los mismos que caen ingenuamente en la trampa de la extrema derecha “soberanista”.
(*) Pedro Brenes es Secretario General del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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