Marcos García de la Rosa / Artículos de opinión.- En mi anterior artículo presenté las dos opciones por las que los diversos sectores del independentismo canario se decantaron ante las elecciones de la Unión Europea en este archipiélago africano: el Congreso Nacional de Canarias, el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario, las Juventudes del Congreso Nacional de Canarias y el Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias se decantaron por la abstención, pidiéndola abierta y activamente; mientras, Unidad del Pueblo, Alternativa Popular Canaria, Isûkân – Juventud Canaria, FSOC y en menor medida Alternativa Nacionalista Canaria se decantaron por apoyar la candidatura de Iniciativa Internacionalista (en cuya lista iba en octavo puesto Antonio Sardá, miembro de Intersindical Canaria).
Ahora pasaré a hacer un breve análisis de los resultados cosechados por ambas vías, pero antes me detendré en otra opción que asimismo fue propugnada por varios sectores y que se convirtió en la “quinta fuerza política canaria”: el voto en blanco. Considero que los que lo propugnan y los que lo ejercieron lo hicieron con una plena voluntad de denunciar el sistema, de combatirlo; pero esta opción cae, a mi juicio, en un error en el sistema electoral del Estado español (no así en todos los Estados): el voto en blanco se cuenta como voto válidamente emitido aumentando por tanto el número de votos que deben sacar las opciones de menor representación para conseguir superar la barrera electoral del porcentaje mínimo de votos recibidos, beneficiándose por tanto únicamente los partidos mayoritarios (en el caso español PP y PSOE). La verdadera utilidad de este recurso se ha demostrado en los referéndums si bien, fruto de la propia naturaleza de los mismos, esta utilidad se encuentra muy limitada.
Sigo este breve análisis con la opción de apoyar a Iniciativa Internacionalista la cual vemos como se ha situado en Canarias como la novena fuerza política de las 35 candidaturas concurrentes, lo cual no está nada mal aunque se ensombrece bastante debido al bajo apoyo en comparación con las candidaturas que la preceden. Asimismo el hecho de no haber logrado alcanzar el eurodiputado por el que luchaban agota mucho las posibilidades de cara al futuro de esta plataforma de encuentro solidario entre los Pueblos oprimidos por el Estado español. Han manifestado que continuarán luchando en el futuro, veremos como se comportan.
Por último acabo finalizando con la opción por la que se ha decantado la inmensa mayoría del electorado canario: la ABSTENCIÓN. Esta opción no puede ser entendida de otra forma que no sea como un claro rechazo al sistema, un sistema que nos oprime, un sistema ideado por el Estado que nos coloniza. Debo destacar que “curiosamente”, además de en Canarias, otros dos territorios en los que también siempre hay una altísima abstención son Ceuta y Melilla. ¿Por qué será? Lo que nadie puede negar es que como mínimo (y recalco lo de “cómo mínimo”) la mayoría de los ciudadanos canarios sienten una gran indiferencia respecto de la Unión Europea. Normal, estamos en África.
Marcos García de la Rosa
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