Ramón Afonso / Artículos de opinión.- Al llegar a su oficina, en el Paseo de las Milicias de Garachico Nº 2, sintió un gran alivio porque ese día los de la CNT no estaban concentrados denunciando la alta siniestralidad laboral, como hacen siempre que hay una víctima mortal en la construcción, pero fue entonces cuando se dio cuenta de que Ricardo le había mentido, no sólo no había pagado la “ronda” sino que la Consejería de Hacienda le estaba clavando el 5% de Igic. Esto no se va a quedar así, refunfuñó…Descolgó el teléfono, y después de ordenar a su secretaria que no lo molestaran llamó a su compadre en la Cámara de Comercio, Hola Inasio qué tal, Aquí, al pie del cañón, como siempre, pasó algo, Bueno, ya tu sabes cómo son los políticos, pues nada, que me he despertado con la noticia de que el carajito del Soria nos quiere cobrar el 5% de Igic por las obras que hemos hecho p´al Cabildo y nada, que tengo a 17 humildes constructores socios de Fepeco (Federación Provincial de Entidades de la Construcción) que no van a poder hacerle frente, con lo que han luchado pa sacar p´alante sus empresitas, Pero vamos a ver, replicó Ignacio, no nos dijo Ricardo que no se nos iba a cobrar el Igic de las obras que hiciéramos, Claro que sí, contestó Antonio, yo y tu estábamos cuando lo soltó delante de un montón de gente, Ambrosio Jiménez también estaba, creo, y no sé si Marichal, es más, nos dijo que como el encargado de cobrar esos impuestos era él no iba a haber poblemas, o no, Sí, sí claro, a veces con tal de ser la estrella se le va la fuerza por la boca…rieron sin mucha gana la ocurrencia. Y ahora qué vamos a hacer Inasio, Pues nada, lo de siempre, primero hay que llamar al que nos escribe los artículos pa que nos redate unas notas y después llamaré a Pepito Rodríguez pa que lo saque mañana mismo en primera página, Vale, a ver qué puedo hacer yo por otro lado, hasta luego. Con un lúgubre y lacónico “bueno, bueno” se despidió Ignacio.
Al día siguiente, la noticia había corrido como la pólvora y en toda la prensa tinerfeña se podían leer cosas como “El Gobierno autonómico no puede emplear el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) como un nuevo ariete contra las constructoras", "Las empresas no pueden ser rehenes de las distintas interpretaciones jurídicas que hacen las administraciones canarias" o "No se pueden cambiar constantemente las reglas del juego porque así es difícil que los empresarios mantengan las inversiones".
Eran la once de la mañana cuando sonó el teléfono del despacho del presidente de la Cámara de Comercio, Sí dígame, Hola Inasio, qué tarde se me ha hecho, Y eso, Pues nada, que estuve con Sindo, el alcalde de Candelaria, entregándole un coche regalado por los de Rhan al padre Jesús Mendoza, el de la Basílica de la Patrona, después se empeñaron en sacar unos retratos para la publicidad y se me hicieron estas horas, Leíste el periódico (refiriéndose a El Día) ya está la campaña empezada, dijo Ignacio, Sí, sí, muy bien, tampoco estuvo mal lo que dijo el gerente nuestro (Fepeco) en el Diario de Avisos acusando al Gobierno de "provocar el cierre de más empresas por este tema, en un sector ya muy castigado", pero lo más que me gustó fue cuando dijo “en vez de ayudarnos, el Gobierno nos hunde", hacerse el víctima siempre nos ha dado resultado.
Ahora nos queda Ricardo, convinieron ambos. El presidente del Cabildo se les había adelantado y cuando lo llamaron para recriminarlo éste les espetó, Tranquilos, todo se arreglará, Víctor Borrego ya ha puesto a funcionar al equipo jurídico del Cabildo y seguro que algo encontrará para que nadie salga malparado, es más, me lo tomo como una cosa personal, porque los pliegos de condiciones que redactamos nosotros reflejaban un cero por ciento de IGIC y si Soria piensa que va a solucionar sus meteduras de pata con los cabildos y ayuntamientos metiendo las narices en lo que no le importa se va a enterar…le monto un pollo que…, ¡Ricardo, Ricardo! tranquilízate tú ahora - respondieron al alimón Antonio e Ignacio- que Soria nos está echando más que una manita con las medidas para salir de la puñetera crisis…los baja los impuestos, les va dar facilidades a la gente (hipotecada) pa que puedan pagarnos a nosotros y a los chupasangres de los bancos... No, no te metas con él, el hombre hace lo que puede, antes de nada, tu debiste hablar con él para dejarle claro lo nuestro… Llama a Las Palmas y dile que por qué no hace una, cómo se llama a eso que le hacen a los presos -una amnistía, apunta Ricardo- eso, una amnistía en los impuestos pa aliviar lo de la crisis y todo eso, mira que si no, la cosa está jodida y ustedes los del Cabildo van a que tener que pagar más de 16 millones de euros (en el fondo, pensaba que le importaba un bledo ya que el dinero no era suyo sino de los contribuyentes), Sí, la verdad, respondió Melchior dubitativo… bueno esperen, Borrego me trae un papel (mientras lo lee se le va dibujando su ya clásica sonrisa picarona) que…esto puede ser nuestra salvación, miren lo que dicen nuestros abogados (los del Cabildo, claro) "y conjugando todos los criterios establecidos por el Código Civil (literal, sistemático, histórico y teleológico), se colige que lo determinante para la aplicación del tipo 0% ha de ser que se trate de obras de equipamiento comunitario y, por tanto, lo relevante es el nivel básico y exigible del servicio público al que van destinadas las obras". Y qué carajo quiere decir eso, se dijeron con la mirada. Ricardo, imaginando la escena que se desarrollaba esta vez en Vultesa, una de las múltiples empresas de Ignacio, les dijo que no se preocuparan más, que era la solución ansiada por todos y que ahora mismo les mandaba por fax el documento “para que Nacho, Pedro o algún hijo tuyo, Antonio, le echaran un vistazo”.
Una vez que colgaron el manos libres y más aliviados, la verdad, siguieron hablando de de sus cosas. Si es verdad que esto está arreglado, el domingo matemos un cochino y hacemos un tenderete por todo lo alto en la finca, ¿que no? Ahora sí rieron a mandíbula batiente, aunque callaron repentinamente cuando Ignacio propuso Ya que estamos aquí por qué no vemos cómo va lo de Las Teresitas ¿llamamos al abogado?, Bueno. Despacho de abogados, buenos días, Hola qué tal, como están, cómo va el asunto, La cosa está bastante complicada, Y lo del alcalde, Eso está todavía peor…, Oiga, usted cree que su colega, Mauricio Hayek, haya hablado, No se lo puedo confirmar, pero es más que posible, otra cosa quería decirles, a lo peor necesitaremos más dinero para viajes, procuradores, peritos, juristas especializados en Derecho Administrativo, Mercantil, Penal… ya sabe, estos juicios se ganan, si se ganan, empleando mucho dinero, por eso, les vendría de perlas arreglar lo del Igic, no creo probable que Cajacanarias se vuelva a involucrar, No va a ser por falta de dinero, haga lo que pueda, En eso estamos, Manténganos informados, Así lo haré, Bueno, adiós abogado, Adiós, buenos días.
Ramón Afonso
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