Julián Ayala y Ramón Afonso / Artículos de opinión.- ¡Avante Canarias, mis rotarios!
"¡Basta de mentiras viejas, queremos mentiras nuevas!"
(Anónimo argentino)
No hace mucho tiempo salía a la palestra en Tenerife una plataforma de empresarios llamada Canarias Networking Club, cuyo objetivo principal –proclamaban sus promotores– era el fomento de las relaciones entre empresarios y profesionales. Sin embargo, poco o nada aportaron para alcanzar esa finalidad, seguramente porque estaban más preocupados en canalizar el gasto público hacia sus cuentas bancarias, con la concesión de las grandes infraestructuras proyectadas, limitándose a denunciar la “instrumentalización” de la judicatura cada vez que florecía otro caso de corrupción. Quizás fuera también porque andaban muy atareados presionando al Gobierno de Canarias para que adelgazara la Administración pública, o simplemente se dedicaban a intimidar al PSOE, única y meliflua oposición parlamentaria, advirtiéndole que su tarea es de fiscalización, nunca de paralización de las proyectadas obras. “¡Oído, cocina!” gritó la dirección socialista canaria, que de un manotazo rompió el endeble vínculo que unía a alguno de sus militantes con los movimientos sociales que luchan contra la barbarie, contra el puerto de Granadilla, El Anillo Insular, la Vía Exterior…
Como se puede comprobar, nada que no hayan reclamado la CEOE o aquel Foro por el Progreso de Tenerife, de fugacísima existencia. Nada novedoso, ninguna patraña nueva para convencer al personal de que sólo les movía el bienestar de la isla y no su propio beneficio… Bueno, algo novedoso sí resultó el que no fueran los ínclitos Ignacio González y Antonio Plasencia –de la Cámara de Comercio y la patronal de los constructores, Fepeco– los que marcaran en esa ocasión el paso al Construgobierno canario ¿Será que sus múltiples roces con la Justicia los ha invalidado ya como portavoces del empresariado? De cualquier manera, el cotarro de Canarias Networking Club estaba presidido por José Cuni López –que también dirige el Rotary Club de Santa Cruz de Tenerife– acompañado por los también rotarios José Font Betrín y José Juan García Sanjuán , en calidad de presidentes de honor.
‘AVANTE CANARIAS’. Pero un buen día se deja de hablar de Canarias Networking Club –se ve que esa palabreja en inglés no les entra muy bien a los isleños– y aparece en escena Avante Canarias, una red de opinión y debate cuya finalidad, según afirman en su carta de presentación en las páginas de El Día –foto incluida con su editor-director y propietario, el inefable José Rodríguez–, es neutralizar la oposición radical a las nuevas infraestructuras de los “antiprogreso”, los del “no a todo”, los “talibanes ecologistas”, los de Asamblea por Tenerife.
El nombre es distinto, pero los componentes son los mismos. Y también los objetivos, pues los triunfadores empresarios miembros del Rotary Club, que dicen además representar a "una mayoría silenciosa", se postulan como un contrapoder a la manipulación informativa que sufren los esforzados y nunca entendidos constructores. Llegados a este punto nos asaltan muchas dudas sobre la capacidad intelectual pero ninguna acerca de la catadura (a)moral de los promotores de Avante Canarias.
Este pretendido Club Bilderberg ultraperiférico no deja de ser una tropa de intelectuales orgánicos de la “cultura del sí” a las infraestructuras, que tanto rechazo provocan en la sociedad tinerfeña. Entre los catorce miembros de Avante Canarias –todos hombres, ninguna mujer–, que también lo son de los Rotary Club de Tenerife, se encuentran directores de hotel, abogados, médicos, gerentes de mutuas y aseguradoras, directores de banco, promotores inmobiliarios, industriales… La flor y nata de la oligarquía tinerfeña.
ALTRUISMO BIEN ENTENDIDO. "Dar de sí antes de pensar en sí", se proclama como objetivo del buen rotario, pero en estos tiempos de crisis se les ve el plumero a los de Avante Canarias, que no dudan –a juzgar por la ausencia en sus demandas de avances en políticas sociales, como reforzar la cobertura por desempleo, aumentar las pensiones, implantar la renta básica, etc.– en darle la vuelta a esa máxima para dejarla en “pensar en sí, antes que dar de sí”. Tampoco han tenido reparos en manipular a su favor la “Prueba Cuádruple” por la que los rotarios dicen guiar sus vidas, pues saben que “no es verdad” que se necesiten las obras que reclaman, porque no “son equitativas” para todos los interesados, porque “no crearán buena voluntad y mejores amistades” y porque, finalmente, “no serán beneficiosas” para todos, sino sólo para ellos y sus conmilitones del cemento y el turismo. El altruismo bien entendido, ya se sabe, empieza por uno mismo.
