David Delgado * / Artículos de opinión.- Desde el PRCC, hemos insistido en que tanto a los capitalistas, como a los políticos que gestionan y autorizan la ejecución de los proyectos que enriquecen a estos, les interesa más la construcción de grandes infraestructuras que la licitación de pequeñas obras civiles. Hay mayores dividendos para repartir, sustanciosas comisiones y beneficios más rentables.
Como en las organizaciones mafiosas, cuyos primeros pasos son los pequeños robos, la extorsión y el soborno pero que, transcurrido un tiempo, a medida que la mafia crece y paralelamente también aumenta su codicia, lo que se busca es dar “el gran golpe”. En Canarias, fundamentalmente en esta última década, podemos observar como la peor de las mafias, que es la burguesía criolla y extranjera, ha visto en las grandes infraestructuras logísticas, industriales y urbanas una oportunidad para obtener mayores beneficios con menor coste real.
En la actualidad, con una crisis que se agudiza cada día más y que afecta sobremanera al turismo y a la construcción, esta línea político-empresarial destructiva e improductiva, pero muy ventajosa para los bolsillos de quienes invierten y aprueban estas obras, cobra una mayor relevancia por su generalización.
Ejemplos de obras faraónicas, improductivas e innecesarias hay muchas: la tercera pista de Gando, el trenecito que quita el sueño a Román Rodríguez, el macropuerto de Granadilla y la ampliación del de Arinaga, el cierre del anillo insular de Tenerife y la macro cárcel de Juan Grande son sólo algunos.
Lo que caracteriza a todas estas obras, independientemente de su naturaleza política, es que detrás hay grandes cantidades de dinero, no están justificadas, porque son innecesarias, y están en contra de la voluntad e intereses del pueblo.
Y mientras el volumen de capital que genera el turismo vaya decreciendo, quienes antes veían en este sector una mina de oro, más pondrán sus ojos en las grandes infraestructuras.
En cualquier caso, se trata de salvar los muebles momentáneamente. Pese a que la burguesía es consciente de que el turismo y la construcción no tienen un futuro muy prometedor, y que manifiesten como han hecho en innumerables ocasiones que se está planificando una diversificación de la economía, lo que sucede es que el capitalista busca un destino donde invertir de un modo más seguro y rentable.
La “Estrategia de Desarrollo Industrial 2009-2020”, la reciente “Ley de Medidas Urgentes” y la modificación de la ZEC, que ya Paulino Rivero hace tiempo declaró que se extendería a todo el territorio de las islas, posibilitan y legitiman estas actuaciones de cara a establecer la “nueva alternativa” económica para la burguesía, que continuará no obstante, siendo una clase comisionista, colaboracionista y antinacional.
(*) David Delgado es miembro del Comité Central del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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