Teodoro Santana * / Artículos de opinión.- Permítanme que, en contra del criterio de mi partido, salga en defensa de la Inmaculada Medina, concejala del Ayuntamiento de Las Palmas, que ha justificado el recorte de líneas de guaguas porque “así la gente camina más” y eso, claro, “es bueno para la salud”. Tontos de nosotros, se nos había pasado esa lógica y beneficiosa consecuencia de dejar sin servicios los barrios populares. Miren por donde, adelantar lo que van a ser las consecuencias de la venta de la empresa ya rinde réditos.
Pero, modesta que es, la señora Medina no quiso seguir profundizando en el tema y en los múltiples beneficios de la privatización. Así, por ejemplo, las subidas de tarifas que acarreará obligarán a los sectores más humildes de la ciudad a ir caminando a trabajar porque no les alcanzará el sueldo para pagar el billete. Y a volver también caminando. Que no por ser pobres deben abandonarse a la molicie y perder la línea.
Y que decir de esos trabajadores de Guaguas que se verán afectados por los EREs y los despidos: dejarán de trabajar sentados, machacándose la espalda, para pasar a estar todo el día caminando de acá para allá buscando trabajo. Y como además tendrán que comer menos, perderán esos kilitos de más que le afean la cintura. Todo ventajas. Imagínense lo guapos que van a estar cuando vayan al Festival de Cine o al de Ópera.
A cambio, esos esforzados concejales y ese abnegado alcalde, se sacrificarán por todos nosotros y se obligarán a sí mismos a seguir desplazándose en coche oficial y asistiendo a banquetes y saraos pagados con dinero público, perjudicando gravemente su salud y deteriorando su atractivo sexual. Todo es poco en beneficio de la salud pública y la estética del proletariado, que van a ir todas y todos como auténticos figurines. Y con unas pantorrillas que ni los ciclistas del Tour.
Claro que siempre hay gente maliciosa que piensa que lo que hay detrás de la privatización es la aplicación del principio de “a grandes negocios, grandes comisiones”. ¿Cómo podríamos sospechar semejante enjuague de nuestros probos políticos? ¿Acaso hay ya contactos con grandes multinacionales y empresas del sector para arreglar lo de la privatización? Quía: simple intercambio de pareceres. Cortesía pura.
¿Y qué decir de esos rojos que, ante una estrategia en que todo son ventajas para esa gente humilde a la que quieren perjudicar los trabajadores con su huelga, se empeñan en recordarnos a los ancianos, embarazadas, niños pequeños y personas impedidas que, según ellos, no pueden dedicarse a ir caminando? ¿Acaso no es puro populismo? El Ayuntamiento no está para solucionarle los problemas a todos, ya está bien de “papá Estado”. Hay que buscarse la vida, comprarse un coche o caminar. El capitalismo es así de duro. No vamos a estar a estas alturas con coñas comunistas, que tienen tan poco glamour. Ya saben: camina o revienta.
Y oiga, paisano, reventar sí que estamos reventando.
(*) Teodoro Santana es militante Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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