Espectáculo incívico / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Me comentaba un amigo que este jueves estaba en la cola de un supermercado y delante de él pasaron dos jóvenes, las cuales entre las dos no debían sumar los 30 años, que cargaron con las correspondientes botellas de ron, las Coca Cola de dos litros, los vasos de plástico y demás camino de la peregrinación a Candelaria. No lo pudo resistir y se lo comentó a la cajera que se encogió de hombros y le dijo que ellos no se metían en el tema ese de vender bebidas alcohólicas a menores y demás.
Hombre, este colega se cabreó bastante y se quedó con ganas de denunciar el tema ante lo que yo, francamente, le he recomendado que no se meta en esas cosas más que nada porque los que cobran por cortar con eso no sólo no lo hacen sino que, más bien, pareciera que están en lo contrario. Porque en esta tierra se dispensa alcohol a menores en todos sitios, son menores los que llenan locales reservados a adultos todos los fines de semana sin que nadie chiste y también en la romería a Candelaria se ha impuesto, con éxito y ante las narices de decenas de tricornios y guindillas, la moda de llevar el carrito robado del supermercado repleto de alcohol sin que nadie chiste. Carrito que, obviamente y como ocurría en el Son Latinos, queda después abandona por ahí en cualquier barranco o playa.
Y por todo eso, además de por otras razones que tienen que ver con una tierra que mide sus éxitos en los carnavales por las toneladas de mierda que se recogen en la calle, no es de extrañar el lamentable espectáculo que se podía observar la mañana de este viernes, día de Candelaria, en toda esa carretera vieja: Un montón de kilómetros llenos de basura.
Y es lamentable, más que nada, porque yo sé que hay gente que hace esa peregrinación por diferentes motivos pero respetando lo mínimo que se respeta en cualquier sociedad medianamente sensata al menos en entornos como los de esa carretera, que el irrefrenable deseo ese al que no se resisten ni los curas ni los políticos de mover masas de gente al precio que sea de un lugar a otro para 'enaltecer' sus celebraciones, que renunciemos a medidas mínimas y elementales como las de controlar el consumo de drogas legales o prohibidas -da igual- en el caso de los menores o a vigilar que alguien se pasee por ahí con un carrito de la compra que cuando se vacía se lanza y ya está. Yo creo que es lo mínimo que se despacha, pero doctores tiene la Santa Madre Iglesia y por eso son posibles hasta las situaciones más disparatadas que en cualquier país del norte de Europa sería visto con estupor por la mayor parte del personal.
Aquí no, aquí el Cabildo te dice que está prohibido caminar por la autopista y después te coloca papeleras en los arcenes. Y eso que este año ya no regalan los brazaletes reflectantes -obviamente con el anagrama del Cabildo- que tan alegremente repartían no hace tanto tiempo como si caminar por una autopista fuera cosa de cachondeo.
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