Orestes Martí * / Artículos de opinión.- Luis Sexto (1945. Remedios, Villaclara), se inició en el periodismo en 1972. Licenciado de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Habana. Fue jefe de las páginas ideológica y cultural en el diario Trabajadores. Jefe de redacción cultural y editor de turno en la agencia Prensa Latina. Trabajó en la Revista Bohemia, donde mantuvo una columna de opinión durante muchos años. Colabora en la radio nacional en programas de debates y opinión. Profesor en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Habana. Ha dado cobertura a importantes acontecimientos en el exterior. Actualmente escribe en el Periódico Juventud Rebelde y sus trabajos también pueden ser leídos en su Blog.
Autor de varios libros de poemas, crónicas, narrativa y técnicas del periodismo, Luis Sexto (LS) es un intelectual de obligada entrevista por su reconocida independencia de criterios... a él le (P) preguntamos:
P: Cuba ha celebrado el 50 aniversario del triunfo de su Revolución ¿vivió aquel acontecimiento? ¿Cómo lo recuerda?
LS: En enero de 1959 yo era un adolescente; me faltaban suite meses para cumplir 14 años. Recuerdo nítidamente aquel día: parece que el sol empezó a brillar con una luz distinta. El júbilo era masivo, desbordante, infatigable. Siete años de tiranía –hambre, opresión, sangre- habían concertado al país en una voluntad casi unánime y por tanto el triunfo de la revolución era un sueño pluralmente alimentado y esperado. Aquel primero de enero fue un día único en la historia de Cuba. Nunca más podrá repetirse.
LS: Puedo decir que cuanto soy, es obra de la influencia de la revolución. Y paradójicamente lo bueno y lo malo de mi vida se relaciona con el proceso revolucionario. Mi familia era pobre. Con la revolución mi padre tuvo trabajo estable por primera vez; mamá también y mejoró sus ingresos. Sin embargo, siete años más tarde, mi madre emigró con mi hermana pequeña, y posteriormente, poco a poco, mis dos hermanos varones, aunque tenía empleo y oportunidades de estudiar, se marcharon hacia Miami. Quedamos mi padre y yo. Mi familia fue víctima de las facilidades migratorias que los Estados Unidos les conceden a los cubanos. La tentación era muy fuerte: desde el país más rico del mundo, una mano te llamaba y te ofrecía una vida con más posibilidades económicas. Por mi parte, la revolución cimentó mis raíces patrióticas y culturales, Y permanecí aquí por libre decisión, aunque he podido marcharme.
P: ¿Qué opinión le merece el bloqueo norteamericano a Cuba? ¿Aconsejaría a la nueva Administración norteamericana su levantamiento atendiendo al reclamo de la opinión pública internacional, especialmente a los resultados de las votaciones de la ONU?
LS: El bloqueo norteamericano ha sido un permanente acto de guerra de un país gigantesco contra un país pequeño y subdesarrollado. Es culpable de muchas de las insuficiencias y deficiencias de Cuba; ha incluso ha condicionado una mentalidad de asedio que limita el pensamiento y la creatividad de los cubanos. Del mismo modo, el bloqueo no es la única causa de la precaria situación de la sociedad socialista cubana. Para algunos puede resultar una excusa plausible para explicar cuanto aún no se ha podido hacer o se ha dejado perder. El bloqueo se derrota principalmente desde dentro, organizando la economía de modo que genere riquezas y renuncie a sobrevivir con poco y con menos. Pero aún no aprecio esa voluntad. Me parece que, para que los Estados Unidos rectifiquen ese acto violatorio del derecho internacional, sería bueno que la nueva administración de la Casa Blanca elimine la red extraña y malévola del bloqueo económico y comercial contra Cuba. Tal vez, puedan reivindicarse en alguna medida ante el pueblo de Cuba.
P: ¿Cuáles considera son las "asignaturas pendientes" del proceso revolucionario cubano?
LS: Cuba necesita recomponerse; revalorar todas las asignaturas. Porque las aprobadas se han deteriorado, han perdido valores, y las que aún estaban pendientes necesita aprobar definitivamente. No podemos vivir de la justificación de un pasado reciente en que pudo conquistarse una parte de la justicia. La revolución necesita revaluarse, renovarse, desechar lo que ya ha demostrado su desgaste, y mirar hacia delante, con visión contemporánea y a la luz del fracaso del socialismo del siglo XX. Ello implica un reajuste en el papel del Estado, de modo que se desplace de ser una especie de factótum, hacia una conducta que lo transforme en un regulador y un garante de los espacios de los sujetos económicos, concediéndoles a los individuos una autonomía que ahora no tienen. ¿Por qué los campos permanecen enyerbados; por qué la productividad en las industrias es baja, y los costos elevados, y la calidad productiva y de los servicios muy inadecuada; por qué la sociedad no se horizontaliza en vez de persistir en el verticalismo burocrático? Las fuerzas productivas necesitan desatarse. La democracia necesita revitalizarse. Esas son asignaturas pendientes. El futuro, me parece, no admite arrastres. La revolución tiene una obra incompleta y, por ende, una deuda con más de tres generaciones. Y sobre todo, la revolución está comprometida consigo misma: tiene que perdurar sobre la tierra y no en los sueños.
P: ¿Cuáles son sus expectativas de la Revolución cubana en los próximos años?
LS: La peor desgracia que podría ocurrirle a Cuba como pueblo es la caída de la revolución. Si la revolución aún no ha podido cumplir toda su utopía, es, sin embargo, una garantía de la independencia, la integridad y el posible mejoramiento de la nación. Sabemos por experiencia propia y por la visión profética de algunos de sus más preclaros conductores que la revolución puede perecer envenenada desde dentro. La corrupción y el inmovilismo pueden esclerosarla. Estoy obligado, pues, a creer que el futuro será distinto: Cuba en revolución, pero renovada, sin las ataduras del dogma, confiada en la lealtad de su pueblo y otorgándole al pueblo los medios para defender y definir su futuro. Ahora bien, el futuro comienza mañana. El tiempo es poco.
Las Palmas de Gran Canaria - La Habana, Cuba
2008-01-10
------------
-
Referencias en Canarias Insurgente:
Comentarios