Entrevistas / Tlaxcala.- Autor: Jérome Bouteiller (Traducido por Caty R.) Periodista independiente y escritor controvertido, Thierry Meyssan, desde hace muchos años, se basa en Internet para llevar a cabo sus investigaciones y difundir sus ideas. Entrevista exclusiva con el autor de L'Effroyable imposture*, que reitera sus compromisos y la utilización de una herramienta, Internet, atrapada por la censura…
¡Thierry Meyssan, buenos días! Propulsado al escenario mediático por poner en la picota la versión del gobierno de Estados Unidos sobre el desarrollo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, además, usted es secretario general del Partido radical de izquierda de Francia (PRG) y preside la Asociación Red Voltaire, en la que milita desde 1994, por la libertad de expresión. En pocas palabras, ¿cómo definiría su acción? ¿Cuál es su principal aspiración?
Mis aspiraciones son, al mismo tiempo, comprender e influir. Soy un analista político y un militante. En contra de la visión actual de la profesión, sólo concibo el periodismo de esta manera. No me encasillo en la prensa de opinión que comenta la actualidad sin cuestionar los puntos de vista que nos vienen dados ni en la prensa dominante que, por su rechazo a tomar partido, defiende el desorden establecido.
Fui responsable del PRG desde 1994 a 2008. Pero actualmente no vivo en Francia y tuve que dejar esa función, aunque sigo muy vinculado a esta filosofía que tiene grandes aspiraciones y asume compromisos difíciles, tanto por realismo como por disciplina democrática.
Efectivamente, empecé a ser muy conocido en los medios de comunicación a raíz de mis estudios sobre los atentados del 11 de septiembre y la evolución política de Estados Unidos. Aunque fui objeto de una campaña denigratoria particularmente virulenta en los países anglosajones y en Francia, me beneficié de un gran reconocimiento, especialmente en los países mediterráneos y América Latina. De repente me encontré lanzado a la escena internacional y desde entonces tengo la oportunidad de que me consulten numerosos líderes políticos de todo el mundo que consideran importantes mis análisis. Siempre me sorprende ver el desfase entre mi actividad y el retrato poco favorable que presenta de mí la prensa francesa. ¿No se dice que nadie es profeta en su tierra?
Desde hace tres años, su sitio VoltaireNet.org se convirtió en «agencia de prensa no alineada». ¿Esta nueva fórmula es más seductora para los internautas? ¿Cuál es su audiencia? ¿Cómo financia su actividad?
Desde mi trabajo durante la guerra de Kosovo estoy preocupado por la dominación de algunas agencias de prensa (AP, Reuters, AFP) que imponen su visión de los hechos al conjunto del mundo. Eso me condujo a reanudar el combate con el Movimiento de los no alineados contra la dominación informativa, que antaño promovió la UNESCO. Convencidos de que los periodistas locales saben mejor lo que pasa sobre el terreno que las agencias de Nueva York, Londres y París, constituimos una red de agencias de prensa, diarios y revistas y comenzamos a «sindicar» nuestros artículos. Esta fórmula tiene un gran éxito en América Latina, donde nuestra red se convirtió en la primera fuente de información independiente. Ya nos movemos un poco en el mundo árabe y pretendemos seguir por todo el mundo.
No consideramos Internet como un medio de comunicación aparte. También nos apoyamos en muchas publicaciones de papel. Por mi parte publico libros, escribo artículos para grandes publicaciones políticas de Rusia, el mundo árabe y América Latina. Participo en numerosas emisiones de radio y televisión en todo el mundo y yo mismo pronto seré presentador. Sin embargo, de los medios de comunicación, Internet es el más ágil y el más barato.
Al principio, nuestra actividad se financiaba con mis derechos de autor ya que mis obras tuvieron un éxito mundial. Pero después de que mi editor se declarase en quiebra robándome los derechos que había recaudado en mi nombre, nos hemos encontrado con grandes dificultades. Actualmente, todos los gastos técnicos y algunos gastos de traducción se financian con las donaciones de los lectores. Pero a pesar de que son generosos, nuestro margen de maniobra es limitado.
Las averías observadas en las últimas semanas en VoltaireNet.org, ¿eran debidas al éxito de la llamada a los lectores o a las respuestas electrónicas de los opositores a la acción de la Red Voltaire? Según su opinión, ¿qué hay detrás de esos ataques?
