Artemi Semidán * / Artículos de opinión.- Desde hace décadas, las consignas coreadas en las manifestaciones en Canarias (e imagino que en otros lugares) se inician más porque simplemente riman, o por ser graciosas, que por lo acertado de su contenido. Todos hemos oído la de “No nos mires, uneté” lanzada a los espectadores de las marchas. No sólo no ha conseguido que se sume ni una persona, sino que encima causa rechazo.
En las recientes concentraciones y manifestación contra la agresión israelí contra Gaza hemos escuchado algunas que merecen comentarse. Una de ellas era “Así, así, ni un paso atrás, con las piedras en la mano Palestina vencerá”. Ni el más tonto puede creer que con piedras se puede vencer a la maquinaria de guerra sionista. ¿Por qué entonces el megafoneador de turno vocea esa consigna? Evidentemente, para evitar decir “con las armas en la mano”. Es aquí donde aparece el tic ideológico bienpensante, el “buen rollito” pequeñoburgués que no quiere perder clientela entre los de su clase. En vez de centrar la atención en que, en última instancia, la cuestión se decide por el uso de la fuerza, nuestro voceador procura que los manifestantes que le rodean miren para otro lado y ni se les ocurra pensar en la cuestión central.
Otra de las consignas era “No es una guerra, es un genocidio”, que estuvo acompañada por otra que rezaba (nunca mejor dicho) “Basta ya de tanta violencia”. El asunto es que sí que es una guerra. Por el lado israelí es una guerra de exterminio. Y por parte de las milicias palestinas es una guerra popular revolucionaria, de resistencia frente al genocidio. Y lo de la “violencia” es, una vez más, la estupidez de la moralina pequeñoburguesa que pretende atarnos de manos por aquello de que “toda violencia es mala”. Interesante reflexión que nos lleva a poner dócilmente la cabeza bajo el hacha del verdugo.
Por cierto, ni una sola consigna, ni un solo reconocimiento de que Hamás ganó limpia y abrumadoramente las últimas elecciones democráticas en toda Palestina. Reconocimiento que chocaría con la pleitesía a la propaganda imperialista sobre que el Movimiento de Resistencia Islámico no son más que una panda de “terroristas” y de “islamistas muertos de hambre”.
Ya va siendo hora de que los megafoneadores dejen de vocear tonterías, y de que las consignas que se coreen en las concentraciones y manifestaciones sean expresión de ideas consecuentes y cumplan un papel pedagógico. Entendiendo que son una parte importante de la lucha, y no un mero formalismo. Evidentemente, para ello primero hay que librar y ganar la batalla ideológica, porque de dónde no hay no se puede sacar.
(*) Artemi Semidán es militante del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
Artemi, hay que ver cómo te patina el sentido común.
Ese partido PRCC ya en sí parece un fantasma del pasado, y da cierto sonrojo leerlos hablando de Lenin, imperialismo, clase obrera y esas cosas. No es que estén anticuados, es que le mundo ya no es así, quizá no se han enterado.
Bueno, da igual.
Pero este texto me llamó la atención, no por anteponer una lectura política a la tragedia que viven en Gaza seres humanos, (eso ya retrata a Artemi y a la vez al PRCC, es un simple ejemplo de lo lejos que están estos comunistas jurásicos de la gente), lo que me sorprendió, por lo infantil y a la vez prepotente es que tú, Artemi, creas que me puedes decir por qué me tengo que manifestar, qué debo gritar y qué no cuando protesto por los asesinatos de Israel en Gaza, que te creas con derecho a escribir en un medio público que mis gritos (no son consignas) son "idiotas" o que mi ideología son "tics".
Iré este viernes a la concentración en Santa Cruz de Tenerife, y me da la impresión de que voy a gritar lo que me dé la gana.
Y avísame cuando te presentes a unas elecciones.
Publicado por: Santi | 08/01/2009 en 09:00 p.m.