Plaza de España e insostenibilidad / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Como decía Lyle Lunley en Los Simpsons, “un pueblo con dinero es como una mula con un molinillo: nadie sabe de dónde lo ha sacado y que me aspen si sabe utilizarlo”.
A ver, me explico, probablemente uno de los grandes avances de mediados del siglo XX para acá en los espacios públicos, fue que el avance en la investigación de nuevos materiales, como polímeros y demás, permitió soterrar los cableados de los espacios públicos o monumentales, con lo que desaparecieron las telas de araña en que se habían convertido calles, parque y plazas del mundo desarrollado para una correcta iluminación. Pues bien, ahora resulta que llega un suizo que por lo visto es muy famoso, y que para más Inri va y mete un mamotreto privado dentro del mar en el Porís que tiene hablando sólo a medio pueblo, y nos reintroduce no sólo la tela de araña sino que se inventa unas carísimas e ineficientes -energéticamente hablando- 'gotas de agua' en tres tamaños cuyos precios oscilan entre los 600 euros la más pequeña y los 1.000 euros la más grande.
Claro que antes de la inauguración, y por el riesgo y dificultad que supone limpiar eso en altura, las han tenido que volver a bajar todas más que nada porque ese cristal, expuesto a las cagadas de los pocos pájaros que van quedando -ahora habrá que ahuyentarlos a todos- se parece más a una vomitadura que a la pretendida 'gota de agua'. Vamos, que si en una de éstas a un empleado le da un golpito a una cosa de esas tendría que dedicar un mes entero de salario a cubrir costes. Que otra cosa es que este sistema de iluminación es el ejemplo de lo que no se debe hacer para adaptarse a la famosa Ley del Cielo de Canarias y en la isla de La Palma serían ilegales.
Pero Melchior, que tiene una parada de su tranvía detrás del Cabildo (que decía que utilizaría para ir a trabajar pese a lo que el flamante Audi le sigue recogiendo puntualmente en La Laguna) y un intercambiador medio vacío donde dejar los coches un poco más allá, le ha levantado más de un metro a la plaza para meter unos aparcamientos para el Cabildo debajo sin que se les llenen esos garajes de agua con las mareas. Eso implica que los niños hayan encontrado una rampa cojonuda para el monopatín a las puertas de la primera institución insular, acaso lo único divertido de todo esto, además de que dos horrorosos agujeros flanqueen ambos lados del histórico edificio. Otro gasto descomunal, la obra complicadísíma tuvo que enfrentarse a los efectos de las mareas, en pro del desarrollo sostenible (según lo entienden éstos) que implica -con el tan cacareado tranvía y todo lo que tú quieras- 'un hombre un coche' allí donde quiera que esté. Y lo que nos va a costar a todos los ciudadanos mantener esos aparcamientos (iluminación, extractores de humo...) para que los señoritos accedan directamente a su despacho sin tener que rozarse con el populacho o sufrir de las inclemencias meteorológicas, que ya veremos, de todas formas, cómo se comportan esos aparcamientos ante una buena inundación. Si no al tiempo.
Y ya veremos también los disgustos, sobre todo para el bolsillo, de estar llenado de agua salada bombeada esa laguna gigante, también con luz eléctrica, que por lo visto también lanza unos impresionantes chorros de agua para arriba (no sé si de 20 metros) que, con el viento habitual en la zona, creará un ambiente de maresía que sin duda vendrá muy bien para favorecer la conservación de los materiales y coches que circulan por el entorno. Lo que, con buena suerte, favorecerá la caída de ese lamentable monumento franquista que se erigió en su momento a los caídos caídos de un solo bando (a muchos de los otros todavía ni sus familiares los han podido enterrar decentemente).
En fin, que yo tampoco voy a hacer referencia a esa tierra batida -que tuvieron que eliminar del García Sanabria pese a que era su principal novedad- que da un aspecto completamente artificialoide a los troncos de los laureles y palmeras de la antigua Alameda del Duque de Santa Elena (que se la han cargado eliminado la histórica balaustrada pese a que en los fotomontajes iniciales se conservaba) ni los ridículos focos que han puesto en medio de esa tierra. Ni tampoco vamos a recordar a los múltiples colectivos que les advirtieron que estudiaran primero el asunto de las ruinas del Castillo de San Cristobal y a los que no hicieron ni puto caso con lo que después, como siempre, tuvieron que modificar el proyecto con lo que la coña, según ellos, nos costó 4 millones de euros más. Un espectáculo de fantasmadas parecidas ocurrió con el García Sanabria que, pese a la propaganda, ya han tenido que remodelar en casi todos aquellos asuntos que advertimos el primer día que retiraron las vallas. Pero no les digas nada porque te llaman ignorante en un momentito, lo nuestro esencialmente consiste en pagar religiosamente las facturas.
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