En primer lugar fuimos víctimas de nuestro éxito. El servidor que utilizábamos no soportó el aumento del tráfico en nuestro sitio. En efecto, además de Voltairenet.org, nosotros editábamos en los sitios de nuestros socios y en las bases de datos documentales. Con esas perturbaciones, nuestro lugar principal, Voltairenet.org, perdió audiencia. Pero a pesar de todo ha vuelto a los 1,3 millones de visitas mensuales.
A eso se añadieron diversos ataques difíciles de interpretar hasta que llegamos a la conclusión de que existía un sabotaje interno. Pero nos encontramos con que más de 1.500 lectores respondieron a nuestra petición de ayuda económica y eso nos permitió agarrar el toro por los cuernos y cambiamos de alojamiento y de equipo técnico. Ahora disponemos de una maquinaria ultramoderna, una banda de transmisión muy amplia y un equipo técnico capaz de intervenir las 24 horas del día. Cambiaremos los DNS en los próximos días y reanudaremos progresivamente el ritmo de nuestras publicaciones.
Hemos sido objeto de numerosos ataques informáticos. No sólo los típicos ataques de mensajes múltiples para saturar el sitio, sino cosas más sofisticadas, por ejemplo la penetración en las bases de datos para cambiar el contenido. Sin hablar de los ataques físicos, como la destrucción de una de nuestras máquinas albergada en un centro de telecomunicaciones a pesar de que estaba protegida.
Al contrario de las prácticas en boga en la «blogsfera», su sitio no propone ninguna interactividad con los lectores. ¿Temen excesos por su parte? ¿Por qué no apostar por una forma de «colaboración» con los internautas?
Es algo que todos lamentamos mucho. Nuestros intentos de crear foros nos vacunaron. Inmediatamente nos invadieron elementos provocadores de todo tipo que desviaban los debates o enviaban mensajes racistas o extremistas para desacreditarnos.
Más allá de los problemas técnicos y económicos, ¿cree que Internet facilita la libertad de expresión de asociaciones como la suya o teme también el desarrollo de la censura sobre este nuevo medio de comunicación, incluso en Francia?
Por supuesto que Internet facilita el ejercicio de la libertad de expresión. Desde este punto de vista la generalización de Internet es una revolución política que trastorna a las instituciones. Pero esta libertad es relativa. En primer lugar tenemos que enfrentarnos a nuestras propias limitaciones intelectuales. En las sociedades modernas hemos perdido la capacidad de pensar por nosotros mismos y adoptamos el comportamiento gregario del consumidor de los grandes medios. Cuando nos liberamos de nuestros prejuicios, debemos hacer frente a toda clase de presiones. Y si la profesión periodística no brilla por su valentía, no hay razón que el resto de la sociedad sea mejor.
Históricamente, todos los nuevos medios de comunicación son bocanadas de aire fresco. Pero con el tiempo se enmarcan en normas legislativas y reglamentarias que los obstruyen. Ese será también, probablemente, el problema de Internet cuando encuentren los medios técnicos para controlarlo.
Más allá de la censura, que es un fenómeno nacional, Internet ya es un campo de batalla en el sentido militar del término. Estados Unidos destruyó miles de sitios durante la guerra de Kosovo. Israel hizo lo mismo durante la guerra de 2006 contra Líbano -y con ese motivo una unidad especializada del Tsahal consiguió bloquear temporalmente nuestro sitio a pesar de que en aquel momento estaba alojado en territorio francés-. De cara a los próximos conflictos, el ejército estadounidense acaba de invertir grandes sumas en materiales que le permitirán destruir decenas de miles de sitios en pocos días. Nadie está a salvo y no hay que pensar en el gobierno francés para que nos defienda si esos Estados atacan nuestros sitios.
Muchas gracias, señor Meyssan.
* En español La gran impostura.
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Fuente: http://www.neteco.com/153534-thierry-meyssan-internet-champ-bataille-sens-milit.html
Artículo original publicado el 29 de julio de 2008
Sobre el autor: http://www.tlaxcala.es/detail_auteurs.asp?lg=es&reference=932
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.
URL de este artículo en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=5634&lg=es
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