Txanba Payés * / Artículos de opinión.- El triunfo electoral del FMLN en el Salvador nos ha alegrado a muchos que vemos con simpatía cómo partidos de izquierda están llegando por medio de las elecciones al poder. Conviene, sin embargo, hacer un paro en esta euforia que parece compartida, merece ahora una reflexión sobre El Salvador y en el panorama sobre la región en el que se va a mover Mauricio Funes y el FMLN.
El FMLN fue desde sus inicios, en 1980, un movimiento revolucionario que pretendía por medio de la lucha armada llegar al poder. Sin embargo una vez firmados los acuerdos de paz en 1992 se convierte en partido político pretendiendo con ello participar en las elecciones para llegar al poder y conseguir de esta manera lo que no logró con las armas.
Con la firma de los acuerdos de paz, las diferencias ideológicas internas en el FMLN no se hicieron esperar, se produjeron muchas fisuras y se agudizaron las divisiones; las rupturas y las luchas internas producen escisiones y de inmediato nacían partidos políticos que orbitaban, en líneas generales, en su quehacer político y ideológico, se suponía que con ello debilitarían la influencia política del FMLN en sus seguidores. La derecha se frotaba las manos y eso no sucedía. Se supo mantener igual que lo hizo durante la guerra en las pocas montañas que hay en el país.
En las elecciones el FMLN ganaba alcaldías, algunas muy importantes, como la de san salvador, pero ARENA les derrotaba una y otra vez en legislativas y presidenciales. Detrás de esas derrotas, algunas pírricas derrotas, tenían que ver más con problemas estructurales que la derecha había – y ha - afianzado muy bien, se daban casos que personas fallecidas a la hora del recuento habían votado. Las maniobras de la extrema derecha en elecciones pasadas, habían sido – y son – en alguna medida, fraudes electorales que, sin el cual, ellos, no habrían ganado.
Con el triunfo de la izquierda salvadoreña en estas elecciones deja atrás 20 años de corrupción y amiguismos políticos. Fueron esos gobiernos los que agudizaron aún más las diferencias sociales: a la inmensa mayoría de la población la empujó a vivir en la pobreza. Y en el otro extremo vino a favorecer a las transnacionales gringas y a los empresarios salvadoreños, abriendo aún más la brecha entre ricos y pobres.
El salvador geográficamente está en una zona estratégica para el imperio norteamericano. En la época del conflicto armado el ejército y la burguesía salvadoreña, jugaron un papel importante para los gobiernos gringos de los ochenta. La ayuda militar de un millón y medio de dólares diarios era el cheque en blanco para mantener la “chusma a raya”. La oligarquía salvadoreña, con la burguesía, terratenientes y pequeños burgueses, con el apoyo del ejército y los escuadrones de la muerte impusieron con represalias a la población el proyecto económico neoliberal en el país. Interés vital para los Estados Unidos pues, tener bajo control esa zona era – y sigue siendo - prioritario.
Los cambios que está viviendo América latina con gobiernos progresistas también influye en la política interna del país. Países que en la región están haciendo propuestas socialistas y revolucionarias, y otros cercanos a la socialdemocracia también. Y los últimos cercanos a las tesis neoliberales del imperio. Centro América también ha entrado en esas dinámicas sociales y electorales, Nicaragua, Honduras, ya están en el ALBA. El FMLN y Mauricio Funes tendrán que decidir, si continúa en la línea de los gobiernos progresistas: Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador. O seguir en la línea de Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, Bachele en Chile. O en el peor de los casos continuar con la política neoliberal de los norteamericanos con el tratado de libre comercio, conocido como el ALCA, firmado con países como Colombia, Perú y que la derecha salvadoreña firmó con el gobierno gringo. Ante tal panorama Funes tendrá que hacer malabarismos políticos en el interior como en el exterior.
Algunos analistas coinciden que el gobierno de izquierdas en el Salvador optará por distanciarse de Venezuela, sabe Mauricio Funes, el papel que los norteamericanos han jugado en la política interna del país, prefiere tener a Venezuela como un aliado y mantener relaciones de cooperación. Pero no como un aliado preferencial como sí lo tiene Nicaragua. Es de esperar por tanto que las políticas de Mauricio Funes y el FMLN irán más en la línea del presidente Lula da Silva en Brasil. Seguirá en el ALCA, como lo quiso dejar claro Mauricio Funes, cuando dijo a un periódico argentino: “Yo no puedo sumarme a un acuerdo comercial o a un bloque regional que ponga en peligro la relación con Estados Unidos. Simplemente no es realista. No puedo adelantar una posición sobre el ALBA, será un tema que analizaré, pero ya garantizo que no firmaré nada que contradiga los acuerdos económicos ya firmados por El Salvador ni que ponga en peligro la estabilidad económica y política del país”.(Entrevista hecha por página 12. “Funes el desmemoriado”)
El pueblo salvadoreño sabe que el partido de la extrema derecha ARENA fue fundado por el que patrocinó, promovió y financió los escuadrones de la muerte responsable, además del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. También se sabe que es un partido-político-para-militar, ya que en sus filas cuenta con militares de profesión, oligarcas, terratenientes y empresarios.
A modo de conclusión: La historia salvadoreña ha venido girando en torno a los mismos asuntos sociales y políticos. Desde el General Martínez responsable de la matanza de más de 30 mil indígenas en 1932, le siguieron dictaduras militares hasta finales de 1979. Las élites económicas por su parte se han venido beneficiándose de ellas para seguir imponiendo sus políticas económicas, y si la voluntad del pueblo se imponía en las urnas se aniquilaba con la fuerzas y fraudes.
Sin embargo ahora a comienzos del siglo XXI el pueblo salvadoreño y ha permitido ha votado a un partido progresista, por tanto hay indicios de cambios que alimenta en la población esperanzas, pero no debemos olvidar que la historia nos enseña que no “hay que fiarse ni un tantito así”, de la derecha y los gringos. Ahora el pueblo empieza andar sobre zarza ardiendo. El FMLN tiene la vista puesta en el futuro, y saben que no será fácil, empieza ahora un arduo trabajo que se encontrará con muchos baches que esperemos sepa esquivar y seguir el camino que le ha señalado el pueblo salvadoreño con tantos años de sacrifico.
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