Denuncias / AOC - Asociación Obrera de Canarias.- Con un silencio de los medios de comunicación absolutamente cómplice con la patronal, desde AOC denunciamos que desde el 31 de julio han cesado a 82 trabajadores de la empresa de tabaco "Gallaher" (antes Tacisa, y mucho antes, Phillip Morris).
La justificación ha sido la compra de esta empresa por parte de Japan Tobacco Internacional, un gigante empresarial del sector del tabaco que, para "evitar la duplicidad de costos", ha impulsado el Expediente de Regulación de Empleo por el que estas ochenta y dos personas, con sus respectivas familias, se van a la calle.
Un Expediente de Regulación de Empleo sin base jurídica alguna
El Estatuto de los Trabajadores en su artículo 51 regula las condiciones en que se debe de realizar un "despido colectivo", que ha de estar fundado en la "falta de viabilidad económica de la empresa" y sólo se pueden utilizar "cuando la adopción de las medidas propuestas contribuya, si las aducidas son económicas, a superar una situación económica negativa de la empresa o, si son técnicas, organizativas o de producción, a garantizar la viabilidad futura de la empresa y del empleo en la misma a través de una más adecuada organización de los recursos"
En el reciente Expediente de Regulación de Empleo, las medidas no se justifican en ningún caso. La empresa es "económicamente viable" en todos los sentidos, como demuestra el comunicado conjunto que la empresa Gallaher y Japan Tobacco realizasen ante la Junta de Accionistas, en el que señalan que "la canaria (Tacisa) ha permitido a la británica (Gallaher) compensar el declive del mercado de Europa occidental".
Lo sangrante de este asunto, es que la Autoridad Laboral, competencia del Gobierno de Canarias, haya dado luz verde a este Expediente de Regulación de Empleo. Es de una absoluta deshonestidad, que el Sr. Javier Mantecón del Río, Director de la empresa en Canarias, como Pedro Tomás Pino Pérez, Director General del Trabajo, den vía libre, junto con los supuestos representantes de los trabajadores y los delegados sindicales, a este despido colectivo de dudosa legalidad.
Y lo es más, teniendo en cuenta que ya en la compra de CITA por parte de Gallaher, en el año 2005, el Gobierno de Canarias se comprometió con los empleados de que dicha compra no supondría el fin de la industria tabacalera en Canarias.
Gallaher y la deslocalización de la industria tabaquera canaria
La empresa británica Gallaher, sin duda buscaba la mejor posición de venta de sus acciones, sin importarle de ninguna forma el destino de sus asalariados. Ya en la compra de Tacisa, en el año 2006, engordó las cifras de pérdidas de esta empresa, para poder comprarla a menor precio del que se situaba en el mercado.
Con la Oferta Pública de Adquisición lanzada por el grupo japonés, Japan Tobacco Internacional, en diciembre de ese mismo año, se vio que la maniobra de Gallaher no era otra que la de situar el precio de unas acciones con miras a una ulterior reventa.
Y ahora, la nueva adquiriente, Japan Tobacco Internacional, declara el deseo de centralizar su producción en Triers, Alemania, por lo que despide a estos ochenta y dos trabajadores canarios, algunos con más de treinta años de experiencia en la producción tabaquera.
¿El ocaso del tabaco canario?
Así es como titulan los pocos medios que han informado sobre este asunto, esta maniobra perpetrada por parte de los sindicatos claudicantes a empresarios sin escrúpulos y un gobierno autonómico capaz de vender el escaso tejido industrial al mejor postor, dando muestras así sobre en qué consiste su "nacionalismo" canario.
Desde el principio de su cultivo en Canarias a mitad del siglo XIX, impulsado por la Ley de Puertos Francos, hasta la integración del Estado español en la Comunidad Económica Europea, el ascenso de este sector fue imparable, constituyéndose el sector industrial de exportación más importante de las islas.
El acceso de las importaciones al mercado de tabaco canario a partir de la adhesión del Estado español a la Comunidad Económica Europea, produjo un declive del sector, que se ha visto acompañado, además, con fuertes recortes de derechos laborales (desde la congelación salarial a la política de establecimiento de turnos).
Dicha realidad, además, contrasta con las declaraciones de un Gobierno de Canarias aparentemente interesado por un sector al que se le consideraba históricamente, en el pasado, como el eje de cualquier proceso de desarrollo industrial canario.
El reciente despido de ochenta y dos trabajadores, además, se inscribe en un proceso de concentración empresarial monopólico de este sector, que coincide, en otros aspectos, con el proceso de deslocalización industrial que afecta a la clase trabajadora de todo el mundo.
Sin duda, sea o no sea el fin del tabaco en Canarias, lo que es claro es que expedientes como éste serán el día a día de los y las trabajadoras canarias, que sufren, por un lado, las injusticias comunes al conjunto de la clase asalariada internacional, y, por otro, el saqueo y retirada de capitales de su propio territorio, que profundizan en el subdesarrollo colonial del tejido económico de nuestro Archipiélago.
A menos, claro está, que los trabajadores canarios empecemos a tomar medidas drásticas para tomar el control sobre nuestras vidas, nuestros trabajos, y nuestro país. Área de Acción Obrera
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