Samir Delgado * / Artículos de opinión.- A pesar de ser casi mayoría poblacional en la sociedad y el sector más amplio que da bullicios de vida en las aulas universitarias, tan decrépitas y amordazadas, el movimiento estudiantil con su impertérrita jovialidad siempre parece quedar relegado por sus ideas a una clara desventaja histórica en la maldita balanza de la política oficial.
Parece que las cosas con el paso del tiempo no cambian, como en el mismísimo patio del colegio, donde aprendemos las primeras mañas para relacionarnos con nuestro entorno, con aquél juego tradicional de las apuestas que no acababa nunca y ahora de mayores nos resulta una parábola cierta de las propias encrucijadas de la vida: los estudiantes hemos sacado siempre papel, los profesores que mandan sacan la tijera para ganar, y si la cosa se pone fea entonces la policía viene y saca la piedra.
Si vale más una imagen que mil palabras, está claro que el plan Bolonia se nos quiere imponer a base de cachiporras. Todo el mundo ha podido ver una vez más las feas orejas del lobo. La semana pasada una compañera sube espontáneamente al patético murete que blinda el Rectorado lagunero tras finalizar una manifestación legal y pacífica- a pesar de los golpes bajos del equipo de Doménech para neutralizar el derecho a la huelga- y la policía arremete sin mediar palabra golpeando en bloque a una docena de estudiantes que presentan partes médicos para una denuncia posterior que ponga a cada uno en su sitio.
Y en la televisión la historia se repite- lo de La Laguna no ha sido un caso aislado- los Mossos de esquadra hacen una verdadera carnicería en el desalojo del rectorado catalán que llevaba meses convertido en referente de la resistencia antibolonia y luego las ramblas olímpicas de Barcelona se transforman en una especie de Tiananmen chino pero sin pólvora. Niños, turistas y hasta los propios periodistas también fueron objetivo directo de la carga policial. Y nadie dimite, nadie asume responsabilidades ante la brutalidad atroz de los agentes uniformados y bien armados para la defensa y la seguridad del estado. Está claro que dejar de estudiar para hacerse policía o militar es una opción ya clásica de futuro.
Tal vez vaya siendo hora de sacar otras apuestas. Hace décadas que viene sucediéndose la misma jugarreta. Las leyes impuestas de afuera como la LAU , la LRU , la LOU y la LOE se aprueban por la lógica de la imposición. Por muchas reivindicaciones puestas en práctica por el estudiantado, los profesores eventuales, sustitutos e interinos, trabajadores de la enseñanza, licenciados en paro, colegiales con la soga al cuello del fracaso escolar, y el largo etcétera del mundo educativo, la clase política y empresarial da el golpe de gracia en parlamentos de allende los mares y así nos ha ido hasta la fecha. Ahora la Convergencia Europea es la nueva revelación sagrada del neoliberalismo. Y la Consejería del Gobierno de Canarias, como siempre en la cola y a sacar tajada de lo que pueda, ya se ha convertido a la nueva fe del esnobismo europeísta más transnacional y capitalista. Les importan un carajo los contenidos canarios que peligran en la educación superior por culpa de la homologación, las carreras de letras y humanidades, la historia centenaria de nuestra universidad y sobre todo el futuro donde acabaremos hablando spanglish en el sur y donde los estudiantes ya serán morosos con los préstamos de las becas nada más salir del instituto, si es que pueden luego seguir permaneciendo en las aulas empollando para la rentabilidad de la investigación y emanciparse a la vez con un curro de las vampirescas ETTS.
Tras las lecciones del pasado y en un presente para nada esperanzador:¿Qué pasaría realmente si algún día venidero nuestra universidad saca papel? Con un rectorado verdaderamente democrático que ponga la institución educativa al servicio de la ciudadanía, del conocimiento, de la solidaridad, y no del mercado, los bancos y las multinacionales, muy seguramente el Ministerio sacaría otra vez la tijera, y ahí es donde tendremos a mano el futuro: al movimiento estudiantil le tocaría entonces sacar la piedra.
¡GAME OVER!
Samir Delgado
www.samirdelgado.org
20 de marzo de 2009
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