Pedro Brenes * / Artículos de opinión.- Lo que el presidente iraní dijo en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el racismo no podía sorprender a nadie. Primero porque la posición del gobierno persa sobre este tema es muy clara y muy conocida y, en segundo lugar, porque no expresó más que la cruda verdad sobre el régimen sionista de Israel y el apoyo descarado e insolente de los demócratas para lo que les conviene de la Unión Europea.
Lo que más les duele y les ofende a éstos que presumen de campeones de la democracia, no es el hecho de que se denuncie la evidente condición racista y colonialista del Estado sionista, puesto que hasta el mismo primer ministro de Israel exige que se reconozca y admita el “carácter judío” de Israel.
Lo que realmente les molesta y lo que ha provocado su hipócrita espectáculo de abandonar la sala con ridículos gesto de dignidad ultrajada, es que se censure públicamente la manifiesta complicidad de los gobiernos de Europa con los crímenes de un régimen fascista y colonialista.
Que el sionismo es una forma de racismo no puede ser negado por nadie. Pues esta ideología fundamentalista parte de la afirmación de la superioridad racial de los judíos como pueblo elegido y protegido por Dios lo que, supuestamente, les concede el derecho a mantener la política de expulsión sistemática de los palestinos de sus tierras ancestrales, negar sus legítimos derechos nacionales y ejercer la más brutal represión contra los que se niegan a aceptar la ocupación y la colonización de Palestina.
Pero esos estados europeos que hoy se escandalizan y se rasgan las vestiduras ante las verdades de Ahmadinejah, llevan sesenta años apoyando y respaldando el sionismo. Les venden armas, mantienen intensos intercambios comerciales y acuerdos culturales y académicos, y admiten a las federaciones deportivas israelíes en las competiciones europeas como si pertenecieran a ese continente y no al asiático.
Tienen una gran responsabilidad y lo saben. Y sus aspavientos teatrales no los librarán de la ignominia de su complicidad en los crímenes racistas y colonialistas del sionismo israelita.
Pero en Ginebra no sólo se manifestó clara y valientemente el presidente de Irán. Mientras en el interior de la conferencia algunos fascistas judíos insultaban a Ahmadinejah por atreverse a decir la verdad, en las calles de la ciudad suiza se manifestaban también los miembros de la Red Judía Internacional Antisionista (IJAN por sus siglas en inglés).
Eric Hazan, judío francés, y el norteamericano Marc Ellis expresaron sus posiciones en contra del racismo y la colonización, comparando la lucha de los palestinos de Gaza con la heroica resistencia de los judíos del gueto de Varsovia contra los nazis.
Los demócratas judíos antisionistas acusaron también al estado de Israel y a sus padrinos y protectores europeos de convertir el Holocausto de los hebreos a manos de los racistas del viejo continente en “un instrumento del sionismo para la defensa de Israel”. Y declararon que “como judío no voy a aceptar los crímenes sionistas que se comenten en mi nombre”.
Gerald Kaufman, judío británico, recordando a su familia asesinada en un campo de exterminio nazi y ante la masacre de los palestinos en el ataque contra Gaza dijo: “Mi abuela no murió para dar cobertura a los soldados israelíes para que asesinen a las abuelas palestinas en Gaza”.
“Ante la amenaza de aniquilación en Europa, los judíos resistieron. En los guetos, en los campos de concentración, en los países bajo ocupación, la resistencia de los judíos enfrentó al régimen nazi. Hoy, desde el gueto de Gaza a los bantustanes de Cisjordania y de los barrios de Jaffa y Akka a las ciudades de todo el mundo, los palestinos resisten los intentos de Israel de destruirlos como pueblo. El 27 de Enero, día en honor de nuestros muertos, es para nosotros inseparable de rendir homenaje a los más de sesenta años de supervivencia y de resistencia palestina”
Estos judíos demócratas, internacionalistas, honestos y combativos, que salvan el honor de su pueblo frente al fascismo sionista, dejan en evidencia a los arrogantes y falsarios gobiernos europeos que sólo admiten la democracia y los derechos humanos cuando cumplen a sus intereses políticos y económicos.
(*) Pedro Brenes es Secretario General del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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