Plan Territorial de Ordenación de los Residuos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Aviados vamos si no somos capaces de ponernos medianamente de acuerdo en media docena de temas en los que nos va el futuro. Hace ya cuatro años, algo más, que desde el Cabildo se trabaja en un nuevo Plan Territorial de Ordenación de los Residuos para Tenerife (PTEOR) después de que el anterior intento del 2003 fracasara, creemos que afortunadamente para todos. Y es por eso que pareciera que ha llegado el momento en el que los que cobran por tomar decisiones, o por asumir responsabilidades, echen el resto en intentar cerrar un plan dado que a nadie puede ni interesar ni convenir que se siga retrasando más, eso si de lo que se trata es de afrontar definitivamente un problema básico como es la gestión de los residuos.
Los que hemos observado, más o menos de cerca, el proceso que se ha seguido en Tenerife en estos últimos años en materia de residuos no podemos decir, honestamente, que no hayan habido avances importantes no sólo en planteamientos sino en hechos concretos que se demuestran en mejoras sustanciales en la gestión del Complejo Medioambiental de Arico. Unas acciones éstas que uno podrá compartir más o menos pero que ahí están y que significan, esencialmente, que desde que se implantara el PIRS a mediados de los ochenta, acaso por primera vez, existe el convencimiento de que algo está empezando a cambiar más allá de la simple propaganda.
Pero nada de eso, o casi nada, tiene sentido si no somos capaces de aprobar un plan donde nos marquemos unos objetivos claros, que es lo que por primera vez plantea el PTEOR. Objetivos de reducción, de reciclaje, de descentralización mediante infraestructuras como las plantas comarcales de compostaje (algo inimaginable de conseguir hace unos años) y de compromiso ciudadano mediante la introducción del quinto contenedor y demás. Porque sin objetivos, como nos ha pasado hasta ahora, sin las infraestructuras necesarias o sin la normativa que garantice la financiación de todos estos proyectos, casi todas las iniciativas voluntaristas pierden sentido y, en ocasiones, se muestras como contraproducentes porque se inician campañas de concienciación ciudadana, por poner un ejemplo, que después no se pueden mantener, o resulta inviable darles respuesta, porque acaso se le pide a la gente que separe residuos para los que no existen contenedores o que acuda a puntos limpios que no existen. El mundo al revés, vamos.
Por eso, y por muchas críticas que uno le pueda hacer al PTEOR, creemos que es la hora de cerrar definitivamente este asunto y entrar en otra etapa, y en este momento la responsabilidad principal, e ineludible, recae en las administraciones implicadas y no es tiempo ya de tirarse los trapos sucios a la cara sino de comprometerse con este asunto definitivamente. A nadie, y mucho menos a Arico o a los que nos posicionamos en contra de la incineración, nos conviene que se retrase la ordenación de los residuos en Tenerife ni un minuto más. Necesitamos una salida y la necesitamos ahora, por lo que los que se presentaron a las elecciones para resolver lo problemas de la gente, o con ese discurso, es hora ya de que den la cara y pongan las cartas boca arriba sin más.
El PSOE ha pedido la incineradora aunque no dice dónde, desde Arico se pidió también (Eladio la llevaba en el programa electoral del 2003) aunque ahora , si les digo la verdad, no sé exactamente lo que pretende el Ayuntamiento porque en las alegaciones dicen justo lo contrario. Y desde aquí siempre hemos dicho que debemos evitar esa infraestructura en cualquier sitio (por un montón de razones que no se refieren exclusivamente a la inevitable contaminación y sus efectos), mucho menos en Arico porque allí nos parece inviable por cuestiones de ubicación, por mucho que nos contradigan los informes técnicos. Aunque para conseguir eso se hace imprescindible y urgente sacar adelante un plan que comprometa a la ciudadanía en su conjunto en objetivos de reducción y de reciclaje de los residuos, porque la otra es seguir haciendo indefinidamente montañas de basura que no representan, en ningún modo, una opción más conveniente que una incineradora en una tierra como ésta ni probablemente en ninguna otra.
Pero la responsabilidad, porque en esta cuestión no hay peor alternativa que la inacción, recae en los políticos en estos momentos por más que les pueda resultar desagradable tomar decisiones, que es precisamente por lo que cobran. Basta ya, por tanto, de escurrir el bulto en este asunto porque los agujeros en Arico no dan para más y no veo yo a los políticos de esta Isla, por más vueltas que le doy al tema, buscando más terrenos para expropiar en unos años a fin de seguir amontonando basura indefinidamente. Aunque, lamentablemente, sí me los veo aplicando la política esa de mirar para otro lado cuando las cosas no pintan bien, políticamente hablando, escurriendo el bulto ante problemas de primer orden a fin de dejarle el muerto a otro. Vamos, que el que venga atrás que toque, como quien dice.
La postura que hemos manifestado desde aquí hace tiempo es clara, y creo que representa un salida razonable y de consenso, una moratoria de cinco o seis años a partir de que el plan se ponga en marcha con todas las de la ley, un plan que consideramos francamente bueno en líneas generales. Creemos que, de momento, nos lo podemos permitir. Para bien o para mal, supongo que para mal, las mercancías que entran por el puerto han disminuido en un 30% estos últimos meses y eso se traduce en menos consumo y, consiguientemente, en menos residuos. Hay margen de maniobra por éste y otros motivos, por tanto, para darnos un plazo razonable para evitar una infraestructura que nadie quiere cerca de su casa (o al menos nadie se muestra ilusionado con el tema de momento). Pero que a nadie le quepa duda tampoco que, si no se aprueba el plan cuanto antes, a medio plazo nos vamos a ver metidos en un fregado de muy padre y señor mío, acaso como el conflicto social más grave ocurrido en esta tierra en las últimas décadas, cuando Manuel Hermoso decidió que en El Lazareto sólo se tiraría la basura de Santa Cruz y unos locos decidieron enterrar residuos en Montaña del Aire, tremendo disparate del que pareciera no acabamos de reponernos todavía.
Hace justamente dos años, en mayo del 2006, publicábamos desde aquí que el Cabildo estaba ultimando el PTEOR que marcaba objetivos hasta el 2016. Todavía no hay nada claro sobre la tramitación del proyecto y los plazos, por lo que los objetivos para el 2016 habrán de esperar, en el mejor de los casos, al 2018 por el momento. Si todo este trabajo se tira por la borda, si los que cobran por ello no le dan el definitivo empujón al asunto, habremos perdido acaso la última oportunidad de buscar una salida de futuro razonable al problema y desde aquí, que a nadie le quepa la menor duda, señalaremos con el dedo a los irresponsables que pudieran propiciar semejante disparate que no beneficia absolutamente a nadie. Y mucho menos a Arico, a Tenerife o a Canarias, desde luego.
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