Txanba Payés * / Artículos de opinión.- Desde hace mucho intento explicar a compañer@s vasc@s que en El Salvador ya no existe el FMLN, como frente revolucionario de lo fue aquella guerrilla que hizo temblar al imperio norteamericano en los años ochenta. Espeto siempre que, lo que ahora existe es un partido político con las mismas siglas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Insisto sin el menor atisbo de duda de que, de ninguna manera, el partido es lo que en su momento fue el FMLN. Eso sí, añado, que sigue siendo un partido de izquierda, pero una izquierda parlamentaria, que busca, sólo, por medio de las elecciones llegar al poder. Y todos sabemos lo que significa decir hoy, en América latina, partido de izquierda. Tenemos un inmenso abanico ideológico que nos perdemos en quién o quiénes dejan de ser - o son - de izquierdas. Desde Bachele en chile, Lula en Brasil, hasta Chávez en Venezuela etc. Y el FMLN como partido político que es, más de lo mismo, eso sí, el candidato a la presidencia está más cerca a Lula que a Hugo Chávez.
El FMLN, se ve como favorito para ganar las elecciones en el 2009. Como candidato Mauricio Funes, ex periodista que no termina de abrazar, quizá, los principios ideológicos del Frente. En una entrevista dice:
"Mi discurso no es el mismo de la izquierda tradicional, porque no la represento. Yo no vengo de allí ni me afilié a un partido que sigue esa línea de pensamiento. El FMLN evolucionó y la prueba es mi candidatura. Los jefes históricos del FMLN han pedido disculpas públicamente por cualquier exceso o dolor que le haya causado al pueblo salvadoreño (…) El FMLN fue uno de los opositores más duros al Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, el partido entendió que no se puede romper un acuerdo que el país firmó. Las inversiones se irían en un minuto". Y así sigue, en la entrevista, poniendo negro sobre blanco lo que él, en el fondo es.
El FMLN, es y seguirá siendo un partido político más del engranaje democrático burgués de El Salvador. Ha dejado de ser un movimiento revolucionario hace mucho tiempo, sus tesis políticas van más a "plantear" que no "hacer" reformas y seguirán lábiles y en connivencias con las estructuras injustas de poder que hasta el día de hoy, siguen, intactas en El Salvador. En este momento no hay un partido político que se presente como alternativa a la política neoliberal que impulsa el gobierno actual de la extrema derecha. Sí, podría verse al FMLN como otro partido político más, pero con miras a hacer sólo pequeñas reformas si este llega al poder, Mauricio Funes:
"Yo no puedo sumarme a un acuerdo comercial o a un bloque regional que ponga en peligro la relación con Estados Unidos. Simplemente no es realista. No puedo adelantar una posición sobre el ALBA, será un tema que analizaré, pero ya garantizo que no firmaré nada que contradiga los acuerdos económicos ya firmados por El Salvador ni que ponga en peligro la estabilidad económica y política del país". (Entrevista hecha por página 12. "Funes el desmemoriado")
Si es una mera estrategia por parte del candidato a la presidencia del FMLN para que la burguesía y el imperialismo norteamericano, permitan que las elecciones sean libres y dejen que el pueblo decida libremente, no se sabe. Lo que en este momento se sabe y se percibe es, que la derecha se ve perdedora en las próximas elecciones, ya lloran clamando la intervención del ejército salvadoreño por si gana el FMLN. La derecha fascista de El Salvador cuyo fundador fue el que organizó los escuadrones de la muerte y el que presidió la nueva constitución salvadoreña, llevan años en el poder, tiemblan ellos, y siguen los acontecimientos desde el silencio y la distancia el imperio usamericano. Huelga decir que si gana el FMLN no supone un "peligro" para los gringos, como lo son en este momento Bolivia, Venezuela y Ecuador.
La democracia burguesa salvadoreña juega con el discurso de que hoy se puede decir en el País - y a los cuatro vientos - que eres comunista, y cuando se dicen, la burguesía ríe en la intimidad, porque ven cómo esos que se dicen así mismos comunistas, conviven con la alta burguesía en los asientos del parlamento salvadoreño. Los tienen al lado votando, a veces, leyes que favorecen a las grandes empresas tanto extranjeras como nacionales. Y si alguna vez han votado para favorecer a las amplias mayorías, lo han hecho con pequeñas cosas que no alivian, a la larga, la precariedad en la que hoy por hoy vive la mayoría de la población. Esa es - ha sido y ¿será? - la democracia burguesa salvadoreña gane quien gane.
Los verdaderos cambios en el pulgarcito de América llegarán cuando las organizaciones populares cercanas al pueblo copen la dirigencia del Frente, solo así El Salvador será un gran país, como decía Roque Dalton. Pero para que ese día llegue hace falta mucho y faltan las personas honestas - o alguien - que realmente represente lo que antaño fueron los principios revolucionarios con los que se fundó el FMLN, y no, un partido político más de toda esa urdimbre social y entramado burgués salvadoreño. Porque hoy como ayer, lo único que se consigue con el juego de las elecciones es alargar en el tiempo, la pauperización de la inmensa mayoría del país.
Pero ¿a qué se debe el cambio del FMLN? La respuesta habrá que buscarla en los acontecimientos ocurridos al interior de las FPL una de las organizaciones que formaban – ¿forman? – parte del partido del FMLN. El FMLN, dejó de ser un movimiento revolucionario en 1983 las FPL como el FMLN "tuvieron que hacer un re-cambio", como diría Leonel González, ese año en Abril de 1983, esos re-cambios se dieron de forma trágica. Desde entonces, sus principios marxistas sólo fueron parte del papel y sus discursos. En la práctica ellos, la nueva dirigencia de entonces y la que aún persiste, siempre dijeron y dicen identificarse con planteamientos políticos de "izquierda", es más, se acercaban – y se acercan - muy mucho a los planteamientos políticos que defienden la social democracia europea. Fueron ellos, la social democracia europea, los que de alguna manera influyen - e influyeron - en los nuevos dirigentes del FMLN. Queda mucho para las elecciones pero al mal tiempo buena cara, y "entre el mal menor y el mal mayor", la gente prefiere el primero, y ¿quién no?.
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