Samir Delgado * / Artículos de opinión.- Ahora nos dicen con grandes consignas periodísticas que estamos de enhorabuena en todo el mundo gracias a los acuerdos alcanzados por los líderes mundiales en la cumbre de Londres. La salud financiera de los grandes estamentos económicos como el FMI parece garantizada gracias a las nuevas inyecciones billonarias aplicadas por los presidentes gubernamentales en la epidermis desangrada de esta crisis global del capitalismo.
Ya se ha publicado la lista internacional de los paraísos fiscales y el secreto bancario que amparaba a los magnates parece que llegará a su fin. De esta forma, los países en recesión podrán disfrutar de ayudas de contención económica y hubo hasta sorpresas para el estímulo matemático del optimismo con la subida de ganancias en las bolsas, todo ello gracias al efecto de los flashes luminosos que retrataban al grupo de los países más industrializados y contaminantes en este siglo recién estrenado.
Allí estaban el flamante líder afroamericano, Barack Obama, junto al presidente francés, Nicolás Sarkozy, la canciller alemana, Ángela Merkel, el megalómano italiano Silvio Berlusconi y el anfitrión británico Gordon Brown, acompañado en los momentos más protocolarios por el vejestorio de la monarca más respetada de Europa, la reina Isabel II.
También estaba en la foto el presidente Zapatero, aunque fuese de invitado y casi de relleno para completar el cenáculo político de los mandamás del globo terráqueo. España hace tiempo que reclama su papel de protagonista gracias a Repsol y Telefónica, además de su trayectoria histórica de cuando el Tratado de Tordecillas que dividió el mundo a partes iguales con una Portugal que tras la revolución de los claveles apenas se la oye con voz propia en los ruedos geográficos de la península ibérica.
Y de Londres a Estrasburgo. Es el cumpleaños de la maldita OTAN y las estratagemas geopolíticas suponen la continuación de la fiesta de las banderas y los paseos diplomáticos de alta alcurnia. Asuntos económicos y alianzas militares: las dos caras de una misma carta elegida en la mezcla de la baraja por los líderes mundiales para ganar la partida.
Al otro lado de la mesa los manifestantes, jóvenes antiglobalización y ciudadanos de a pie afrontando las duras cargas policiales que repriman la disidencia y el derecho a la libertad de expresión. Una y otra vez, de Seattle a Porto Alegre, la voz de los sin voz viene avisando sobre el deshielo del climatical change y la pobreza severa que asola terriblemente a la mayoría del planeta.
Y Canarias en medio de todo y en ninguna parte. Aquí lo más parecido al glamour interplanetario son las ceremonias de entrega de los premios musicales de la cadena Dial a todas las estrellas del pop español y los galardones Max de Teatro a los famosos de la tele. Lo hemos visto durante semanas repetido a cada rato en el canal autonómico con los presidentes del cabildo pasándoselo pipa en las butacas del Auditorio y el teatro Cuyás. Al menos queda para salvar la compostura ante la crisis diaria la promesa de una futura cumbre sobre la inmigración para dentro de poco, tal vez así las islas no sean nada más que un escaparate turístico subtropical y de cuando en cuando se tomen aquí algunas decisiones serias sobre lo que pasa en el mundo.
Después de todo, desde las islas con el paso de los años viendo muy de cerca la forma en que aumentan las desigualdades y tras el fracaso de muchas cumbres internacionales para salir de la crisis global que tantas promesas dejan en el camino, seguimos sin darnos cuenta de que a la hora del té hay una gran diferencia que no podemos ignorar en Canarias por más tiempo:
A la hora del té británico no se espera nada porque lo tienen todo.
A la hora del té saharaui no se tiene nada y lo esperamos todo.Y es que hasta en la hora del té habrá que tomar partido.
Escritos del cibercafé II
Samir Delgado
www.samirdelgado.org
6 de abril de 2009
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