Wolfang Alcántara Romero (*) / Artículos de opinión.- Eso es a lo que parece jugar la parte empresarial en la negociación colectiva en Guaguas Municipales. Después de decidir, la parte social, no denunciar el Convenio Colectivo dada la delicada situación financiera de la empresa y las serias dudas que hasta ahora sigue planteando el expediente de privatización parcial como solución a la misma, la parte empresarial se apresuró a realizar la denuncia, haciendo especial hincapié en que afectaba a todo el texto del Convenio.
No fue para mí ninguna sorpresa esta denuncia novedosa por la parte empresarial pues me pareció, entonces tanto como ahora, uno de los pasos lógicos y por lo tanto esperado, de quién asalta la propiedad pública; el simple desmontaje de las condiciones y garantías laborales de los trabajadores y que algunos “gurus” mediáticos y otros “sacerdotes” neoliberales llaman “privilegios” y que, sin embargo, están claramente recogidas en la actual legislación laboral aunque en el ámbito de la empresa privada se las suelen pasar por el forro de los bolsillos con una desconcertante impunidad.
Seguidamente se le hizo llegar a los miembros de la Mesa Negociadora la propuesta de la empresa, documento que recoge en sus cinco páginas el más grande de los asaltos habidos contra el sentido común y el mayor y más desvergonzado insulto proferido contra los trabajadores a lo largo de todo este proceso e incluyo las frecuentes salidas de tono del Excelentísimo Sr. Saavedra.
Más tarde, se informa a los miembros de la Mesa que la Dirección General no puede negociar el Convenio, aunque… ¿se ratifica en su propuesta? Extraña contradicción, pues, sí no puede negociar parece lógico pensar que no puede tampoco proponer y ¿por qué comenzar lo que no se puede emprender?
Creo yo que tal acción fue quizás resultado de un erróneo cálculo del tiempo y que alguien creyó que, a estas alturas, el nuevo y flamante dueño estaría cómodamente apoltronado en la bicoca y preparado para aplicarnos el eficaz y legendario tratamiento negociador de las empresas privadas capaz de corroer y doblegar la más firme de las voluntades obreras. ¿O es que, sencillamente y como casi siempre, alguien metió alguna de sus extremidades inferiores en un momento y lugar no oportuno?
La cuestión es que ahora resulta que la dirección general no está legitimada para negociar en nombre del 49% que está al llegar y pretende suspender el proceso negociador emprendido. Y fíjense que digo suspender que no cerrar y es que hay una diferencia sustancial entre ambos términos.
Suspender implica dejar el proceso abierto y a la espera de la esperada llegada del “misterioso” nuevo dueño (del 49%) a coste cero; no más reuniones y todos a esperar que se complete el oscuro proceso diseñado y se pueda continuar el asalto sin pausa contra los trabajadores.
Como resulta evidente, la parte social no podía aceptar tal propuesta por lo que ha planteado por su parte la necesidad de cerrar el proceso negociador emprendido, erróneamente, por la empresa y prorrogar el Convenio Colectivo hasta diciembre y sí, para entonces, está aquí el nuevo o nuevos dueños, podrán denunciar el mismo y comenzar el procedimiento con la actual propuesta o con otra aún más estrafalaria.
Hay que decir con toda claridad que, en la misma reunión en la que la empresa pretendió conseguir la suspensión, los miembros de la parte social de la Mesa Negociadora pusieron sobre la mesa la propuesta de los trabajadores y lo digo porque fui testigo presencial del acto. El portavoz de la Mesa, Feluco, puso el texto del Convenio como propuesta de la parte social y anuncio que de ese texto para arriba aceptaríamos lo que fuera.
Digo esto porque en la comunicación de la empresa a la parte social de fecha 4 de agosto de 2009 en la que se suspendía la reunión prevista por indisponibilidad por motivos de salud del gerente, se solicitaba la propuesta de los trabajadores con el fin de estudiarla y fijar posteriormente una nueva fecha de reunión.
Sí bien la parte social entendió la indisponibilidad del gerente y la suspensión de la reunión de ese día (aunque yo no puedo dejar de preguntarme sobre sí tuvo alguna incidencia en los niveles de absentismo del que siempre se quejan), no pudo más que considerar la segunda parte de la comunicación como un burdo intento de ganar tiempo y hacer valer la suspensión del procedimiento por las bravas.
Así pues, la parte social se atuvo al expreso calendario de reuniones PACTADO en el Acta nº 1, los martes a las 17:00 horas y que no puede ser alterado unilateral y arbitrariamente tal y como la autora del comunicado y la posterior comunicación del 13 de agosto, Dª Teresa García Cuyás, Directora de servicios jurídicos nada menos, debería saber.
Se informa a la parte social en ese último comunicado, no solo que siguen a la espera de nuestra propuesta, sino que, ya sin rodeos, todas las reuniones quedan suspendidas, que no hay licencia de empresa y que rechazan el acta nº 4 donde, entre otras cosas, se cita al representante del propietario del 51% de la empresa, D. Jesús Dumpierrez, como negociador legítimo.
La realidad es que la propuesta de los trabajadores está sobre la mesa y que nada justifica suspender las reuniones salvo la anunciada incapacidad de la parte empresarial para negociar y, como consecuencia lógica, insisto, también para estudiar cualquier otra propuesta que pudiéramos darle, por lo que la única parte legitimada en este proceso insiste en cerrar la negociación y prorrogar el Convenio hasta diciembre. O que venga el dueño del 51%, ¿o es que tampoco puede negociar?, y como dueño del 51%, ¿asume usted como suya y como “socialista”, esta esperpéntica propuesta?
Desde luego, el Sr. Sansó será, probablemente, una eminencia como economista pero buscando argumentos deja mucho que desear y es que, en el tema del ya famoso almuerzo en La Casita, la mejor explicación la hizo IVECO aunque, eso sí, jugaba con la ventaja de saber lo que no debía decir. Pero en este otro tema que nos ocupa, se muestra francamente contradictorio e incoherente y sí se quería ir de vacaciones en agosto, ¡haberlo dicho, hombre de Dios!
Por último, una sugerencia, quizá estaría más dispuesto a reunirse con nosotros en La Casita, más cómodos y frescos, aunque he de decir, en honor a la verdad, que esta propuesta se la leí a mi compañero Pepe Yánes, con el que no siempre estoy de acuerdo, pero que a veces, ¡se pega unos golpes!; ¡muy bueno Pepe!.
Por supuesto, paga usted.
En Las Palmas de Gran Canaria, a 17 de agosto de 2009.
(*) Wolfang Alcantara Romero es Consejero del Consejo de Administración y conductor
-----------
Colectivo Independiente de Guaguas: http://colectivoindependientedeguaguas.blogspot.com/
Comentarios