José Luis Valdés / Artículos de opinión.- Desde un punto de vista revolucionario, sería conveniente la formación y el estudio de los clásicos revolucionarios y, entre otros libros, releer el Manifiesto Comunista, igualmente de forma dialéctica y practica, anteponer los principios colectivos de nuestro pueblo y de nuestra Nación Canaria a los planteamientos individualistas en que la sociedad capitalista educa a los individuos a adoptar métodos oportunistas con actitudes de protagonismo arribista, fruto de la educación burguesa en que vivimos, la cual no tiene nada que ver con la ética proletaria que, en parte, nos enseñaron nuestros padres y abuelos.
Hay muchos revolucionarios que juegan al izquierdismo y por el solo hecho de militar en partidos de izquierdas se creen que son de izquierdas y más puros que Lenin, pero en la practica del día a día demuestran todo lo contrario, por eso recomiendo que volvamos a leer.
Algunos compañeros y compañeras considera el yo primero y el todo vale, antes que la amistad o la honestidad revolucionaria. Estas actitudes burguesas no ayudan en nada a la revolución y menos aun a la construcción del hombre nuevo.
Hay quienes piensan que ser socialista solo se llega a través de una evolución progresiva, sin cambios revolucionarios que a la vez cambie al mismo tiempo al ser humano, que solo basta con militar en un partido socialista o comunista y pagar la cuota, presentarse a un parlamento, a unas elecciones burguesas con programas bonitos y de izquierdas para que todo cambie y el mismo lo haga.
Lamentablemente, en la práctica se ha demostrado que la persona no cambia si no hay revolución que incida en la propia actitud del individuo. El mayor error de algunos de etiqueta revolucionaria es creerse ellos mismos que sin cambio personal consiguen llegar a ser revolucionarios.
¿Pero, cuáles son las causas del retroceso de las organizaciones obreras y la desunión de las izquierdas y en particular de los independentistas canarios de izquierdas? Evidentemente el abandono de los principios ideológico y de la ética y la cultura heredada de nuestros antepasados, que entendían mejor los principios de la solidaridad y el respeto mutuo, anteponiendo ellos primero la amistad antes que el éxito personal.
¡Independencia y socialismo!
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