Anillo insular / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Hace unos meses esta acogedora página del foro me publicó unas sentimentales y desgarradoras reflexiones sobre la historia de un pino que sembré cuando era un adolescente -hoy me acerco ya a los 40- en Icod de los Vinos, y que hoy está abocado a desaparecer por las obras del Cierre del Anillo Insular.
Entonces les prometí que les traería a aquí, a esta web, las fotos de ese árbol querido para mí, una especie de hijo vegetal que, según me han dicho mis padres, muy probablemente caerá bajo los escombros de la nueva carretera, a la altura del barrio de Buen Paso. Pues bien, aquí las tienen.
Este es mi pino, aún vivo, enhiesto, aquel que yo -iluso de mí- iba a regar en mi pubertad, cuesta arriba, por empinadas veredas entre malezas y goros de papas y vina. Yo, en mi secreta alma de campesino disfrazado de urbanita, aún espero que este ser vivo sobreviva al asfalto. Ingenuo de mí, aún pienso que el desarrollo no va ligado al cemento y el asfalto, y me sobrepongo como puedo a quienes, desde instancias poderosas, nos llaman los del no a todo, con ese desprecio insolente de los que en realidad son los del sí a todo. Yo quiero proclamar bien alto mi amor por este pino. Nadie como él sabe lo duro que es arraigar en una tierra de nubes cicateras como el nuestro. Allí seguirá mi pino, en el anonimato del monte bajo, en un rincón de Buen Paso, esperando las palas como en un corredor de la muerte los condenados. Símbolo de un paraíso herido es ya mi pino, David de madera contra los Golliat de las máquinas que vendrán. Su merte será una tragedia personal para mi y el triunfo de los destructores de mi patria, que no es el mundo ni es Europa ni es Espana, sino la sombra de un pino en el paisaje de mi infancia.
VICENTE
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