Cuartel de San Carlos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Por las fechas, ésta debió ser una obra que adjudicó un Martín Menis a otro Martín Menis, uno en la Consejería de Hacienda -poco después sería presidente de Canarias- y el arquitecto que más obra pública menuda, y no tan menuda, debe haber pillado en Canarias en los últimos 10 o 15 años (el mismo de la 'naturaleza salvaje' que les ha vendido a los vecinos de Cuchillitos de Tristán).
Pero el caso es que ahí está, como la puerta del Alcalá pero a la entrada de Santa Cruz, y que tampoco me vaya a preguntar nadie, porque obviamente lo desconozco, donde están los cerca de 500 millones que iba a costar la cosa, ni con cuánto habrán tenido que indemnizarlos a todos ellos puesto que a alguna lumbrera, como casi siempre, se le ha ocurrido modificar el proyecto una vez iniciadas las obras. Que con ese viejo truco todo el mundo se queda con las espaldas perfectamente cubiertas y con los bolsillos bien repletos de perritas públicas que se han ido no sólo para no volver, sino que tendremos que volver a pagar absolutamente todo desde el principio, comenzando por el nuevo proyecto, aunque seguramente multiplicando por tres o por cuatro la cosa. Lo de siempre, vamos.
Y que tampoco se vayan a creer ustedes que aquí hay una oposición política, o una Audiencia de Cuentas, que se encargue de vigilar y denunciar estas cosas porque ellos, por lo general, mantienen como primera preocupación -y de forma unánime- la religiosa y jugosa subida de sueldos y dietas al comienzo de cada legislatura. Subidas que, lógicamente, también pagamos entre todos nosotros aunque cada día tengamos un poquito menos claro que de dónde, como las cosas sigan como van para la inmensa mayoría.
De todas formas no hay que desesperarse, más bien lo que hay es que pagar. Peor ha sido lo del Teatro Leal (20 años cerrado por los del 'habla canario'), la Catedral lleva el mismo camino, al palacio de congresos de Adeje -del mismo arquitecto- que multiplicó por cuatro el presupuesto inicial, el propio Auditorio de Calatrava, el Óscar Domínguez, la Plaza de España (que deberían haber prohibido la entrada de cruceros a ese puerto hasta que eso no estuviera terminado por la mala imagen, además del peligro). Y no digamos nada de otros disparates como el Mirador de Humboldt o el propio parque Cuchillitos de Tristán que estuvieron cerca de 30 años para inaugurarlo y lo abrieron a medias, con los consiguientes disgustos. Con lo único que fueron puntuales, trabajando día y noche y fiestas de guardar, fue con el tranvía porque peligraban las elecciones locales. De los hospitales del Norte y del Sur no vamos a decir nada porque, como se sabe, las necesidades sanitarias en esas zonas están 'perfectamente' cubiertas por un buen amigo de Melchior que, como no sabe lo que hacer con el dinero que ha ganado a costa de nuestra salud -o gracias a nuestros padecimientos-, está haciendo hospitales en otras partes del mundo. Para que luego digan que todos somos aplatanados cuando resulta que, al menos algunos, son más discretos...
Que no es que yo le eche la culpa de esto a los políticos, que ellos en definitiva hacen lo que les permitimos los pringados que pagamos todas y cada una de las facturas, como las de Tindaya o la ilegal expropiación de los edificios anexos al Parlamento, por poner un par de ejemplos estúpidos.
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