J.M. Álvarez * / Artículos de opinión.- Sobre un comentario acerca de Bolivia, realizado en un informativo de la cadena española de televisión, La Cuatro.
Como todos saben, Prisa es un grupo empresarial español (del que forma parte la cadena de televisión, La Cuatro) especializado en difamar y agredir no sólo a Cuba, sino a cualquier movimiento emancipador que asome la cabeza en América Latina. Y no lo hace por amor a la democracia, sino a su cuenta corriente, ya que tiene intereses económicos en la región. Concretamente en Bolivia, es propietario del diario La Razón y partícipe mayoritario de la principal cadena de televisión de aquel país, además obtiene beneficios a través de la publicidad, porque la petrolera Repsol-YPF invierte en propaganda, en los medios que el grupo maneja allí.
Desde que Evo Morales se aupara democráticamente al Gobierno de La Paz, los ataques de Prisa contra la legítima aspiración del pueblo boliviano de desarrollarse sin tutelas externas, han sido sistemáticos, hasta el punto de que organizaciones de periodistas bolivianos denunciaron la actitud de presión y chantaje que desarrolla el grupo, desinformando y mintiendo, como pudimos comprobar durante el conflicto de los prefectos autonomistas que quieren fracturar Bolivia en beneficio de las multinacionales extranjeras. Esa actitud ha generado recelos lógicos contra Prisa que, aprovechando su posición dominante en el sector, culpabilizó del enfrentamiento (que sigue latente) al Gobierno central, eludiendo señalar a los instigadores del mismo y sus vínculos con la CIA. Al conducirse de esa manera, Prisa se alineó junto a los terratenientes racistas y asesinos de campesinos.
Hace unos días se produjo en Bolivia un linchamiento, cuando decenas de vecinos de la localidad de Achacachi, sorprendieron a varias personas en el momento en que estaban efectuando un robo. Los delincuentes fueron apaleados e, incluso, intentaron quemarlos vivos. Inmediatamente, el ministro del Interior boliviano recordó que nadie puede tomarse la justicia por su mano y advirtió que los autores del hecho, serían detenidos y llevados ante la justicia. De inmediato, el director del informativo del mediodía de La Cuatro, se hizo eco de la noticia, pero desvirtuando lo ocurrido, omitiendo las declaraciones del ministro boliviano y descalificando al país andino, al afirmar que lo acontecido era ”consecuencia de tener unas leyes y un Gobierno como el de Bolivia”.
El estilo de ese comunicador, es un ejemplo más, del periodismo “a la española” que se elabora en los laboratorios del régimen para regarlo en los medios de información (medios oficiales, se entiende). El modelo pasa por ser joven, trepa, manipulador, pro sistema, enemigo del enemigo del jefe y si encima, se asoma a un telediario, mucho mejor. Así es el retrato de quienes aspiran a promocionarse en el marco de la información libre, veraz y, sobretodo, “objetiva”.
J.M. Álvarez
- Sitio web del autor: http://jmalvarezblog.blogspot.com
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