Ramón Afonso / Artículos de opinión .- Si realizando un intenso ejercicio de empatía pudiera acercar mi concepción de lo que es ser de izquierdas a los postulados de Antonio Adelfo Delgado Núñez me atrevería a decir que la primera vez que lo vi en televisión supe que estaba ante un hombre de izquierdas. Su trayectoria posterior y el empecinamiento de algunos en resaltar esa faceta de su vida, no ha hecho sino reforzar esa primera impresión. Incluso ahora, que acomete con muy poca elegancia las reprimendas recibidas por justificar la política expansionista y genocida del Estado de Israel en el programa radiofónico Tiempo Abierto que dirige, se reafirma en su condición de hombre de izquierdas.
Me costaría creer que alguien ponga en duda su inequívoca ideología de izquierdas, si así fuera sería porque desconoce su trayectoria de los últimos años, así que hagamos un ejercicio de memoria histórica. Recuerdo –finales de los noventa, principios del milenio- cómo un desconocido izquierdista con camisa hawaiana, cholas de meter por el dedo, gafas de pasta y una perilla blanquecina, acompañaba a un conocido presentador, muy de izquierda también -bueno, su nombre lo dice todo, Manolo Artiles, el de Mírame Tv-, en un fresco programa que nos ponía al día -¡ojo! desde una óptica totalmente progresista- de las azarosas vidas de tonadilleras, actrices, príncipes y princesas, rockeros, futbolistas… Hablaban de los amoríos de Isabel Pantoja, con quién se acostaban los participantes de “Gran Hermano” o cuán larga la tenía Dini ¡Cómo supieron aliviar a la clase trabajadora de la pesada carga de su explotación! Pero no sólo informaban de las cuitas de los famosos, también este activista, que a estas alturas ya se habrán imaginado que se trata de Antonio Adelfo Delgado Núñez, nos ilustraba con agudas críticas cinematográficas de películas -Torrente, La jungla de cristal 3 o Notting Hill-, tan edificantes como necesarias para la liberación de las clases oprimidas.
No es de extrañar que, en agosto de 2004, en los días previos a la celebración en Venezuela de lo que la oposición definió como Referéndum Revocatorio Presidencial, encontremos a nuestro izquierdista irredento, engalanado ya con chaqueta y corbata ante una lustrosa biblioteca, encargándose de dar empaque académico a un reportaje que sobre Hugo Chávez produjo Ignacio González –el del pelotazo de Las Teresitas- por entonces dueño de Canal Azul que lo emitió hasta la saciedad y cuyo guión fue obra de una empleada suya en la Cámara de Comercio de Tenerife que aún hoy preside. El libelo televisivo fue todo un homenaje a la manipulación informativa: entre insultos, medias verdades y falsedades enteras, mostraron al presidente Chávez como un dictador y golpista. Piropos como “gorila rojo” se mezclaban con llamamientos furibundos a votar Sí (en Canarias lo hizo el 98% de los residentes venezolanos); el politólogo Antonio Adelfo Delgado -en pantalla aparecía el rótulo de profesor de la Universidad de La Laguna- disimuló magistralmente su indiscutible condición de izquierdista y compartió con los Salas Römer de Carabobo –antiguos socios de Ignacio González- y lo más granado de la oposición fascista venezolana la opinión de que en 2002 no hubo golpe de estado contra el presidente legítimo, Hugo Chávez Frías, sencillamente Pedro Carmona ocupó la presidencia porque se había producido un vacío de poder. Responsabilizaban a los chavistas de la matanza en Puente Llaguno cuando todo el mundo ya sabía que habían sido las víctimas. El reportaje concluía recomendando que lo mejor para el progreso de Venezuela era prescindir de ese populismo que le da por distribuir el dinero de la renta petrolera entre los más necesitados, es decir, “apartar” del poder a Chávez como fuera.
Pasan unos años… y sus intervenciones se convierten en habituales en Radio San Borondón donde su programa “Tiempo Abierto” acaba haciéndose un hueco tras haberse emitido durante trece años en las emisoras Radio Isla y Azul Radio que, como podrán suponer, han sido muy perseguidas por su deriva revolucionaria. Delgado Núñez se rodea de un equipo variopinto pero, por supuesto, muy comprometido con el ideario de la izquierda, incluso ese que presentan como Manuel “Mano de piedra” Viro que hasta ayer formaba equipo con otro notable comunicador izquierdista, Jorge Vargas, al que le caían tan bien los militantes de movimientos sociales como Asamblea por Tenerife que no dejaba -sin ningún reparo por parte de Viro- de piropearlos: “¡Golfos, mamones, calandracas, iluminados!” Aunque Viro era un fiel colaborador de su programa No corras que es peor emitido por Canal Azul-El Día, no se puede saber el nivel de implicación que tuvo en la organización de aquella manifestación racista y xenófoba que bajo el lema Basta ya. No cabemos más promovieron Vargas, su ex ayudante de campo, Mateos López, y el grupo El Día.
