Stop corupción / Fuerteventura Limpia.- El Auditorio Insular de Puerto del Rosario acogió este sábado, la Gala Benéfica LGTB 2008 de Fuerteventura. Al mismo tiempo, dos guaguas turísticas promocionarán la isla entre el colectivo homosexual durante el gran desfile previsto en Madrid por este día.
Otra vez otro 28-J, que ya nadie llama, como antaño, día de la liberación homosexual, sino del Orgullo LGTB, o más reducido Día del Orgullo. Parece ser que se conmemora una fiesta más cercana a una celebración del consumo rosa, del ocio insolidario, a una feria de muestras donde la reivindicación y la protesta ocupa un espacio oscuro y ocultado.
No se puede negar que las leyes de la igualdad aprobadas en Madrid han sido un incentivo para la visibilidad y, sobre todo, para evitar situaciones de desigualdad que generaban un sufrimiento injusto e innecesario. Pero no por eso es admisible la docilidad obediente en la que se encuentra el movimiento LGTB.
No se puede ignorar que desde los poderes públicos, los medios de comunicación (prensa, radio, televisión) y alguna que otra asociación también, se está haciendo lo imposible para convencernos que ya está todo alcanzado en este Estado, que ya no hay que luchar por nada más, y sólo queda disfrutar de unos escasos derechos que pretendidamente tienen que satisfacer en toda dimensión.
Las carrozas de la marcha del Orgullo expanden a los cuerpos hermosos y variados, plumas, lentejuelas, chulazos y drags. Pero no se ven los cuerpos que viven con el VIH, los cuerpos inmigrantes, los precarios, los de las criaturas que sufren bulling ante el silencio de la familia y el profesorado. Faltan esos cuerpos que siguen siendo problema para el sistema, para la norma.
No se ve, no se aprecia la rabia acumulada por tanto derecho quebrantado, la repulsa a tantas agresiones homófobas, el cuestionamiento de las políticas de salud pública. ¿Cómo se van a apreciar las pobres y cutres pancartas, spray y trapo, si se ven silenciadas por los logotipos en las carrozas de las grandes marcas que anteponen una identidad consumista, rosa y que reduce la dignidad a la capacidad de gasto?
No pierdan el espíritu de Stonewall, reivindiquen la lucha «a cara de perro» («Ética Marica». Paco Vidarte. Madrid, 2005).
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