Con esta intención de ponerse al frente en la defensa de sus intereses de clase los rotarios tinerfeños han echado por tierra años de dar el pego con lo de que sólo eran una organización apolítica con altos ideales altruistas. Se ve que además de repartir su tiempo de ocio entre torneos de golf o bridge y pesca del marlín azul en sus yates de recreo, estos benefactores no descuidan sus negocios y que sus “metidas” y comilonas en el Hotel Mencey o en el Club Oliver, para autofelicitarse por el éxito de la recogida de fondos para la penúltima campaña contra la polio, sirven para algo más que lavar su mala conciencia, si la tuvieran. Lo cierto es que esta cuadrilla de potentados supuestamente caritativos no ha dejado de apoyar las políticas más reaccionarias, los proyectos más nocivos para el medioambiente, la explotación brutal de los trabajadores, las privatizaciones, el nepotismo; en fin, lo que se ha dado en llamar el capitalismo salvaje… En otra época incluso apoyaron al fascismo.
DE CASTA LE VIENE AL GALGO. Efectivamente, hace 73 años, en 1936, sus antecesores (el primer Rotary Club de Tenerife data de 1934) también supieron tomar el partido más favorable a sus intereses, poniéndose a las órdenes de los militares levantados en armas contra el Gobierno legítimo de la República y recibiendo en sus salones, en el ya desaparecido Hotel Pino de Oro, al dictador genocida Francisco Franco. Para los de hoy, al parecer, eso es un timbre de honor; basta ver cómo recuerdan en su página web la carta de 1937, en la que notificaron su disolución al general Carlos Guerra Zagala, Comandante General de Canarias, recordándole los servicios prestados por los rotarios de Santa Cruz a la “gloriosa cruzada” y reiterándole su adhesión, tanto “a su persona como a lo que representa”. No es extraño, pues, que en algunos de los miembros actuales de los Rotary Club de Tenerife siga perviviendo el mismo espíritu que informó a sus predecesores.
¡BASTA DE MENTIRAS VIEJAS! Y no queremos terminar sin hacer una alusión al lema que encabeza estas letras y que hemos tomado de una pancarta de los “piqueteros”, durante las protestas contra el llamado “corralito”, la crisis bancaria argentina que fue un precedente de la que hoy abarca a todo el sistema capitalista mundial. El capitalismo está fundamentado en un antiguo –y por cierto, muy eficaz– hato de mentiras. Entre ellas está la de que es no sólo el mejor sistema posible, sino el único posible, y también la de que sus intereses no son privativos de la clase social que se beneficia con ellos –los dueños de los medios de producción, financiación y consumo–, sino de toda la sociedad en su conjunto, que tiene que someterse a los dictados de aquéllos –flexibilidad del empleo, rebaja de salarios a los trabajadores y de impuestos a los propietarios, etc., etc.– para que un sistema tan “benéfico” no quiebre y nos lleve a todos a la catástrofe.
No es que aspiremos solamente a que estas “mentiras viejas” sean sustituidas por otras “nuevas” más convincentes; no las hay, pues ninguna podría ocultar durante mucho tiempo la realidad de explotación y miseria inherente al sistema que tratan de justificar. “Basta de mentiras viejas, queremos mentiras nuevas” es un sarcasmo, útil para zaherir a este capitalismo de pelotazo y amiguetes que sufrimos por aquí, con unos “intelectuales orgánicos” (lo de intelectuales es un decir) que se creen los únicos listos de la parroquia y que acuden a los embustes más manidos y ampliamente refutados para defender obras como el puerto industrial de Granadilla o la introducción del gas natural como panacea del desarrollo sostenible en Canarias. Hagan un esfuercito, hombres, si se consideran la vanguardia de Canarias, demuéstrenlo inventando algo más creíble y no insulten a la inteligencia de los demás de esa manera tan burda. Un poco de seriedad, que aquí empezamos a conocernos todos y ya no bastan algunos abalorios y cuentas de cristal para engatusarnos. Si quieren seguir engañándonos, por lo menos háganlo bien, caramba.
Julián Ayala y Ramón Afonso
NO TIENES NI PUTA IDEA
Canarias Networking es un club que existe desde hace mucho tiempo, mucho antes de constituirse como asociación, y ha funcionado y funciona perfectamente cumpliendo los objetivos para los que fue constituido con una eficacia que ha llegado mas alla de las espectativas iniciales.
Si el resto de la información de tu articulo de "investigacion" tiene el mismo rigor, profundidad y exactitud, no me digas mas y vete a cojer lapas muchacho.
Pero si quieres hablar del pasado señor Ayala, tiene mucho que decir de su trayectoria estalinista, tus compañeros aun te recordamos por tus hazañas y traiciones, bueno presuntas.
Te quieres convertir en un tele predicador del ecologismo para ocultar tu fracaso de tu intentona politica. Te vieron en seguida el plumero.
Ahora tabien se te ve
El ataque al que discrepa de tu opinión, si se hace personal, o a su familia o a sus instituciones huele francamente mal. Que tengas que acudir a esos metodos tratando de silenciar al que discrepa aterrorizandolo con esos ataques personales, denotan una falta de argumentos
Publicado por: Jose Rodriguez Rodriguez | 20/08/2009 en 03:32 p.m.