En el transcurso del 1º Foro Social Ya Está Bien organizado por Asamblea por Tenerife el pasado noviembre, los jóvenes de AMEC denuncian a Antonio Delgado por participar en el linchamiento académico del estudiante Adán Lorenzo González, al que el rectorado aplicó una normativa disciplinaria fascista de 1954 con la intención de expulsarlo de la universidad. Nuestro hombre de izquierdas dice no tener nada que ver con el caso; sin embargo, y a pesar de lo reaccionaria que es la cuadrilla del rector, Delgado Núñez forma parte del equipo de gobierno de la ULL, concretamente como Director de Secretariado (Participación Estudiantil y Mejora del Rendimiento Académico). Aunque no haya participado directamente en el expediente disciplinario tampoco ha movido un dedo, y eso debe hacer sonrojar a un hombre de izquierdas como él, para que no se produzca la tropelía y, lejos de renunciar a seguir colaborando con ese equipo rectoral tan carca, ha dirigido sus odios radiofónicos sin derecho a réplica contra los estudiantes asamblearios.
Justo un año antes, nuestro contumaz hombre de izquierdas tercia, y de qué manera, en la polémica suscitada por el exabrupto borbónico del “¿Por qué no te callas?” al presidente Chávez. En un rapto de españolismo desenfrenado afirma en el foro “Encuestas” de la versión digital del periódico El Comercio de Lima (Perú): “Como español respaldo a mi Jefe de Estado, ya que la actitud de Chávez fue intolerable”. Parece que este rebuscado progre no soporta que se denuncie la voracidad imperialista de las empresas españolas en América Latina o que se desvele la activa participación del fascista Aznar en el golpe de Estado de 2002 (vamos entendiendo por qué intervino en aquel infamante pasquín televisivo sobre Hugo Chávez) y se revuelve iracundo respaldando la salida de tono de un Jefe de Estado impuesto por Franco y al que los españoles no han elegido. Por si quedara alguna duda de esto, transcribo algunas frases del discurso pronunciado por Juan Carlo I cuando fue nombrado sucesor del sátrapa a título de rey: "Quiero expresar en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado, el Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936”.
Llegamos al día 10 de Enero de 2009. “Tiempo Abierto” comienza fuerte y, como no podía ser de otra manera, el primer tema a tratar es el “conflicto” en Palestina. Con un acentuado protagonismo del personaje al que llaman Profesor Javaloyes y de nuestro izquierdista de cabecera, en plena matanza de palestinos en Gaza, intentan dar una fantasmagórica “visión de conjunto” no encontrando otras razones para ello que las divulgadas convenientemente por el Mossad: Hamas es un movimiento terrorista, los cohetes Kassam (realmente, unos misiles un poco más fuertes que los voladores de los Hermanos Toste) hacen estragos en la población civil israelí, los terroristas utilizan a la población palestina como escudos humanos, Israel es la única democracia de la región, Israel no invade los territorios sino que es invadido; rematado todo con la gran mentira de que Hamas ha impuesto sádicamente la ley coránica con mutilación de manos para los ladrones y otras tantas barbaridades incluidas. Pero él cree seguir siendo un hombre de izquierdas que no se somete a las consignas repetitivas; “es un espíritu libre”, vocifera histriónico el tal Javaloyes. Luego llegan los programas y entrevistas donde fabrican su débil estrategia defensiva; por supuesto, no podían faltar las alusiones a su inclinación izquierdista. La farándula atlantista produce a veces estos monstruos, dicharacheros y cultos, pero monstruos al fin y al cabo.
Pero lo cierto es que ser de izquierdas a golpe de coyuntura no cuela (cuando actuaban en Radio Isla o Azul Radio no era tan importante que se le tratara como “gente de izquierdas”, más bien todo lo contrario), hay que demostrarlo en la práctica. Ser de izquierdas consecuentemente, ser de izquierdas todos los días no es fácil, estoy seguro de ello, por eso estos piensan que dan el pego repitiendo como un mantra: “soy de izquierdas”, “desde mi óptica de izquierdas”, “como hombre de izquierdas…”. Sin embargo, su trayectoria lo delata y su alineación con las tesis sionistas, aunque sólo fuera por esnobismo y por el prurito de parecer diferente a una “izquierda de consignas”, los convierten en individuos despiadados con un escaso sentido de la justicia. Eso, como mínimo.
Así y todo, algún ¿ingenuo? ha postulado a Antonio Adelfo Delgado Núñez como piedra sobre la que se debe construir la unidad de la izquierda en Canarias, o al menos, en Tenerife. ¡Que Yahvéh nos coja confesados!
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