Pedro Brenes * / Artículos de opinión.- Si algo está dejando bien claro la crisis económica es que las empresas son demasiado importantes para dejarlas en manos de los empresarios. No sabemos si habrá consultado este asunto con sus economistas o se le ha ocurrido a él solo, pero es evidente que el señor Grisaleña, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, cuando dice que si los bancos no dan créditos deberían ser nacionalizados, no comprende en absoluto el mecanismo que profundiza y agrava constantemente la recesión económica.
Limitado por su ideología burguesa, que le impide comprender y aceptar la realidad de los procesos económicos y políticos, y condicionado por su ceguera de empresario individual, considera que los banqueros están obligados a arriesgar sus beneficios prestando dinero sin garantías suficientes en tiempos de recesión económica, para “salir de la crisis”, mientras que él mismo en sus propias empresas pretende, nada menos, que “desregular” y “flexibilizar” el mercado laboral y abaratar el despido.
No comprende, o no quiere comprender por la cuenta que le trae, que el origen de la crisis y la recesión está precisamente en el propio sistema económico capitalista, que empuja a cada empresario a garantizar sus beneficios individuales cargando las consecuencias sobre los asalariados por medio de despidos baratos sin indemnización y de la congelación de salarios. Política miope y egoísta que, al recortar el consumo, profundiza la recesión y obliga, en una espiral diabólica, a reducir la producción a todas las empresas ahondando, de esta manera, continuamente el proceso de destrucción de las fuerzas productivas de la sociedad.
Quizá si alguno de sus asesores hubiese leído recientemente a Marx, ahora que dicen que se ha puesto de moda entre los economistas burgueses ante la falta de respuestas de sus teorías atrasadas y simplistas, podría explicarle al insigne dirigente de los empresarios que la contradicción fundamental de la sociedad burguesa capitalista, que ellos en su ignorancia arrogante consideran como la única posible, se establece entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación.
Dicho más claramente, que mientras en la producción, la distribución y el consumo interviene la mayoría de la población, la apropiación de los márgenes de beneficios de todas estas actividades productivas y comerciales se reserva, en el sistema capitalista, a una insignificante minoría social formada por individuos tan obtusos e incompetentes como el propio Grisaleña.
Y por supuesto que tiene usted razón, señor Grisaleña, aunque, como al burro del cuento, le ha sonado la flauta por casualidad, cuando dice que deben ser nacionalizados los bancos. Pero si bien es cierto que sin crédito es imposible reanimar la economía, no lo es menos que tampoco con despidos masivos se puede reactivar el consumo y, por ende, la producción por lo que, según su propia argumentación, también deberían serle nacionalizadas las empresas a todos aquellos capitalistas que, como usted, pretenden enviar al paro a sus trabajadores.
Pero lo que nunca conseguiremos meterle en la cabeza es que ninguna reforma parcial del sistema capitalista (ni siquiera la nacionalización de los bancos) puede evitar, llegado el término de su ciclo histórico y agotadas ya sus potencialidades de desarrollo, el tránsito hacia la nueva sociedad socialista.
Y tampoco lograremos hacerle entender que esa transición, debido a la resistencia de los propios capitalistas y, en primer lugar, de los banqueros, y de la existencia de un poderoso aparato represor estatal a su servicio, sólo puede hacerse por vía revolucionaria rompiendo, con la participación de todos los trabajadores, las barreras materiales, jurídicas y culturales que hoy sacralizan la propiedad privada de los medios de producción, y que justifican a los gobiernos al servicio de la burguesía su política cobarde de “respeto a la iniciativa privada”, a pesar de los terribles efectos económicos y sociales que provoca el mantenimiento del Poder de una minoría de explotadores millonarios sobre el conjunto de la sociedad.
(*) Pedro Brenes es miembro del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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