Wolfang Alcántara Romero (*) / Artículos de opinión.- He de confesar, señores, que nunca esperé estar aquí hoy asistiendo a la muerte de Guaguas Municipales. Nunca imaginé que la “estrella del transporte” en Canarias pudiera ser liquidada con tanta facilidad y con tan pobres argumentos. La empresa que ha llegado a transportar 50 millones de pasajeros, más que todas las demás empresas de Canarias juntas y que ocupó un lugar prominente entre las empresas de transporte del país.
Ha resultado una gran decepción para los trabajadores, que fueron convocados al Pueblo Canario para asistir a la presentación del programa electoral del Partido Socialista, desarrollado y presentado por Ricardo Ramírez (una autoridad en temas de transporte) y en el que se recogía, por fin, un conjunto de actuaciones bastante coherentes y que suponían, en nuestra humilde opinión y en la no tan humilde opinión de quienes entienden algo de transporte, el camino para la viabilidad de Guaguas Municipales y para consolidar el servicio urbano de transporte que esta ciudad merece.
Fue una gran ilusión para nosotros, ver plasmados en un papel los criterios y prioridades de transporte y el anuncio de una verdadera voluntad de solucionar los graves problemas de Guaguas Municipales y de emprender el camino de la viabilidad futura de un sistema urbano de transporte integrado en un sistema insular. Ricardo Ramírez estaba entusiasmado y los trabajadores también.
Menos de 2 años después, Guaguas Municipales agoniza y los buitres ya se están llevando los pedazos. No sólo no se han emprendido ninguna de las acciones pomposamente anunciadas en ese programa electoral sino que se está entregando parte de nuestra red a nuestro más directo competidor con la excusa de una extraña y perversa especie de coordinación y encima hay que pagarle con el dinero de los ciudadanos. Es absolutamente decepcionante que el partido socialista sea el encargado de liquidar la plena titularidad pública de Guaguas Municipales que se comprometió a salvaguardar en otro Pleno de este Ayuntamiento y que se sirva para ello de herramientas tan burdas y argumentos tan falaces e increíbles.
El contenido del expediente, sus argumentos, son inconsistentes y contradictorios. Sin duda fruto de un diseño para alcanzar un fin, que no es otro que lo que se ha aprobado aquí hoy. La verdad es que este proceso apenas se ha discutido en el seno del Consejo de Administración y se ha llevado de manera oscura y solapada.
Las cuentas que se presentan y las estimaciones en las que se basan son extremadamente optimistas rallando la frivolidad y mi, y a otros, nos resultan sencillamente increíbles.
De cualquier manera, hoy hacen ustedes historia; esta nos juzgará a todos y mucho me temo que a ustedes no les absolverá. Les pondrá en el lugar reservado a los hombres y mujeres que renunciaron a los principios que definen su ideología socialista, que comparto, en nombre de un pretendido y pretensioso pragmatismo que seguramente quiere hacer frente a la realidad olvidando que para conseguir esa sociedad a la que nosotros socialistas aspiramos, una sociedad más justa, más solidaria y mejor repartida debemos más que adaptarnos a esta realidad, transformar la realidad de ahora en la realidad de mañana empujándola con firmeza.
Este tiempo que he pasado en el Consejo de Administración ha sido tremendamente pedagógico pues me ha permitido observar de cerca como se hace la política aquí en Canarias y como se pasan la pelota unos a otros con increíble pericia. No me extraña nada que sigamos estando en los últimos lugares de las listas buenas y en los primeros de las listas malas. Mucho me temo que seguiremos ahí mucho, pero que mucho tiempo.
Muchísimas gracias por nada.
(*) Wolfang Alcantara Romero es Miembro del Consejo de Administración
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